La Paz, 26 de febrero (Soledad Mena, Urgentebo.com).- Gerónimo Copa es una persona con discapacidad grave. Un accidente de tránsito en el camino a los Yungas lo dejó inactivo de la cintura para abajo hace 20 años. La necesidad de movilizarse con eficiencia le llevó a adaptar una moto para así transportarse de manera independiente. Y lo logró. Ahora, junto a su hijo, quiere proveer de coches a personas con capacidades diferentes, como él.
Copa quedó inválido a los 32 años; el camión que conducía a Yungas se embarrancó, pero él sobrevivió y desde entonces valora todo lo que tiene y busca darle provecho a todo.
“Mi invalidez es de la cintura para abajo. Estoy llegando a mis 51 años, con mi hijo hemos diseñado un automóvil. Estaba cansado de decir baja y subí mi silla, a veces se hacían morder la mano era todo un problema”, recuerda Copa.
Nunca dejó atrás su responsabilidad de padre, se dio modos para trabajar y sostener a su familia proveyendo de recursos para sus cinco hijos y su esposa. Se empleó como ayudante en un taller de zapatería y carpintería, pero al tener limitaciones físicas fue discriminado por los dueños. Fue retirado de su fuente laboral porque era considerado una persona “no sana”.
“Los talleres grandes quieren personas sanas, por ese motivo ya no me han solicitado en el trabajo”, recuerda.
Don Gerónimo y su hijo mayor, Carlos Copa, decidieron hacerle frente a las adversidades. Adquirieron conocimientos sobre mecánica y electricidad para adaptar una motocicleta en un coche, capaz de transportar a Gerónimo en su silla de rueda de un punto a otro de manera autónoma.
“La idea fue transportar a mi papá porque estaba mucho tiempo sin movilizarse, había una necesidad. Estaba solo en casa y aburrido”, explicó Carlos.
Luego de tres intentos durante un año acabaron el primer prototipo vehicular para personas con capacidades diferentes.
“Surgió la idea de hacer una moto, hemos visto que eran voluminosas, que no entraban por la puerta y dijimos que deberíamos hacer un coche cuyo ancho sea como máximo de 80 centímetros”, detalló Carlos.
El pri
er paso fue adaptar una bicicleta a una silla de rueda. Una vez logrado aquello buscaron convertir la moto en coche, que usa para circular por las calles cuando se trata de circular tramos cortos.El coche tiene una rampa en la parte de atrás que posibilita que la silla de rueda pueda subir y acomodarse sin la ayuda de nadie. Cuenta con todas las medidas de seguridad para que quede estable. Se adaptó el freno y acelerador al volante para que el conductor lo controle con las manos.
“La silla de rueda queda estable y el volante es firme. Hemos hecho pruebas en asfalto y tierra; hemos hecho muchas mejoras en la suspensión rígida e independiente, entre otras cosas”, aclaró.
La conexión eléctrica, el tanque de combustible y el motor, se encuentran adelante para darle seguridad al conductor del coche.
La idea de la familia es conformar una microempresa proveedora de coches porque comenzaron a llegar solicitudes de compra. El interés surge por la cualidad de transportar a las personas con capacidades diferentes de manera segura, sin la colaboración de otros.
“Estamos apuntando a producir más coches para personas con discapacidad, junto con mi hijo, él quiere ayudar a las personas con discapacidad, pero necesitamos herramientas, la gente está demandando los coches. He vendido un prototipo, hay como 10 personas interesadas. Estamos solicitando un torno”, apuntó.
La meta es equipar el taller, la familia entera comenzó a recaudar recursos económicos.
Gerónimo ambula todos los días vendiendo tarjetas telefónicas en el cruce a Viacha, en la ciudad de El Alto, y su esposa se dedica al comercio de frutas. Espera mejorar su situación con el bono de 250 bolivianos que comenzará a recibir de la Alcaldía, pero ya tiene un sueño.