El expresidente, Evo Morales, que gobernó entre 2006 y 2019, afirmó hoy que la prensa boliviana lo considera “enemigo número uno” y con ello justificó la presentación de un documental que narra una supuesta operación militar y policial para asesinarlo, ante periodistas de medios extranjeros que siguieron la transmisión por teleconferencia.
Morales expuso su versión sobre el confuso incidente registrado el domingo 27 de octubre, y presentó un recuento de imágenes en video captadas por cámaras localizadas en la carretera principal en el Chapare, el centro de Bolivia, y expresó sospechas de la participación de la estadounidense Administración de Control de Drogas (DEA, por su sigla en inglés) en la operación.
“¿Por qué hemos invitado a la prensa internacional? Aquí la prensa nacional, (es) enemigo número uno de Evo Morales”, aseguró desde sus redes sociales que amplificaron su denuncia.
“Yo les pregunto a los periodistas: digan la verdad. ¿Qué me responden los periodistas sanos y honestos?: Si decimos la verdad, no vamos a recibir publicidad (estatal)”, afirmó.
“Entiendo perfectamente cómo es la sobrevivencia de los medios de comunicación”, dijo al sugerir una influencia gubernamental sobre las noticias difundidas por los medios respecto al supuesto atentado.
“Antes era (la) derecha y el imperio (EE.UU.); ahora es (el) imperio, el gobierno, (la) derecha y los medios de comunicación…”, acusó.
Los participantes de la conferencia de prensa fueron invitados para estar presentes en el Chapare o seguir la transmisión por redes sociales, pero a condición de enviar un correo electrónico e identificar al periodista con su cédula y al medio; adjuntar una foto de la credencial y una dirección electrónica.
Desde el inicio de las acciones de protesta por obtener reconocimiento como candidato a las elecciones generales de 2025, Evo Morales y sus seguidores protagonizaron agresiones verbales y físicas contra reporteros de medios independientes.
El 28 de octubre, Morales calificó de “inmoral y repugnante” al trabajo de los medios de comunicación, mientras el exministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, afirmó que los medios “han pasado del cártel de la mentira al cártel del magnicidio”.
El martes 17 de septiembre, una periodista fue golpeada por seguidores del expresidente, sufrió lesiones en la espalda, además de agresiones verbales, mientras cubría el inicio de una marcha de protesta encabezada por el propio Morales.
El fotoperiodista de la agencia española de noticias Efe, Jorge Ábrego, estuvo a punto de perder la vida como efecto de la onda expansiva de una dinamita lanzada por un manifestante que apoyaba a Morales, en la región de Parotani, Cochabamba, el 1 de noviembre pasado.
Morales admitió públicamente que su gobierno aplicó una política de premios y castigos en la asignación de la publicidad estatal, de la cual quedaron excluidos los diarios independientes, mientras era muy generoso con los medios que no cuestionaban sus acciones.
El 24 de agosto de 2018, la Sociedad Interamericana de la Prensa (SIP) reprobó el respaldo del entonces presidente Morales a una ley contra la mentira, y advirtió que el propósito de tal norma era “silenciar y censurar la crítica”.
La SIP también recordó que Morales declaró a la prensa como su “enemigo número uno”.
///