Cochabamba, 31 de agosto (Opinión).- El expolicía que fue denunciado por raptar a una joven de 25 años y encerrarla en un sótano improvisado de su casa en Tirani, para golpearla y violarla durante tres días, tiene más víctimas que lo señalan como el autor de delitos sexuales. Incluida la primera denunciante, ya suman seis las personas que padecieron raptos, encierros y vejámenes, informó el diario Opinión.

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El expolicía que llevaba a sus víctimas a su casa y las ocultaba en un sótano

La información la dio la secretaria de Desarrollo Humano de la Alcaldía de Cercado, Andrea García. Ella relató que una segunda víctima vio al expolicía en imágenes de televisión y de diarios y acudió al Servicio Legal Integral Municipal (SLIM) para denunciar que en el mes de julio el expolicía también la abordó en la calle y, luego de interrogarla, le metió un pañuelo en la boca y ella se habría desvanecido.

“Al despertar, estaba en un hueco, en una vivienda desconocida”. Allí, el expolicía la agredió y vejó durante tres días. Luego la sacó y la abandonó en un municipio aledaño, pero la víctima nunca supo dónde era la casa. “Es la misma forma de delinquir, fueron descritas las mismas características de tortura en el sótano, lo que nos hace pensar que el acusado tendría rasgos psicopáticos”, detalló García.

Sin embargo, el expolicía no solo raptó y agredió sexualmente a mujeres desconocidas a las que abordaba fingiendo ser policía. También enfrentó denuncias por abusos y violaciones a tres menores de edad de su entorno familiar. El primer caso ocurrió en 2012, cuando las víctimas tenían 11 y 13 años. Ambas fueron vejadas, según la madre, pero en ese tiempo Ubaldo Baltazar era policía y la mujer sospecha que usó sus influencias para lograr que hasta el informe forense fuera distorsionado. También fue sindicado de efectuar toques impúdicos a una niña de cuatro años, de su familia. Las denuncias nunca prosperaron.

El hombre fue sindicado de una violación en Tarija, antes de ser destinado a Cochabamba, pero logró librarse de la cárcel. “Si él hubiera recibido sanción por este primer caso, se habrían evitado los ataques a otras personas”, señaló Andrea García.