La Paz, 16 de enero ( Urgentebo).- El paro cívico que se cumple en Cochabamba en rechazo al Código Penal y el fallo de Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), que habilita a Evo Morales a una nueva candidatura en 2019, ha sido calificado de contundente y tiene ciertas peculiaridades. Los cocaleros calificaron la medida de política y dijeron que tienen fines desestabilizadores.
El dueño de un restaurante denominado “La Pascualita” sacó a las calles cacerolas y un vecino sacó los muebles de su vivienda. Hubo también el caso de que sacaron los juguetes de los niños para ubicarlos en la calzada.
La Federación de Empresarios Privados de Cochabamba decidió acatar la convocatoria de protesta y en los hechos la capital del valle está paralizada.
“La Llajta vive una jornada de paro contundente. Las familias cochabambinas están unidas (…) diciéndole NO al Código Penal y exigiendo respeto al 21F”, expresó Leyes, mediante su cuenta oficial de Twitter.
Alex Contreras, secretario ejecutivo de la Alcaldía Municipal de Cochabamba, calificó el paro como “contundente”. Sectores sociales como transporte pesado, gremiales, juntas de vecinos entre otros, se sumaron a la protesta que rechaza la reelección del presidente Evo Morales y demanda la abrogatoria del Código Penal.
Por su parte, el dirigente cocalero, Leonardo Loza, dijo que la medida de presión en Cochabamba es política. “Para nada esto es un movimiento ciudadano, es organizado por políticos de la derecha fracasada que trata de tumbar a nuestro gobierno”, señaló.
“Cochabamba está paralizado, es un bloqueo ciudadano contundente. Desde muy temprano vecinos y vecinas se organizaron en cada esquina de su barrio hay un bloqueo total”, declaró Contreras al portal digital Urgentebo. com .
A las cacerolas y muebles, se sumó un sacerdote que sacó las imágenes de Cristo y María para sumarse al paro.
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