Febrero 10, 2025 -H-

Marcelo Claure: de salvador de Bolívar a aspirante a poder político


Domingo 9 de Febrero de 2025, 9:30pm






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Marcelo Claure ha afirmado que traerá 20 aviones y operará en Bolivia en 60 días si el gobierno le garantiza seguridad jurídica. Sin embargo, no se trata de una propuesta empresarial seria, sino de un acto político. Claure no explica cómo lo haría, ni tiene en cuenta los plazos necesarios para comprar o transferir aeronaves, obtener certificaciones, capacitar tripulación y cumplir con las regulaciones nacionales e internacionales. Su promesa, lanzada en medio de una crisis, parece más bien un intento de capitalizar el descontento con la empresa estatal y desviar la atención de quienes señalan que su repentino interés por Bolivia e influencia en su política responden a su interés en el litio.

Por supuesto, muchos se entusiasman con las promesas de Claure. Sin embargo, su historial en Bolívar demuestra que sus grandes anuncios no siempre se concretan. Llegó en 2007 como copresidente y aseguró que el club sería campeón de la Libertadores en 10 años, pero el mayor logro deportivo sigue siendo la final de la Sudamericana 2004, antes de su gestión. En 2010 prometió un estadio en Tembladerani en una década; en 2018 presentó una maqueta similar a La Bombonera con 35.000 asientos y fijó un plazo de 18 meses para su construcción, que nunca comenzó. En 2021 reformuló el proyecto con menor capacidad (25.000 personas), prometiendo su entrega para los 100 años del club, pero cuatro años después apenas hay avances. Finalmente, en diciembre de 2024, redujo nuevamente la escala del estadio a 15.000 espectadores, con una nueva fecha de entrega en 2026.

Claure llegó a Bolívar como un salvador en medio de una crisis, generando gran expectativa. Muchos se preguntaban: ¿qué interés puede tener un millonario en el club? La respuesta que se repetía era su pasión por el fútbol y su amor por Bolívar. Algo similar ocurre ahora con su repentino interés en Bolivia, su aparente preocupación por salvarla e influir en las elecciones. Entender a Claure y sus intenciones implica también analizar lo que hizo en Bolívar.

Aunque en Bolivia se recalque que Marcelo Claure no es dueño de Bolívar, fuera del país le gusta presentarse como tal. Poca investigación se ha hecho sobre la transferencia del club a BAISA S.A., luego convertida en BAISA SRL, mientras que el periodismo deportivo ha sido mayormente obsecuente. Una de las pocas investigaciones, publicada por la revista Datos, revela que la elección del directorio que permitió la transferencia del club violó sus propios estatutos, habilitando a unos 300 socios con solo presentar su cédula. En una asamblea de 2008, estos cedieron el 100% de la administración del club a BAISA por 20 años con un capital pagado de Bs. 1.000. Además, el contrato redujo el patrimonio del club de $us 7.3 millones a $us 2 millones y estableció que cualquier controversia debe resolverse en un centro de arbitraje en Nueva York, en lugar de una autoridad nacional.

En términos de infraestructura, se podría destacar la construcción del Gran Centro “Mario Mercado” y el Centro de Alto Rendimiento, aunque ninguno pertenece a Bolívar. El Gran Centro fue cedido a BAISA por Teresa Bedoya (tía de Marcelo Claure) mediante un poder conferido por Guido Loayza. Por su parte, Claure afirmó en una entrevista que el Centro de Alto Rendimiento es de su propiedad, construido con su dinero, y que lo cederá a Bolívar bajo sus propias condiciones, sin una fecha definida. En cuanto a los terrenos de Cotahuma (40.000 m²), fueron transferidos a la Alcaldía de La Paz como pago de deudas de impuestos del Gran Centro “Mario Mercado”, que, como se mencionó, ya no pertenecía a Bolívar, sino a BAISA.

Por el síndrome del millonario salvador, Claure ha amenazado con irse en varias ocasiones, como lo hizo recientemente. A través de Twitter, suele recalcar que gasta su propio dinero y que Bolívar es deficitario, una narrativa que muchos hinchas replican, descalificando a quienes cuestionan su gestión. Si bien Bolívar ha sido la plantilla más estable del país bajo BAISA, hay poca transparencia en el manejo económico. En 2024, Claure anunció que dejaría Bolívar a mediados del año y reduciría su presupuesto a $us 10 millones. Sin embargo, solo con información pública, Bolívar generó al menos $us 11.52 millones en 2024: $us 5.57 millones por su participación en la Copa Libertadores, $us 3.95 millones por la venta de jugadores (Villamil, Arroyo, Da Costa, Mendoza, etc.) y $us 1 millón por ganar el campeonato, sin contar ingresos por derechos de transmisión ni los generados por el Gran Centro u otros como sponsor o publicidad.

El comportamiento de Claure no es novedad para los bolivaristas. Usa constantemente sus redes para decir lo que quiere, pelearse con periodistas y troles o exhibir sus caprichos, como cuando intentó cambiar el escudo del club. Su dependencia de la validación y los "likes" en redes sociales es evidente.

Aunque se dice que Claure hizo mucho por Bolívar, el club también le dio mucho a él, quizás llenando un vacío que el dinero no suple: el reconocimiento y la adulación. Basta ver su Twitter: cuando publica sobre su vida empresarial, apenas supera los 100 "likes", mientras que con Bolívar alcanza una popularidad que ni siquiera obtiene con el Girona. Bolívar, el club más grande de Bolivia y uno de los más importantes de la región, le otorgó capital social que supo aprovechar. Tras asumir su administración, fundó el Inter de Miami en EE. UU. y es copropietario en el Girona en España. Ambos clubes forman parte del City Group.

Hoy, Claure ha pasado a querer ser un actor político, algo que no es nuevo ni en el país ni en el mundo. El capital social que brinda el fútbol suele entrelazarse con intereses políticos y negocios, como ocurrió con Silvio Berlusconi en Italia o Mauricio Macri en Argentina. En Bolivia, hay varios casos, como Cronenbold o Carlos Romero con Sport Boys. Uno de los ejemplos más paradigmáticos fue el de Mauricio Gonzales, expresidente de YPFB, vinculado al caso ENRON durante la Capitalización. Gonzales asumió la presidencia de The Strongest, en una época en la que muchos jugadores del equipo eran de su propiedad. Además, compró La Paz FC, pero luego se deshizo del club, vendiéndolo como papel usado.

Claure ahora está más abiertamente involucrado en la política boliviana. No solo encarga encuestas, sino que también es tendencioso: insinúa que habrá fraude en las elecciones y difunde fake news que, aunque son desmentidas por verificadores, no las borra, porque el propósito de un bulo es dañar. Tras las dudas sobre a quién apoya, hoy juega a ser un trol antimasista, adoptando de repente un lenguaje más radical, usando términos como "socialistas" o "casta", en busca de validación en ese sector. Sin embargo, definir qué quiere exactamente es complicado. No solo se reunió con Lula llevando a Manfred, sino que también ha tenido varios encuentros con Evo Morales. Y no es que desconociera las denuncias en su contra por pedofilia, como recientemente señaló para justificar su alejamiento de Evo.

Claure no solo ha ofrecido un millón de dólares por Evo, sino que también ha afirmado que, si el MAS gana, retirará todas sus inversiones de Bolivia. Pero, ¿cuáles son esas inversiones y a cuánto ascienden? A BAISA y a Claure solo les quedan tres años antes de devolver la administración del club, con un patrimonio neto que depende de los activos y pasivos de la institución. ¿Cuál es ese patrimonio y cuánto le queda realmente a Bolívar? Si se logra construir el estadio, será al filo de sus 20 años.

Hoy, Claure no solo quiere presentarse como el salvador de Bolivia, como lo hizo con Bolívar, sino también como la figura que dará su "bendición" al próximo presidente. Muchos lo defienden por la narrativa de que es un millonario sin interés en robar, aunque Piñera, con mayor fortuna, también enfrentó procesos judiciales y estuvo en los Pandora Papers. Otros lo apoyan por su antimasisismo, aunque el impacto que está generando podría terminar favoreciendo al MAS.

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