La Paz, 03 de marzo (Urgentebo).- Bertha Alarcón de Guillen es la hija de uno de los héroes del Colegio Militar que fueron a la Guerra del Chaco a defender la patria. Ella, junto a otros hijos y nietos de los integrantes del Batallón Tres Pasos al Frente, asume la tarea de mantener viva la historia al recordar al sacrificio de jovencitos de entre 15 y 18 años.
Alarcón de Guillén, 74 años, es presidenta de la Asociación “Tres paso al frente” que reúne a 170 hijos de los cadetes que fueron al Chaco ante el asombro de los paceños que los vieron ir a la guerra el 16 de octubre de 1933.
El 6 de octubre de 1933 los cadetes del Colegio Militar fueron convocados al patio de honor. Eran alumnos de primero, segundo y tercer curso del Colegio Militar, de entre 15 y 17 años, que se formaron en el patio del colegio y el Comandante pidió que den tres pasos al frente quienes estaban dispuestos a ir a la guerra del Chaco. Todos lo hicieron. La pregunta se repitió tres veces y en tres ocasiones los cadetes dieron los tres pasos, pese a que fueron advertidos del peligroso de perder la vida. De ahí el nombre Batallón “Tres pasos al frente”.
Una vez que llegaron a Tarija, fueron agasajados. Bailaron y luego los cadetes fueron a las arenas del Chaco para enfrentarse con la muerte, cara a cara, en diferentes unidades militares.
En total fueron 174 cadetes a la guerra, solo volvieron 110. Algunos retornaron inválidos y con traumas psicológicos, otros fueron tomados prisioneros en Paraguay.
Quienes volvieron se reincorporaron al Colegio Militar. “Mi papá era el coronel Jorge Alarcón, él nos contó la vivencia en aquel tiempo no era nada agradable, para ellos fue un trauma psicológico, veían morir a sus compañeros, había calor y frio, es un recuerdo amargo, pero el objetivo fue defender la patria”, cuenta Alarcón.
La señora Alarcón lamentó que en la actualidad los estudiantes no sepan qué es la Guerra del Chaco. “Les están enseñando cosas extranjeras, deberían darles libros de la historia de Bolivia, les enseñan quién es Ernesto (Che) Guevara y Hugo Chávez, que no tiene ninguna relación con Bolivia”, se queja.
Hoy solo queda un cadete de aquel grupo que fue a la guerra: Numa del Carpio de 105 años que se encuentra en Santa Cruz. “Es el último de los cadetes está muy lúcido. No camina, está en silla de ruedas, él se acuerda de todo”.
Para los hijos y nietos de los beneméritos al haber ido a la guerra los cadetes es un sacrificio muy grande, por eso merecen ser condecorados en vida, muertos no tiene valor.