Abril 25, 2024 [G]:

El hombre récord de los Juegos Olímpicos

Polémico, exitoso y, sobretodo, ganador. Así es Michaels Phelps, el nadador estadounidense que se ha robado toda la atención de los Juegos Olímpicos de Ríos 2016.


Domingo 14 de Agosto de 2016, 6:15pm






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La Paz, 14 de agosto (Urgentebo).- Polémico, exitoso y, sobretodo, ganador. Así es Michaels Phelps, el nadador estadounidense que se ha robado toda la atención de los Juegos Olímpicos de Ríos 2016.

Y es que el hombre que nació hace 30 años en Batimore, Estados Unidos, es el deportista olímpico más condecorado de la historia y en Río agigantó su legado.

Después de mucha especulación sobre si iba a participar o no – pues había anunciado su retiro meses antes- Phelps volvió más fuerte que nunca.

Los 18 oros con los que se retiró Michael Phelps en 2012 ya lo convertían en leyenda. Pero para él no era suficiente, quería más y llega a Río de Janeiro a consolidarse.

Phelps tiene más medallas olímpicas que nadie: 22, de las cuales 18 son de oro. Pero en Londres, las cuatro doradas y dos plateadas le dejaron un mal sabor de boca. Tenía el recuerdo de aquel maravilloso Pekín con ocho podios.

Por eso, poco le importó estar por detrás de los mejores clasificados en el ránking y demostró por qué es el mejor nadador de todos los tiempos.

En Río consiguió cinco medallas doradas – en toda su carrera ya suma 23-  para acrecentar su propia leyenda, que  comenzó a forjar a los 10 años.

En ese tiempo aún no sabía que su nombre quedaría en la historia de los juegos olímpicos, él solo era un chico de Baltimore que odiaba perder con sus compañeros de piscina, el hábitat que de a poco se le transformó en natural, un poco por gusto de un deporte que practica desde que tenía 7, y otro tanto por huir de las discusiones de sus padres próximos a divorciarse en aquel entonces.

Ahí lo vio Bow Bowman, un entrenador de natación que tenía la misión, también sin conocerlo, de forjar al campeón más grande de la historia de los Juegos Olímpicos. La clave fue transformarse en su segundo padre, ya que el progenitor pocas veces estuvo al lado del pequeño Mike, hasta que se transformó en Michael Phelps, el multicampeón, pero ya fue tarde.

A los 15 años   participó de su primera olimpiada en Sídney 2000 y aunque destacó (diploma olímpico en los 200 metros mariposa), la primera medalla debió esperar cuatro años más. Allá por 2004, el australiano Ian Thorpe tuvo que ver cómo su reinado se desmoronaba en virtud de la ‘Bala de Baltimore’, como fue bautizado Phelps a temprana edad. Atenas 2004 le arrojó seis medallas de oro y dos de bronce, consolidándose como el monarca de la natación.

En Beijing 2008 desafió a la historia y a las profecías, colgándose las ocho preseas doradas que, supuestamente, nadie iba a ostentar Con la historia en su poder, Phelps regresó para Londres 2012 donde se colgó cuatro oros más, la misma cantidad que ostenta en Ríos 2016.

Empero, al parecer, la carrera deportiva de Michael Fred Phelps terminará esta semana en Río de Janeiro, con más de 21 oros en su haber. Sin embargo, hay quienes aventuran que su leyenda aún no se ha acabado, que se volverá a motivar y dentro de cuatro años irá por más gloria a Tokio. Algo improbable que suceda, pero no imposible.

Una vida polémica

Más allá de sus triunfos en la piscina, la vida de Phelps también está marcada por las polémicas en la que estuvo inmersa.

Con una infancia difícil marcada por el divorcio de sus padres y el alejamiento de su progenitor, Phelps encontró en su entrenador la imagen paterna que necesitó.

Ya cuando logró colgarse las 18 medallas de oro, el 2012, la vida de Phelps entró en un laberinto oscuro.

Terminados los Juegos británicos, el ‘Tiburón’ dijo basta, mientras su vida hizo implosión y aquel chico que se esmeraba por ser ejemplo para la sociedad, se vio inmerso en un caos personal, rompió con su pareja, Nicole Johnson, e incluso manifestó que tuvo ganas de quitarse la vida.

Su vida se descontroló, fue arrestado por conducir en estado de ebriedad y fue sancionado por poco más de un año de inactividad.

Tras tocar el fondo, asistió a terapias grupales para salir de la bebida, así como de las otras adicciones en las que incurrió, como el casino y el hipódromo. El amor volvió a él cuando pudo reconciliarse con su novia y las aguas volvieron a ser su escenario natural. Así, Michael Phelps se puso en forma para darle un broche de oro a su carrera.

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