Abril 24, 2024 [G]:

Evo y Fencomin: Los seis conflictos planteados por los cooperativistas

Con violentos bloqueos y otras presiones, los cooperativistas desafiaron varias veces al Gobierno que ayudaron a instaurar. En la década pasada, tuvieron también idilio y ruptura con Sánchez de Lozada.


Martes 30 de Agosto de 2016, 11:15am






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Mineros durante el bloqueo a la carretera La Paz - Oruro (Foto:Urgentebo)

La Paz, 30 de agosto de 2016 (Urgentebo).- De abrazo en abrazo, de bloqueo en bloqueo, Evo Morales y los cooperativistas mineros han tenido una relación agridulce, fuertemente condicionada por las conveniencias mutuas y rota en la última semana por un conflicto de intransigencias que devino en insólita violencia. No es la primera ruptura de ese idilio de más de una década.

Los bloqueos de los “oficialistas” cooperativistas contra dos disposiciones gubernamentales que afectaban al centro de sus negocios –sindicalización y contratos- crecieron tanto en violencia, hasta el asesinato de un viceministro, que a casi una semana de esos sucesos aún no es posible visualizar todas sus consecuencias.

Morales no es el único gobernante al cual los cooperativistas mimaron y desafiaron, siguiendo un juego de intereses.

En 2003, los afiliados de la Federación de Cooperativas Mineras (Fencomin) celebraron con el entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada la creación del Fondo Minero de Inversión (Fomin), obsequiaron un guardatojo al presidente neoliberal y apenas meses después le declararon la guerra para sumarse a los movimientos sociales que, tras la sucesión de dos años de renuncias y crisis de gobernabilidad, llevaron a Morales al poder en enero de 2006.

Las ventajas cooperativistas

El primer ministro de Minería de Evo en el 2006 fue un cooperativista minero, Walter Villarroel.Varios cooperativistas fueron incluidos en las sucesivas listas de candidatos del MAS y en la actualidad hay por lo menos siete representantes de ese sector en la bancada oficialista 2015-2020. El sector tiene o ha tenido también en sus manos oficinas importantes como los viceministerios de Cooperativas y de Cooperativas Mineras, inclusive en el Ministerio de Obras Públicas.

En el 2007, el Gobierno excluyó a las cooperativas de una recién creada alícuota adicional al Impuesto a las Utilidades de las Empresas.

En el 2009 Morales aumentó la capacidad financiera del Fomin y lo sustituyó por el Fofim, dando mayores facilidades de acceso al crédito para las cooperativas mineras. En los años siguientes, entre conflicto y conflicto, Evo otorgó diversa maquinaria y apoyo directo a las cooperativas por más de 100 millones de bolivianos.

También en el 2009, la nueva Constitución Política dio a las cooperativas un papel protagónico en la economía, en el marco del modelo plural y comunitario.

Consolidando ese reconocimiento político, la Ley General de Cooperativas de 2013 y la Ley de Minería de 2014 incorporaron casi todas las demandas de los cooperativistas, con excepción notoria de una autorización para que firmen contratos de sub-arrendamiento de sus concesiones con empresas privadas.

Los cooperativistascorrespondieron con abierto apoyo electoral a Morales en el referendo revocatorio de 2008, y la aprobación constitucional y reelección presidencial realizadas en el 2009. Renovaron esa alianza para las elecciones de 2014, afirmando que sumaban hasta 150.000 trabajadores con gran capacidad de movilización.

Los desplantes

Huanuni –En octubre de 2006, el primer conflicto sangriento del “proceso” tuvo en el centro a los cooperativistas, que se opusieron a un plan de re-nacionalización de las minas y respondieron con el intento de toma del cerro Posokoni, el principal yacimiento de estaño de Huanuni. Dos días de choques dejaron 16 muertos y decenas de heridos, entre cooperativistas y mineros regulares de la Comibol.

El Gobierno repuso el control estatal en la mayor mina de estaño del país y, tras una inicial ruptura con Fencomin, accedió a incorporar a 1.500 cooperativistas a la plantilla laboral de Comibol en ese distrito.

Caihuasi – Como derivación del conflicto en Huanuni, los cooperativistas bloquearon al mes siguiente la carretera Oruro-Cochabamba. Allí murió un policía.

Colquiri – En el 2012, los cooperativistas protagonizaron un nuevo conflicto violento, reclamando más áreas de explotación en la mina de estaño de Colquiri, donde opera también la Comibol. Fencomin bloqueó por seis días las carreteras del occidente, pero la pelea entre cooperativistas y mineros de la Comibol se trasladó de Colquiri a La Paz, donde un minero sindicalizado murió por un dinamitazo del que se responsabilizó a los cooperativistas, en pleno centro urbano. Los cooperativistas lograron parte de las nuevas áreas de explotación que pretendían.

Ley Minera – En el 2014, Los cooperativistas lanzaron nuevos bloqueos y marchas, esa vez contra una nueva Ley Minera que les prohibía firmar contratos de asociación con empresas privadas. Cinco días de corte de la carretera troncal dejaron dos bloqueadores muertos en el departamento de Cochabamba.

Demanda financiera.- En julio del 2015, los cooperativistas bloquearon varias carreteras del occidente en demanda de atención a un pliego de peticiones en el que desatacaba apoyo financiero para enfrentar la baja de precios de los minerales. Tras una semana de bloqueos intermitentes, el conflicto concluyó con negociación.

El conflicto de 2016 – La última confrontación fue provocada por una ley, propuesta en marzo por la Central Obrera Boliviana, que reconoce los derechos sindicales dentro de las cooperativas. La ley fue procesada y aprobada en la Asamblea Plurinacional entre junio y julio y terminaría promulgada por Evo Morales el 19 de agosto, ya en plena movilización cooperativista.

Los cooperativistas, que no lograron frenar la norma, realizaron una primera ola de bloqueos que les resultó insuficiente para impedir la promulgación presidencial. Sobrevino entonces la segunda ola de bloqueos en la carretera troncal, a partir del 23 de agosto, con el saldo de cuatro bloqueadores y un viceministro muertos, además de decenas de heridos entre cooperativistas y policías, y al menos nueve líderes cooperativistas encarcelados para enfrentar juicio por el asesinato de la autoridad.

Estos últimos bloqueos duraron tres días y terminaron dejando al movimiento cooperativista minero descabezado, derrotada inicialmente su movilización contra la polémica ley de sindicalización y fracasado también su intento de que se les autorice la firma de contratos con empresas privadas, demanda que según las autoridades era en el fondo la más importante.

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