Cristian Laime agarra los óleos y pinceles mientras piensa en su musa. A poca distancia y frente a él, su mamá sonríe; ella lleva una pollera y manta de colores vistosos que combinan con las joyas. Al poco rato, ella empieza a ser “inmortalizada” y aunque pasen más de 50 años, estará ahí, en una obra del pintor. “Mi inspiración principal es mi mamá”, explica el joven artista. El tiene la convicción de que con la imagen de la mujer de pollera revaloriza la identidad cultural, como en una de sus obras tituladas Fiesta y Poder.
Layme es alteño. Nació en esta ciudad y desde pequeño mostró su talento como dibujante, aunque nadie le enseñó, fue perfeccionando su técnica. Al terminar el colegio, tenía claro que deseaba dedicarse a las artes, entonces, ingresó a la Escuela de Bellas Artes en Sopocachi, donde conoció a grandes maestros de la pintura y luego, para obtener el título de su profesión, estudió en la carrera de Artes Plásticas de la Universidad Pública de El Alto (UPEA) donde tomó la especialidad de escultura.
“Como es natural, uno encuentra su vocación como pintar y dibujar como una manera de expresarse. Casi siempre, desde que tengo memoria, fue mi forma de expresarme a los demás, yo siempre soy bien gráfico”, dice el artista.
La inmortalidad
Los cuadros al óleo de Laime se caracterizan porque muestran como protagonista a la mujer de pollera, su madre. Desde el 2020 la mayoría de sus cuadros tienen el concepto de la pachamama. “Mi inspiración principal es mi mamá, la mayoría de los cuadros que he hecho de un tiempo a esta parte son sus retratos de alguna manera”, dice.
En dichos cuadros ella está envuelta en material de plástico; cara a cara con un toro, o está en medio de nevados o delante de la luna. “Ella (su mamá) está feliz de ser interpretada, se trata de jugar con el tiempo, de que su imagen se vuelva eterna, va a perdurar más que el propio artista que tiene una vida (…) al igual que para mí, para ella es cansador estar posando, se ha convertido casi en su trabajo, pero igual está contenta, feliz y está por los 50 años”, explica.
La identidad cultural
Con las expresiones pintadas en sus cuadros, Laime busca mostrar la identidad cultural y revalorizar la madre tierra. Él asegura que no se trata solo de “cuadros bonitos”, sino de que cada obra suya cuenta trasfondos conceptuales profundos.
Una de las obras del artista tiene por nombre Fiesta y Poder en el que hace alusión a la celebración del Gran Poder y en el que madre agarra un vaso de cerveza.
“Ese cuadro en especial (Fiesta y Poder) es una alusión a esta celebración, porque no solamente es bailar o disfrazarse, sino que tiene un trasfondo más religioso tal vez, incluso ancestral”, explica el pintor.
Para él, “la mujer de pollera representa el mestizaje y una construcción cultural”.
El renacimiento de las artes plásticas de El Alto
Laime expone que los artistas alteños se hicieron más famoso desde el 2003, cuando ellos empezaron a vivir una especie de renacimiento. “Siento que ellos, al igual que yo, trabajan su cultura, su vivencia y lo hacen de manera distinta, de manera personal”.
En El Alto, indica, la gente ve poco a poco ese lado del arte, es decir, que muestran un sentido o un trasfondo .
“Cualquier persona que ama su profesión puede vivir de ello”, dice Laime, quien se ha convertido en una inspiración para sus hermanos pequeños. Él busca reinventarse, buscar nuevas estéticas y formas de expresión.
