Noviembre 30, 2024 -H-

El norte (paceño) desintegrado

Nuestros pueblos del Norte no tienen la ubicación estratégica del Norte Integrado, donde con un solo recorrido se pueden visitar varias poblaciones a la vez. Recorrer el Norte Paceño es una travesía, desde sus carreteras en mal estado, hasta las distancias entre cada una de ellas.


Martes 11 de Julio de 2017, 1:00pm






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Después de recorrer por varios pueblos del Norte Integrado en el departamento de Santa Cruz, nos damos cuenta que realmente nuestro Norte Paceño está completamente desintegrado.

El Norte Integrado está compuesto por cinco provincias: Sara, Ichilo, Obispo Santiestevan y Warnes. La Mancomunidad del Norte Paceño está compuesta por 8 municipios de 3 provincias: Mapiri, Guanay, Tipuani, Teoponte, Tacacoma, San Buenaventura, Ixiamas y Apolo. Inexplicablemente no se incluye a Caranavi ni Palos Blancos, dos municipios con bastante crecimiento.

La diferencia está en que los pueblos del Norte Integrado cuentan con extensos sembradíos de arroz, sorgo, plantas frutales, caña de azúcar, entre otros. Además se puede apreciar grandes industrias lácteas, ingenios azucareros, arroceros, centros de acopio, fábricas de cemento, fábricas de alcohol, de jugos de limón con alta calidad de exportación.

Ni hablar de la ganadería. Basta decir que Santa Cruz y Beni son los principales productores de ganadería del país. Producen el 70% de los alimentos que comemos los bolivianos por mas de 1.000 millones de dólares lo decía hace poco Gary Antonio Rodríguez, Gerente General del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).

A todo esto se suma su belleza natural. Cuenta con Parques Nacionales como el Amboró, propio para desarrollar el turismo.

¿Qué pasa con nuestro Norte Paceño? Es absolutamente todo lo contrario. Desde la vinculación  carretera seguimos desintegrados.

Proyectos de años como la integración carretera entre Charazani-Apolo-Ixiamas y hacia mas el Norte, siguen postergados. Pese a que este Gobierno ya anunció una inversión millonaria de crédito chino para asfaltar Charazani-Apolo, no hay cuándo se comience con la obra.

Guanay, Tipuani, Mapire, Te oponte, aún viven de la incipiente minería del oro.  No se ven otras alternativas de desarrollo.

San Buenaventura tiene al frente a Rurrenabaque (Beni) como ejemplo de desarrollo turístico, pero el pueblo paceño vive en una desatención total. Aún no despega el ingenio azucarero de San Buena. Por lo menos no se puede comprar ni una libra del azúcar paceño en La Paz. Se decía que la producción de caña del lugar, no abastecía a la planta industrial azucarera.

Ixiamas, igual que Apolo, espera tener un aeropuerto operable. Solo vive de la ganadería y madera. Recientemente se denunció tala indiscriminada y contrabando de la madera. Pobres bosques.

Es penoso hacer un diagnóstico donde trasciende lo negativo o poco o nada se puede rescatar de regiones altamente potenciales para la agricultura, producción y turismo.

Nuestros pueblos del Norte no tienen la ubicación estratégica del Norte Integrado, donde con un solo recorrido se pueden visitar varias poblaciones a la vez. Recorrer el Norte Paceño es una travesía, desde sus carreteras en mal estado, hasta las distancias entre cada una de ellas.

Sin embargo, estos pueblos no pierden la esperanza de lograr su desarrollo algún día. No solo debemos esperar la ayuda del Gobierno Central o la Gobernación que solo es una pantalla para estas regiones, es necesario elegir autoridades capaces porque hasta el momento gran culpa de este subdesarrollo también es por la incapacidad de nuestros representantes locales.

El Norte Paceño es apto para desarrollar la producción del café, el cacao, la castaña, el arroz, maíz, maní; mucha riqueza en frutas, hortalizas. Riqueza forestal, y sobre todo el Gran Parque Nacional Madidi que espera en silencio la visita de los turistas. Debemos trabajar en dotarle mejores servicios y emprender una gran promoción como tarea de todos para no referirnos nunca mas como el Norte Paceño Desintegrado.

(*) Edgar Toro Lanza, es periodista. Director de Radio Apolo Bolivia y el periódico APOLO XXI.

 

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