La Paz, 2 de marzo (Urgente.bo).- Hace poco más de una semana, el ciudadano Napoleón Camacho fue víctima de una persona que le hizo beber un somnífero en la plaza Vicenta Juaristi Eguino, en el centro de La Paz, que le llevó a sufrir un calvario del que salió con vida gracias a una vecina de Villa Adela. Hoy está internado en el hospital Arco Iris (Villa Fátima), donde se recupera de los ataques que ha sufrido.
La última semana es confusa para Napoleón Camacho, un varón que tiene 56 años y en cuyo rostro y cuerpo se ve que fue víctima de un ataque físico que no recuerda. Sus agresores lo lanzaron a lo que parece que fue un río y le provocaron una fractura en la cadera.
“Todo eso me ha ocurrido por aceptar un refresquito, y eso que me estaba llevando caldito para mis nietos”, dice Napoleón a Urgente.bo desde el lecho de paciente del Hospital Arco Iris, donde recibe un tratamiento médico para superar los traumas que ha sufrido.
El médico Fernando Checa, responsable de Emergencias del Hospital, explica que mientras la familia lo buscaba como desaparecido, Napoleón estaba tirado en el lecho de lo que pudo haber sido un río sin poder movilizarse y sufriendo de hambre y sed.
“Estaba bajando de mi trabajo, llegué a la plaza Eguino. Tranquilo, un joven que parecía que era de Santa Cruz, me invito un refresco. Cuando estaba llegando a mi casa, me quedé dormido y al día siguiente me desperté a las 6 de la mañana, botado en el río en la ciudad de El Alto, me quería levantar, pero no podía porque mi cadera estaba lastimada”, dice Napoleón. En su relato, no entiende cómo apareció en el lugar.
Por las lastimaduras que presenta su organismo, Napoleón fue víctima de una agresión física y fue lanzado desde una parte alta.
“Me habían botado, de arriba a abajo, en el río. En el lugar había un hospital del pueblo, traté de buscar agua, pero no podía levantarme; quería salir del lugar, pero el sitio era muy alto, entonces me quedé ahí, comí plantitas. Me quedé una semana. No podía subir, porque mi cadera no funcionaba y el lugar era alto”, relata.
Lo más duro para Napoleón es que no sabía dónde se encontraba, pero sí vio a gente por el área a la que pidió ayuda, pero jamás encontró respuesta solidaria alguna. Les gritó para que lo saquen del lugar, incluso cuenta que su boca “se puso blanca”. Pidió socorro hasta palidecer, pero nadie fue por él, ni en el día ni en la noche. “Creían que era un indigente. No me apoyó la gente y los del hospital del pueblo ni siquiera me ayudaron”.
Y el d
amático testimonio de Napoleón continúa: “La gente solo me miraba y yo ya no podía hablar, era muy difícil. He comido unas plantas y chupaba las plantas porque tenía sed”, recuerda. Entonces, no tuvo otra que sacar fuerzas para caminar y buscar un lugar menos alto que le permita salir del lecho del río donde se encontraba. Y lo logró. Concluyó que estaba en El Alto, en un sector donde había buses.Así, la mañana de este miércoles una señora escuchó sus quejidos y decidió ayudarlo.
“Eran las 05.00 de la mañana, a una señora le rogué y ella me mando en un minibús hacia la Pérez Velasco y de ahí tomé un taxi que me llevó hacia mi casa”, contó Camacho.
El Responsable de Emergencias del hospital Arco Iris, Fernando Checa, explicó que el paciente llegó en malas condiciones, con una fractura en la cadera izquierda, quemado por el sol y con evidentes signos de deshidratación.
Ahora Camacho está internado en el hospital Arco Iris, donde recibió atención de traumatología. Y el paciente se pregunta qué es lo que pasó, por qué le dieron ese somnífero, por qué le golpearon. Además, le sorprende que sus agresores no le robaron nada.
“Mostraba Bs 100 para que me ayuden, pero pensaban que era falso”, dijo Camacho, quien lamenta que la gente no le haya socorrido.
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