La Paz, 12 de marzo (Urgente.bo).- La calle es parte de la esencia de la primera autoridad que dirige el piso 19 de la Casa Grande del Pueblo. “No puedo perder mi esencia”, dice Martha Yujra Apaza, mientras observa a las personas que están en su despacho de Ministra de Culturas y Turismo. Ella dice que una autoridad puede hacer mucho más a favor de la gente, si está en las calles para escucharla y para ver qué puede hacer por El Alto, la ciudad a la que representa en el gobierno.
“Yo quiero decir, que los de El Alto hemos sido abandonados por 14 años, 14 sin empleo, nos marginaron, nos dejaron sin empleo digno. Por eso tengo que desvivirme”.
El hogar también es parte de la esencia de la mujer de pollera que es parte del gabinete de la presidenta Jeanine Añez. “No tengo mucho tiempo”, responde a los periodistas que la entrevistan en su despacho. Pero a continuación lanza un detalle que la retrata a sí misma. “A mi hija le digo que prepare chuño, para cocinar algo. En la noche lavo mis polleras, claro que tengo que lavar mis ropas. Tengo que cumplir con mi esposo y con mis hijos”, dice.
Precisamente por ello, mientras acuerda las medidas que implementará para recuperar la fuerza del turismo en la región de la Chiquitania (al este de Bolivia), a ella se le antoja preparar un ají de racacha, con una sabrosa y crocante chuleta de cerdo. Y buscará tiempo
Martha Yujra llegó al gabinete de ministros en los días más difíciles de los últimos tiempos. Tras la renuncia de Evo Morales a la Primera Magistratura, grupos radicales de El Alto se movilizaron y provocaron destrozos de instituciones públicas y reparticiones policiales. El mensaje sonaba fuerte: desde El Alto no aceptan que Añez asuma el mando de la nación. En ese contexto, la exdirigente de la Central Obrera Regional de El Alto juró al cargo y dio un beso a la whipala en el Palacio de Gobierno, cuando grupos de personas demandan respeto al símbolo de los pueblos indígenas. El gesto de la autoridad tuvo efecto en el proceso de pacificación de Bolivia.
Con esa experiencia y tras el proceso de pacificación, afirma que los sindicalistas y dirigentes deben ser parte de las soluciones de las necesidades básicas de El Alto, y no del problema. Por sus palabras, la actuación de los representantes laborales y vecinales requiere de un cambio.
“Los dirigentes abrazan un partido y se olvidan de las bases, tienen que cambian, deben velar por intereses de donde vienen, de a quienes representan”, afirma la ministra. “Hay que seguir el legado del gran Filemon escobar, jamás debemos olvidar las bases”
“Yo vengo de El Alto, soy pasajero en este despacho”, es otra de las frases que menciona con énfasis, para ser escuchada por autoridades de gobierno. “El primer problema que sufrimos en El Alto es que no hay empleo, no tenemos parques industriales. La basura contamina la ciudad. Todo eso tenemos que cambiar”
Cuando habla de empleo, Yujra recuerda principalmente a las mujeres y a los jóvenes que piden oportunidades de trabajo o de mejores condiciones laborales. Y levanta la mirada a los periodistas, para afirmar que sufre por la situación de la niñez. “Queremos darle empleo más que todo a los jóvenes, no queremos que haya gente que pida limosnas. Queremos erradicar el feminicidio y el abandono de los niños”, dice.
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