08 de mayo (Revista Buen Vivir Digital).- El propóleo, uno de los productos más populares para el tratamiento de infecciones respiratorias y de mayor demanda en esta temporada, debe cumplir ciertas características para su efectividad y beneficio en la salud.
A diferencia de la miel o la jalea real, el propóleo no es un alimento, es como el revoque y la pintura de la casa de las abejas, sirve para sellar las imperfecciones de la colmena, reparar los huecos, barnizar y mejorar el microclima. La materia prima que utilizan las abejas para producir es la resina de algunos árboles como el molle, eucalipto, algarrobo y otras, explica José Luis Calahuana Romay, director de la Fundación para la Conservación Integral de las Abejas (Apismel) y expresidente de la Federación de Apicultores de Cochabamba, además de asesor en el rubro.
Para que esta sustancia tenga efectos positivos en la salud, como la acción antimicrobiana y antioxidante, debe tener ciertas especificaciones tanto en la presentación como en el consumo, ya que un producto adulterado, de baja o alta concentración, la utilización indiscriminada, puede afectar la salud.
Tomar un buen propóleo en el curso de una infección respiratoria, bien sea viral o bacteriana, reduce el tiempo del proceso, afirma el apicultor, pero no reemplaza el tratamiento que pueda recomendar el médico; además, contribuye a la reparación de la mucosa y reduce el proceso oxidativo de la inflamación que provoca la enfermedad.
Según Calahuana, al ser una resina, el propóleo tiene aspecto de cera y debe ser diluido al 70% en alcohol, no puede mezclarse con polen porque pierde su efectividad. “Es difícil predecir si un producto es adulterado o no, tendría que hacerse un análisis de laboratorio, pero la mejor forma de asegurarse es comprando de establecimiento autorizados, apícolas establecidas y reconocidas”, indicó Calahuana, a tiempo de dar una referencia del precio como parámetro para distinguir un producto de calidad de uno adulterado.
El propóleo se utiliza en gotas, disuelto en agua caliente, mate, té, limonada. Si la resina, pese al calor, se prende como cera en la taza, está adulterada, es decir, tiene más alcohol que resina.
El tratamiento con propóleo no debe pasar de los 5 días, afirmó Calahuana, ya que puede provocar llagas en la boca y en el tracto digestivo. La dosis habitual es de 5 a 10 gotas, tres veces al día; en caso de prevención, de dos a tres gotas al día.
“Si alguien le indica que deben tomar 20 gotas, tres veces al día, ese propóleo ya es adulterado, porque es una dosis excesiva para el tratamiento infeccioso”, advirtió al concluir.
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