No hay un punto de inicio o final en este recorrido, cada paso significa la entrada a un mundo de experiencias. Tres cuadras concentran los sabores más variados de La Paz. Entre la calle Oruro y la Santa Cruz y la subida por la calle Tarija hasta la Illampu, se muestra la gran variedad culinaria paceña y del mundo entero.
En este tramo de la ciudad hay ofertas de la gastronomía del Perú, Italia, México, Chile, India e incluso Corea del Sur. La variedad que se observa paso a paso no solo se adecúa al paladar de cada persona, sino a su bolsillo. Un almuerzo desde Bs. 70 hasta Bs. 13, desde lo gourmet hasta la comida popular. En la calle Murillo hay de todo un poco.
En plena esquina, entre la Murillo y la calle Cochabamba, se desenvuelven tres restaurantes, únicos en sí mismos. La promoción de la cerveza Heineken se enfrenta a la clásica Paceña por la derecha y por la izquierda, con un pequeño cartel del Taj Mahal. El restaurante Sol y Luna, el más grande ofrece diversidad de bebidas y platos gourmet.
Laura M. de Nuevo México quien realizó una visita al lugar en 2019, comenta en la aplicación Tripadvisor: “La comida y las bebidas eran fantásticas e higiénicas. El servicio fue amable y profesional.”
Por la derecha, se alza el Pub Restaurante Pavo Real que ofrece estilo criollo. Sus especialidades: asado de res, milanesa y caldo de pollo. Todo a menos de 20 Bs. La música de zampoñas y charangos sale del ambiente, las sillas y mesas se encuentran adornadas como una pensión hogareña.
Algo oculta en el panorama urbano, el restaurante hindú New Moti Mahal hace presencia en el escenario. Para ingresar, unas gradas se alzan al lado de un mural del palacio hindú, el Taj Mahal. Ofreciendo el clásico arroz con curry y chapati a 35 Bs, además de versiones vegetarianas para sus clientes.
Arleth C. de Puno, Perú, opina: “La atención es muy buena, la comida excelente, nos gustó mucho, pero deberían tener un poco más de cuidado con la limpieza. De todos modos volvemos”.
Entre las fachadas gastadas resalta el colorido frontis de The Steakhouse, en una casa patrimonial con murales de cholas, toros y músicos en un estilo cubista típico del siglo XX. Ofrece carne de primera a la parrilla, promociona el almuerzo ejecutivo a Bs. 59.
Como si se tratase de dos mundos distintos, a su lado se alza una casa con detalles antiguos y pintura amarilla ocre gastada por los años y el clima. Aquí está el Palacio del Jolke con un menú escrito sobre la pizarra negra y con precios desde Bs. 15 hasta los Bs 17.
Si su estómago aún tiene espacio para sorprenderse, al frente podrá encontrar las vistosas escaleras de la calle Tarija que invitan a propios y extraños a adentrarse en sus secretos culinarios. Una rampa invita a conocer más ofertas.
En La Cueva, pequeños cuadros en la pared muestran la lucha libre con dibujos de hombres enmascarados y artes de las catrinas. Acá se puede disfrutar de la gastronomía mexicana: quesadillas, nachos, pozole, burritos y la clásica agua de horchata.
Issy Perry, Reino Unido, menciona en la aplicación para turistas: “Vinimos aquí con mucha hambre y proporcionó todo lo que decía en la lata. El ambiente era divertido y el personal era muy amable. La comida llegó rápidamente y estaba deliciosa. No es muy caro y definitivamente se lo recomendaría a un amigo.”
Si lo mexicano no es su primera opción, al frente encontrará The Local Dish, que tiene un menú, que se lee en inglés español, ofrece platos del mundo con algo nacional en ellos, por ejemplo, el “Llama al Curry”.
Tony Lynch, propietario de lugar, explica que su menú es variado y que se centra en la carne de llama. “Ofrecemos comida, cocteles, buen ambiente y música”, ahora que la reactivación turística empezó, aclara que muchos de sus comensales son extranjeros.
Muchos de los locales enfrentan la misma realidad, la gran parte de sus comensales son extranjeros y, una que otra vez, bolivianos dispuestos a probar algo nuevo.
En toda la oferta que se alza orgullosa en estas calles, ejecutivos, empresarios y turistas coinciden en uno de los mejores restaurantes de Latinoamérica, en específico, el puesto 86: Popular Cocina Boliviana. Abierto desde hace cinco años, rescata los sabores de Bolivia mediante su clásico menú de tres pasos con entrada, segundo y postre listos para crear un remolino de sabores.
Las opciones son variadas y la invitación está hecha. La calle Murillo, en el centro paceño, es una expresión de la inmensa cultura gastronómica que corre por las venas bolivianas. Podrían pasar días enteros en esta calle y no terminar de encantarse con la oferta. Visitar estos restaurantes trae experiencias magníficas, recorran, saboreen y recomienden.
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