“La Iglesia no tiene miedo de la historia”. El Papa Francisco se puso este lunes solemne a la hora de anunciar una noticia que los historiadores llevaban años esperando: la apertura de los archivos vaticanos relativos al pontificado de Pío XII, un período de 19 años (1939-1958) marcado por el desastre de la Segunda Guerra Mundial.
Con este gesto, Jorge Mario Bergoglio propiciará que los estudiosos puedan por fin aclarar si Eugenio Pacelli ayudó o no a los judíos durante el Holocausto, una cuestión que siempre ha estado rodeada de controversia. Será el 2 de marzo de 2020, 81 años después de la elección de Pío XII como obispo de Roma, cuando los investigadores
podrán finalmente hincarle el diente a toda la documentación relativa a su pontificado.
Se trata de una mole inmensa de información. Basta pensar que solo la relativa a la Secretaría de Estado (hay papeles de otros muchos organismos de la Curia romana) cuenta con más de 150.000 ponencias, cada una de las cuales está formado por decenas de folios. Son en total millones de documentos que hacía falta catalogar, numerar e inventariar, como reconocía hace unos años Sergio Pagano, prefecto del
Archivo Secreto Vaticano (ASV), la institución de la Santa Sede que custodia estos fondos.
20 miembros del ASV han estado trabajando de forma continua y en exclusiva en los papeles del papado de Pío XII durante 13 años. Francisco realizó el importante anuncio de la apertura de los archivos sobre el Papa Pacelli en una audiencia que concedió en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico a los responsables y trabajadores del ASV.
Esta institución cuenta con ochenta y cinco kilómetros lineales de estanterías llenas de documentos datados incluso en el siglo VIII. La información de los últimos ocho siglos es detallada y continua y permite entender tanto la situación de la Iglesia universal en un determinado momento como la perspectiva que el Papa de turno tenía sobre cualquier cuestión de relevancia.
Desde que León XIII lo abrió a finales del siglo XIX para los historiadores “sin distinción de nacionalidad y religión”, al ASV de 'secreto' solo le queda el nombre. Su única diferencia con los archivos estatales de cualquier otro país es que no abre sus fondos por años o décadas, sino por pontificados. De ahí que el anuncio realizado por Francisco resulte tan significativo para los estudiosos.
En el Vaticano hay confianza en que los expertos puedan quitarle a Pío XII el sambenito de que no hizo suficiente para salvar a los judíos de la persecución nazi.Cuando Benedicto XVI declaró en 2009 'venerable' a Pacelli, abriendo así el camino hacia su beatificación, diferentes asociaciones hebreas pidieron a la Iglesia que sacara a la luz toda la documentación relativa al período de la Segunda Guerra
Mundial para aclarar cuál fue verdaderamente el papel desempeñado por el entonces Pontífice.
El Yad Vashem, el Museo del Holocausto de Jerusalén, celebró la próxima apertura de los archivos y deseó que los investigadores puedan realizar un estudio “objetivo” que permita comprender la postura del Vaticano durante los años de persecución nazi a los judíos. Francisco se mostró convencido de que con este gesto se podrá interpretar de forma crítica los momentos de “graves dificultades” afrontados por Pío XII, las “tormentosas decisiones” que le tocó tomar y su “humana y cristiana prudencia”.
A algunos les pudo parecer que tenía “reticencias” frente a las adversidades pero, según Bergoglio, no faltaron esfuerzos para mantener encendida “la llama de las iniciativas humanitarias y de la diplomacia escondida pero activa” en medio del período “más oscuro y cruel” que ha conocido el mundo.
En Roma se recuerda que fueron numerosos los casos de judíos que encontraron refugio frente a la persecución nazi tanto en el Vaticano como en Castel Gandolfo, la residencia veraniega de los Papas. El dormitorio de Pacelli en el Palacio Apostólico situado en esta localidad a las afueras de Roma incluso fue utilizado como paritorio
para las mujeres judías acogidas allí durante el Holocausto. Se calcula que fueron unos 50 los niños nacidos en la propia cama de Pío XII, a muchos de los cuales les pusieron como nombre Eugenio o Pío. Se les conocía como a los 'hijos del Papa'.
En un artículo publicado por 'L'Osservatore Romano', el diario de la Santa Sede, Pagano se mostró confiado en que la apertura de los archivos permitirá acabar con la 'leyenda negra' sobre Pacelli, pues saldrá a la luz su “diplomacia de la caridad”. Los investigadores encontrarán otro suculento filón en los fondos eclesiásticos relativos
a uno de los momentos más tensos para la Santa Sede durante la Segunda Guerra Mundial: cuando Hitler pensó en deportar a Pío XII a Alemania.
EL TIEMPO