La gestión del alcalde de La Paz, Iván Arias, parece haber encontrado inspiración en el gobierno central del MAS, pero no precisamente en sus aciertos que -además- son pocos. Al igual que el ejecutivo nacional, la administración paceña se ocupó de la construcción de infraestructuras cuestionadas, obras costosas de dudosa utilidad y medidas impopulares, mientras los problemas urgentes de la ciudad siguen sin atención oportuna.
Letrero “La Paz”
Uno de los proyectos más polémicos del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz (GAMLP) es el gigantesco letrero de "La Paz" instalado en el parque Lak’a Uta del macrodistrito de Cotahuma. Inspirado en el icónico cartel de Hollywood, con letras de 16 metros iluminadas con luces LED fue duramente criticado por los ciudadanos, quienes cuestionan la prioridad de destinar recursos municipales a un monumento cuando la ciudad enfrenta problemas de infraestructura, transporte público, construcciones clandestinas y fuera de norma así como desastres ocasionados por las lluvias.
El propio alcalde celebró el letrero con una ch’alla, mientras los paceños se la pasan lidiando a diario con calles deterioradas, ríos desbordados, deslizamientos, dificultades con los conductores de transporte público, asentamientos de vendedoras en aceras donde se impide el libre paso de peatones, etc. lo cual demuestra la falta de planificación en la urbe.
Se destinaron más de dos millones de bolivianos para la instalación de las letras. El proyecto sufrió un incremento en su precio inicial por la necesidad de realizar modificaciones estructurales en una zona de riesgo geológico. Si bien en el GAMLP se argumenta que la obra no se limita al letrero, sino que incluye la rehabilitación de áreas verdes y la consolidación de un mirador, el alto costo y la inestabilidad del terreno (aunque el alcalde haya realizado la “prueba de seguridad de la botella”) generan controversias sobre su viabilidad.
Adicionalmente, el contexto de la obra difiere enormemente del icónico letrero de Hollywood, cuya instalación respondía a fines publicitarios y no a la simple imitación estética que parece impulsar Arias. El famoso letrero de Los Ángeles, California de Estados Unidos fue instalado en 1923 para promocionar un desarrollo inmobiliario (Hollywoodland), mide 13,7 metros de altura y 106,7 metros de largo.
Con el tiempo, se le quitaron las últimas 4 letras y se convirtió en un ícono mundial del cine y el turismo. Se puede distinguir desde Hollywood Boulevard, el Teatro Dolby, el Observatorio Griffith, Lake Hollywood Park y desde el avión, entre otros lugares. A diferencia del letrero de La Paz, que se lo puede ver sólo desde determinadas zonas, su valor simbólico se consolidó a lo largo de décadas, lo que pone en duda el impacto y la relevancia de la versión paceña.
Ciclovía
Por otro lado, la ciclovía en la zona Sur refuerza la percepción de que la administración de Arias, al igual que el MAS en el gobierno central, prioriza proyectos llamativos pero mal ejecutados como el caso del aeropuerto Tito Yupanqui de Copacabana que tuvo un costo de 45,3 millones de bolivianos sin vuelos después de su inauguración en 2018 o el del Museo (fantasma) de la Revolución Democrática y Cultural en Orinoca que costó aproximadamente 50 millones de bolivianos y que se encuentra cerrado desde el 2020 (sólo se abre para supervisión), mostrando abandono y deterioro.
La ciclorruta de La Paz, inicialmente presupuestada en 3,2 millones de bolivianos, terminó costando más de 4,5 millones. A pesar de su avance del 90% se critica su planificación y utilidad. Ante las quejas de los vecinos, locales comerciales de la zona y la población en general, la Alcaldía prevé modificar la versión original del proyecto retirando algunos bolardos y planteando que El 80% de los tramos se conviertan en parqueos tarifados; mientras que su función de ciclovía sea sólo para los fines de semana.
El GAMLP insistió al inicio del proyecto en su valor para el turismo y la movilidad alternativa, pero las dudas sobre su impacto real persisten porque el carril de bicicletas, que antes era utilizado para la circulación y parqueo de vehículos o paradas de transporte público, ahora es una vía peatonal a medias que incluso es motivo de problemas en el tráfico, mucho más en temporada de lluvias.
Tarifas del transporte público
En cuanto a las tarifas del transporte público paceño, que fueron elevadas sin el respaldo suficiente de estudios técnicos y sin contar con el consenso ciudadano, éstas se convirtieron en un verdadero dolor de cabeza para los pasajeros, quienes no han sido tomados en cuenta en ninguna circunstancia. El incremento en el costo de los pasajes en minibuses, especialmente, provocó gran rechazo y preocupación entre la población, ya que afecta directamente la economía de miles de familias que dependen diariamente de este servicio.
El hecho de que no se respeten las tarifas diferenciadas para personas con discapacidad, adultos mayores y estudiantes de nivel primario y secundario o se continúe con el trameaje (ahora por la escasez de gasolina) resulta indignante. Además, tampoco se contempló una tarifa preferencial para los universitarios, lo que agrava más la situación de los jóvenes que deben trasladarse a sus centros de estudio con presupuestos ajustados. Esta falta de consideración evidencia una gestión desordenada y alejada de las necesidades reales de la ciudadanía, lo que impulsa protestas y exigencias para una revisión de las tarifas.
Definitivamente, la administración actual del GAMLP enfrenta ataques por su falta de liderazgo y gobernabilidad, demostrada en su ineficaz tarea de emergencias y prevención de desastres. Las intensas lluvias expusieron inconvenientes repetidos como la falta de limpieza de cuencas y el control de movimientos de tierra, que no han sido atendidos con seriedad.
A esto se suman denuncias de corrupción y falta de transparencia en el manejo de fondos públicos, mientras Arias alega ser víctima de un complot político. Sin embargo, más allá de estas disputas, la realidad es una ciudad deteriorada, con obras más orientadas al marketing que a resolver problemas urgentes.
Al igual que el gobierno central del MAS, el GAMLP prioriza proyectos simbólicos en lugar de atender emergencias por las lluvias, el mal estado de las calles, el caos en la movilidad y el aumento de la inseguridad. En lugar de replicar malas prácticas, Arias debería enfocarse en una gestión responsable. La ciudad no necesita espectáculo, sino soluciones reales y urgentes.