El pintor, escritor, columnista e investigador social Edgar Arandia Quiroga falleció este miércoles, afectado por una enfermedad que en las últimas semanas lo mantuvo alejado de lo que tanto le apasionaba: conocer, sentir, compartir la realidad social y cultural que muchísima gente se negaba a hacerlo.
Columnista del periódico digital Urgente.bo, Arandia fue un boliviano que buscó que la sociedad se reconozca a si mismo. Dotado de un fino humor popular, era pensador que generaba controversias con sus posiciones políticas y sus críticas a quienes incurrían en las prácticas tradicionales.
“Una gran pérdida para nuestra comunidad Walykys de Tata Santiago, partió al lado de nuestro creador nuestro estimado compadre Edgar Arandia Quiroga, quien nos dejó grandes lecciones de vida, grandes narraciones, grandes historias contadas en la forma que él solo la sabía hacer. Dios lo reciba en su Santa Gloria y brille para él, la luz perpetua”, publicó el grupo devoto del Tata Santiago.
Como investigar social y hombre conmovido por la tradición popular, Arandia hizo que los diferentes grupos sociales del país conozcan más de la cosmovisión andina y de las tradiciones mestiza, como la festividad del Gran Poder. Precisamente uno de sus últimos trabajos fue la historia de los tres rostros del Señor de la Santísima Trinidad, hoy más conocido como Tata Gran Poder.
El archivista y gestor cultural Elías Blanco Mamani publicó también: “Nos duele el corazón. Nos queda su obra: pinturas, poemas, pensamientos... Buen viaje mi hermano, a nombre del Museo del Aparapita”.
Nacido en La Paz el año 19850, Quiroga cumplió funciones públicas. Fue viceministro de Culturas, director del Museo Nacional de Arte, y secretario ejecutivo de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia.
Se formó en Bellas Artes en la Escuela de Artes Hernando Siles y en el Taller de Grabado del Centro Boliviano-Brasileño. Tenía una licenciatura en antropología y un posgrado.
El ciudadano peruano y conocedor de la política boliviana Wálter Chávez publicó también lo siguiente: “Ayer, mientras los militares en traje de faena rompían la puerta de Palacio, Edgar Arandia moría discretamente... Fue un todoterreno del arte y el compromiso político: pintor, poeta, antropólogo, achachi cowboy y chuta cholero, así se definía... Su pintura tuvo varios momentos, casi siempre se detuvo en personajes marginales, resueltos con trazos gruesos, siguiendo variables expresionistas... En lo político, resistió a las dictaduras de los 70 con su arte y con acciones conspirativas y fue apresado y torturado, como era la costumbre, entonces...
“Edgar también fue un gran polemista... Defendió la cultura del hombre del altiplano, cuando todavía estaba bien visto el desprecio racista de las élites paceñas hacia los indígenas... Era un artista de lo plebeyo, de los bordes... Escribió unos tres libros de poesía... Con "Chuquiago Blues" recuerdo vagamente que recibió algún premio... Un libro intimista, entrañable, amargo y laberintoso, como esa Bolivia que tanto amó y nos enseñó a amar en la totalidad de su obra...”
De la misma manera, el investigador y activista David Aruquipa Pérez le rindió tributo: “gracias por enseñarme la filosofía de la vida y la muerte como una continuidad, vuela alto y libre, como siempre fuiste. Me duele el corazón y a la vez se engrandece. Mil veces gracias por hacer tanto por tu querida Bolivia, tu pueblo, tú comunidad de afectos. Hasta siempre camarada”.
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