Marzo 28, 2024 [G]:

María Magdalena era una mujer influyente y con dinero, no una prostituta


Viernes 15 de Abril de 2022, 5:45pm






-

Una de las historias de amor más apasionantes por el Mesías fue protagonizada por una mujer: María Magdalena, cuyo nombre deriva de Magdala, una ciudad portuaria en la orilla del lago Genesaret (famosa por sus burdeles), donde ella y Jesús se conocieron. Por siglos y por obra de la Iglesia Católica, ella fue vista como una endemoniada prostituta, pero recientes investigaciones y la misma Biblia dan otro perfil de esta mujer, una fundamental en la tarea del Redentor.

En ese encuentro, San Lucas la presentó como una pecadora, no obstante, jamás afirmó que haya sido prostituta. Horas después, mientras Jesús cenaba, María Magdalena se arrojó a sus pies llorando, los limpió con sus cabellos y les ungió un perfume que llevaba consigo.

Tras esto, y pese a la negativa de los demás, el Mesías la acogió, perdonó sus supuestos pecados y la invitó a acompañarlo —a él y a  sus apóstoles— en sus viajes.

En los versos de Lucas VIII:1-3 se dice que “Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él y algunas mujeres que habían sido sanadas como María llamada Magdalena, quien le servía con sus bienes”.

En efecto, muchas investigaciones han reconocido a María Magdalena como una mujer influyente tanto en lo económico como en lo social; en lo económico porque era acomodada, y en lo social porque a pesar de crecer y vivir en una sociedad religiosa muy estricta, decidió romper los esquemas para seguir a un profeta.

La investigadora Jennifer Ristine, autora de “María Magdalena: percepciones desde la antigua Magdala”, asegura que María Magdalena era una mujer adinerada de un pueblo económicamente bien posicionado, que financió y sostuvo, junto a otras muchas mujeres, los tres años de campaña por Palestina del fundador cristiano.

Entonces, ¿por qué en vez de reconocer su entrega y lealtad se le recuerda mayormente como una suerte de prostituta endemoniada? La respuesta radica en el papa Gregorio Magno, quien en el año 591 durante su homilía 33, la calificó como “prostituta” y agregó que de María fueron expulsados “siete demonios” que representaban “todos los vicios”

En la memoria cristiana existen muchas opiniones de este tipo: “El marido ama a la mujer porque es su esposa, pero la odia porque es mujer” (San Agustín); “La mujer es una burra tozuda, un gusano terrible en el corazón del hombre, hija de la mentira, centinela del infierno” (San Juan Damasceno) o la posición de Santo Tomás de Aquino. “La mujer es un varón equivocado y fracasado”

Después de eso, la Iglesia católica la tachó durante siglos —sin ninguna misericordia— de prostituta, adúltera, pecadora, poseída por siete demonios, llorona. Hasta que en el año 2016, por orden del papa Francisco, fue reconocida como santa en el calendario romano.

La Iglesia Católica ha reconocido la santidad de la Magdalena y la ha proclamado santa. En 2016 el papa Francisco la nombró apostola apostolurum, “la apóstol de los apóstoles” —no en vano, según la Biblia, fue la primera en ver a Jesús resucitado— y desde entonces su fiesta litúrgica se celebra el 22 de julio. 

Pero, ¿era o no una prostituta? Ristine considera que ha habido “muchas malinterpretaciones en la vida de María Magdalena”. Los hallazgos arqueológicos de la ciudad bíblica de Magdala, ahora un yacimiento arqueológico con más de 2.000 años de antigüedad, sugieren que se trataba de un enclave rico. Y al integrar en este contexto las referencias bíblicas se puede deducir que María Magdalena era “una mujer adinerada de un pueblo económicamente bien posicionado” y no necesariamente una prostituta, añade la autora.

Esta idea se reafirma, por ejemplo, en los versos de Lucas VIII:1-3: “Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Chuza, mayordomo de Herodes; Susana y algunas otras, las cuales le servían con sus bienes”.

Desde la decisión del Papa Francisco su fiesta litúrgica se celebra el 22 de julio. Y, sin embargo, fue el papa Gregorio Magno, en el año 591, uno de los inductores del calificativo de “prostituta” cuando en su homilía 33 afirmó: “Aquella a quien el evangelista Lucas llama la mujer pecadora es la María de la cual son expulsados los siete demonios, y qué significan esos siete demonios, si no todos los vicios”.

Con esta aseveración, el sumo pontífice hizo una fusión de las tres marías: María la pecadora, “que unge los pies del Señor”; María la de Magdala, liberada por Jesús de siete demonios y entre las mujeres que le asisten; y María de Betania, hermana de Marta y Lázaro.

“La Iglesia de Oriente cree que son tres mujeres diferentes, mientras que la Iglesia de Occidente cree firmemente en identificarlas como la misma mujer, María Magdalena”, explica Jennifer Ristine.

En el Evangelio de María Magdalena, uno de los textos apócrifos encontrados en el siglo XIX, puede apreciarse claramente el lugar que ella ocupaba:

“Pedro le dijo a María: Hermana, sabemos que Jesús te amó más que el resto de las mujeres. Dinos las palabras del Salvador que recuerdas y que tú conoces, pero nosotros no conocemos, ni las hemos oído”.

Magdalena, la mujer más amada por el hijo de Dios, no escapó cuando lo detuvieron y crucificaron y fue la primera en verlo resucitar. En cambio, Pedro, considerado hoy “la piedra sobre la cual se edificó la Iglesia”, huyó y negó al maestro tres veces.

 

///

.