30 de junio (Urgente.bo).- Desde los tres años Flor María Pariquí notó que tenía salpullidos que le causaban dolor cuando se tocaba la piel y hoy que tiene 14 años, esa rara enfermedad de la cual no hay un diagnóstico médico, la lleva a pedir ayuda. Ella dice que tiene Lepra, sin embargo su dermatóloga maneja la hipótesis de que puede ser Genodermatosis.
La adolescente es de una familia de escasos recursos, su madre falleció y su padre es albañil. Tuvo que viajar de Beni hacia Santa Cruz en busca de ayuda médica para su hija.
“Tengo 14 años y sigo con esto desde los tres años. Los médicos me han dicho que tengo Lepra y es crónico”, manifestó Flor en declaraciones a Gigavisión.
María Isabel Méndez, que es la dermatóloga que la trata desde los tres años de edad, descartó que se trate de una enfermedad infecciosa que sería producida por el bacilo Mycobacterium lepra que afecta principalmente los nervios periféricos y la piel. Ella dice que hay la hipótesis que las costras y el dolor en la epidermis puede ser considerada una genodermatosis, que es una enfermedad de origen genético.
“La enfermedad no tiene nada que ver con la lepra. Ella siente dolor y son lesiones costrosas agrupadas que rodea todo el cuerpo, antes le producía picazón, ahora, le duele”, declaró la galena al portal informativo Urgente.bo.
El tratamiento que sigue Flor María es con base en cremas y avena. Cabe aclarar que lo que padece no es contagioso.
“Es el primer caso que se ha dado. Se realizan estudios para determinar qué tipo de enfermedad tiene, pero si ese laboratorio no llega al diagnóstico mandaremos las prueba al exterior”, indicó Méndez. Los resultados de la Biopsia se darán a conocer en los próximos 10 días.
El tratamiento es caro
Según Arturo Pariquí, padre de la adolescente, los gastos para el tratamiento de su hija son bastante caros, es por eso que necesita ayuda. Solo un bote de crema le cuesta Bs 250 y le dura entre cinco a 10 días.
“Las cremas valen Bs 250, es muy caro su tratamiento. Hay que entender que no cuento con los recursos necesarios para comprar, aunque hago todos los esfuerzos”, argumentó el papá de Flor.
La pomada ayuda a que las costras que tiene en la piel, se le caigan y aplaca un poco el dolor. Flor María no solo recibe esa crema para la piel, sino otras que demandan un presupuesto mucho mayor, aclaró la dermatóloga.
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