26 de abril (Infobae).- Descanse en paz, Francisco. No ha pasado ni una semana desde que ofició su última misa, la de Pascua, y se acercó a saludar a los fieles congregados en el Vaticano con sus últimas fuerzas, y su recuerdo sigue siendo intenso. El mundo ha enterrado hoy a un papa cuya misión fue sacar a la iglesia a la calle, “siempre atento a los marginados de la sociedad”, cerca de la gente, de los refugiados.
Y es en la calle donde los centenares de miles de creyentes y no creyentes (el Vaticano ha afirmado que los asistentes han sido al menos 200.000) han pasado la noche en vela y han despedido este sábado al pontífice en una multitudinaria ceremonia que ha empezado en la plaza de san Pedro y acabará en Santa María la Mayor. “Llevo despierto desde las 3:30 am”, decía un peregrino voluntario que ayudaba a los asistentes a colocarse en la plaza para despedir al pontífice antes del comienzo de la ceremonia.
El funeral, oficiado por Giovanni Battista Re, se ha convertido también en una cumbre política incómoda en la que han coincidido Donald Trump con Volodímir Zelenski —que no se veían desde el turbulento encuentro en La Casa Blanca—, y con la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, en plena negociación por el caos arancelario. Ha habido ocasión incluso para que Zelenski y Trump se reúnan brevemente en el interior de la basílica De San Pedro antes del funeral.
Pero encuentros bilaterales aparte, desde el Vaticano y las autoridades italianas no han querido quitarle protagonismo a la despedida del pontífice.
Durante la misa, el cardenal Battista Re ha recordado la misión de Francisco como guía de una iglesia que él consideraba como un “hospital de campaña”, siempre al lado de la batalla. A la “cultura del descarte”, él imponía la cultura de la fraternidad y la misericordia, ya que aseguraba que “ninguno se salva solo”. Sus palabras y el recuerdo de la insistencia de Jorge Bergoglio por la paz han arrancado aplausos entre la multitud, congregada en un respetuoso silencio bajo el sol de Roma desde varias horas antes.
“No os olvidéis de rezar por mí”, decía siempre Francisco. “Y ahora te pedimos que reces tú por nosotros, como el domingo pasado en esta basílica, en un largo abrazo a toda la humanidad”, ha exclamado Re, encargado de oficiar esta misa por las exequias del papa y cardenal no papable debido a su edad (91 años).
El largo adiós del papa Francisco
“Con dignidad, pero como todos los cristianos”: los últimos deseos de Francisco se cumplirán este sábado. Su cuerpo ahora atravesará los muros vaticanos en un cortejo fúnebre que lo guiará por todo el corazón de Roma hasta su destino final.
Más que nunca, se puede hablar de que su funeral ha sido una representación del mundo, con dignatarios de más de 160 países, pero también con la presencia de “los últimos”, los marginados, que lo recibirán en la última parte del camino, en el lugar donde quedará su sepultura en la basílica de Santa María la mayor.
Bajo una losa de mármol de Liguria, la tierra de sus orígenes italianos, descansará el pontífice que vino del fin del mundo, el primer papa latinoamericano de la historia, para crear el sentimiento compartido de una iglesia que pertenece a todos.