El mundo laboral se ha transformado de forma significativa en todo el mundo. En ese cambio, la tecnología juega un rol fundamental, esto implica nuevos desafíos en la formación de los jóvenes, quienes encaran el trabajo y su previa formación de manera distinta. Entre otras diferencias con las generaciones anteriores, ahora los títulos por si solos dejan de ser lo más importante y en su lugar ciertas capacidades de comunicación, de gestión, son las que definen el acceso a empleo o la capacidad de autoempleo, es la opinión de Carola Capra, directora del Grupo Nueva Economía.
CAMBIAR LA FORMACIÓN
La transformación en el mundo laboral implica asumir nuevos desafíos en la capacitación de los estudiantes. La Formación Técnica Profesional cobra mayor relevancia, esos son los conceptos que se manejan en los Centros de Formación Técnica impulsados por el Estado con el apoyo de la Cooperación Suiza a través de Swisscontact, quienes han volcado su mayor esfuerzo en fortalecer y renovar los conocimientos de los capacitadores, en tecnologizar y actualizar los centros de enseñanza con maquinaria de última generación e innovar las carreras que se ofrecen de forma regionalizada.
Según Capra, los centros de formación técnica deben cambiar de chip de acuerdo a las necesidades del mercado, a la demanda de las empresas, de las organizaciones. El mercado laboral es cambiante, demanda que unas organizaciones mueran y otras emerjan de manera más activa. Además deben responder a un mercado que ya no es sólo local, si no que tiene opciones a nivel global. Ahora estamos frente a nuevos actores, nuevos mercados, nuevos desafíos. La formación técnica debe responder a estos cambios.
ARTICULAR A LOS JOVENES CON EL MUNDO EMPRESARIAL
Para Sergio Siles, Asesor Empresarial de Swiss Contact, los Centros de Formación Técnica, públicos o privados tienen una estrecha vinculación con el sector empresarial desde 2 aristas: la primera es que los jóvenes que están terminando su formación, durante el último semestre deben realizar prácticas en las empresas privadas. De esa manera el sector empresarial se convierte en una fuente de generación de prácticas y posteriormente en una fuente de empleo. La segunda arista tiene que ver con la actualización de las currículas, esto tiene como objetivo el que los jóvenes, que egresan como técnicos estén actualizados y respondan a la demanda del sector privado empresarial con amplias oportunidades se inserción laboral.
A partir de 2021, por mandato de la Cooperación Suiza en Bolivia, se decide y se abre una línea de acción orientada a destinar recursos y acciones de lucha contra el Covid, de esa manera surge el programa de capacitaciones flexibles para el empresariado, con la idea de preservar el empleo. Se trata de cursos cortos, en La Paz, Oruro y Tarija para mejorar las capacidades de operarios, técnicos, mandos medios hasta directivos, con la idea de mejorar sus capacidades y coadyuvar a la productividad de la empresa o la recuperación de la productividad, y de esta manera evitar los despidos durante la crisis originada por la pandemia, esto es trabajar en la preservación del empleo. En este empeño el primer aliado estratégico fue la Cámara Nacional de Industrias, que junto a INFOCAL, validaron las currículas de acuerdo a las necesidades empresariales.
EMPRESARIADO COMPROMETIDO
La realización de los cursos flexibles para preservar el empleo contó con 175 empresas inscritas y más de mil funcionarios que fueron capacitados. Se pueden destacar el compromiso de empresas como la Ferroviaria andina, la Cervecería Boliviana Nacional o Nestle. También se ha tenido la participación de empresas medianas o más pequeñas y de rubros muy variados.
Los cursos como tal se dividieron en 2 partes: Transversales, es decir los cursos en los que podía inscribirse cualquier empresa de cualquier rubro. Con temática como el marketing digital, la transformación digital, Excel, etc.
Otros fueron los cursos Específicos, es decir los que respondían a un rubro concreto, por ejemplo un curso de buenas prácticas en la manipulación de alimentos, destinado exclusivamente a las empresas de alimentos y bebidas. La formación técnica profesional vincula el conocimiento con el mercado laboral.
Todos estos datos hacen que la formación técnica responda directamente a las necesidades de productividad del país y una forma más rápida y directa de inserción laboral de los jóvenes.
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