Abril 19, 2024 [G]:

El grave riesgo de consumir ignorital


Miércoles 2 de Noviembre de 2022, 4:15pm






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Una década atrás, los guionistas de Los Simpson lo hicieron de nuevo. Imaginaron un medicamento que inducía a un optimismo ciego. En el capítulo que hago mención, Lisa tiene que realizar una presentación en la escuela sobre cómo se verá Springfield dentro de cincuenta años.

Siempre responsable inicia su investigación y termina describiendo un futuro negro para la ciudad. Su presentación es tan terrorífica que sus maestros, aterrados, le dicen a sus padres que la manden a una psiquiatra. La especialista, después de verla, le diagnostica “una profunda desesperanza por la realidad” y le receta Ignorital.

Con ayuda del fármaco, la percepción de Lisa hacia el mundo cambia. Libre de su angustia, se transforma en una persona con un optimismo abrumador. Las nubes se le aparecen como ositos sonrientes y, en su mente, no deja de sonar la canción “What a Wonderful World”.

Pero, tanto optimismo molesta a sus padres y frente a su delirio de felicidad, deciden suspenderle la dosis de Ignorital. Marge y Homero se dan cuenta que es más fácil lidiar con la Lisa pesimista, que con la nueva, la del optimismo desaforado.

La idea de que un medicamento pueda ayudarnos a ignorar las partes negativas de la realidad y que nos resulte posible soportar la incertidumbre, no está limitada a la ficción.

Durante décadas, la ciencia ha intentado encontrar una manera de controlar los recuerdos traumáticos de los veteranos de guerra o de las víctimas de otras formas de violencia. Estos estudios a veces indican que el mismo fármaco que le permite a alguien olvidarse de un hecho traumático puede ser de especial ayuda para quienes hayan sufrido una violación o algún tipo de ataque aberrante o de abuso sexual.

Pero surgen preguntas inquietantes. Si es posible o deseable borrar solamente partes selectas de la memoria de las víctimas, qué pasaría si quienes perpetran los delitos o los abusos violentos acceden a esa clase de fármacos, para borrar de su memoria el daño ocasionado a sus víctimas y así evitar que los identifiquen o los imputen.

Este parece ser el caso del Gobierno que bajo los efectos del Ignorital, abraza la pasión por la ignorancia e insiste en negar la amenaza de un conflicto gravísimo que pone en riesgo la vida y la seguridad de todos los bolivianos, para luego borrar de su memoria, aquello que provocaron de manera deliberada y negligentemente.

Para complicar aún más las cosas, y esto no es un descargo hacia los operadores oficialistas y de oposición, ambas partes no miden las consecuencias y, luego, cuando Roma esté ardiendo, se darán cuenta del extravío y sentados en veredas opuestas, ambos bandos, se mirarán de frente con los ojos perdidos y las manos en la cabeza.

Lo patético es que el Gobierno está disociado y dislocado de la realidad a causa del consumo de Ignorital y acojonado de risa abraza, fervientemente, la pasión por la ignorancia al provocar escasez de gasolina, generar bloqueos, provocar una hiperinflación por la escasez de productos de la canasta familiar y un larguísimo etcétera de peligros para el aparato productivo del país.

El oficialismo, feliz en un campo de flores, minimiza los paros y bailando, convocan a una cumbre para legitimar su postura rígida para luego dividir y confrontar. Nosotros tenemos la verdad. Ellos no, vociferan. Claro, los “nosotros” toman Ignorital; “ellos”, en cambio, café negro.

Finalmente, las dosis de Ignorital  también provocan alucinaciones, y los operadores del Gobierno creen que lanzando a las calles una operación policial coordinada para desbloquear las rotondas, pacificará a Santa Cruz. O mejor aún, creen que cercándola y enviando grupos de choque, vencerán en las calles. Se viene la de san quintín, si piensan que ese es el camino. Pero, claro, están sobre medicados y viven en una realidad paralela.

 

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