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Pollos Copacabana: 35 años de sabor único

La empresa de comida rápida más reconocida de Bolivia está de aniversario. Esta es la historia que vale la pena compartir.


Martes 23 de Julio de 2019, 12:00pm






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La Paz, 23 de julio (Urgentebo).- “¿Un combo fiesta?”, o “¡Mejor una trío!” y, “¿si esta vez pedimos una hamburguesa?”. A cada momento, en una y otra familia o entre grupos de amigos se oyen estas preguntas para disfrutar de las opciones que permite Pollos Copacabana a sus miles y miles de seguidores en las ciudades de La Paz, El Alto y Santa Cruz.

Pollos Copacabana, la marca boliviana de comida rápida más apreciada en el país, cumple 35 años de satisfacer el paladar de propios y extraños. Aquel 1 de julio de 1984, cuando el país atravesaba por su mayor crisis económica, la empresa fundada por los esposos Camacho García inauguró la primera sucursal de lo que sería años después una cadena reconocida incluso fuera de las fronteras.

En plena hiperinflación y cuando la democracia boliviana estaba en su etapa de infancia, la empresa Café Copacabana, creada en Miraflores en 1957, dio lugar al nacimiento de Pollos Copacabana. Su primera sucursal estaba ocupada a dos cuadras del corazón político, en la ahora calle peatonal del Comercio.

“No es fácil la sobrevivencia de las empresas en un sector que está sometido a un escrutinio público constante. Literalmente a nosotros nos ponen a prueba todos los días y trabajamos con dedicación para salir airosos de ese examen rutinario de los consumidores”, afirma el gerente General de la empresa, Oscar Hugo Camacho.

Aquellas adversidades solo fueron un impulso, porque a la sucursal de la Comercio, se sumó en 1985 la de la calle Potosí y en 1990 la de El Prado. A la fecha la empresa tiene 11 sucursales estratégicamente ubicadas, más de 600 empleados comprometidos con la marca y millones de clientes hechizados por el sabor de una receta que se mantiene en secreto.

“Nuestra propuesta fue de modernidad, para una sociedad que comenzaba a compararse con el mundo y que demandaba nuevos servicios, acordes a una dinámica de vida mucho más acelerada. Era una época en la que la gente que trabajaba en el centro de La Paz ya no podía regresar a sus hogares a mediodía y buscaba un lugar cercano para comer en poco tiempo”, añade.

Del café a los pollos

La cadena de comida rápida es un eslabón más de una tradición que en realidad se inicia en abril de 1957, hace 62 años y en plena Revolución Nacional, cuando don José Hugo Camacho Agreda y Martha García Agreda abrieron la primera sucursal de Café Copacabana en la calle Díaz Romero del barrio de Miraflores.

“Fue un negocio trabajado a pulso. Mis padres se encargaban personalmente de todo el proceso de tostado y molido del café. En los primeros meses llegaron a producir 5 kilogramos por día, pero con el tiempo la producción se multiplicó, el negocio se consolidó plenamente e incluso se comenzaron a exportar las primeras bolsas a otros países”, comenta orgulloso Oscar Camacho.

A mediados de la década de los ochenta, con el aprendizaje familiar acumulado y la misma fe depositada en la Virgen de Copacabana que dio nombre a la empresa, la nueva generación decide emprender nuevos rumbos. “No fue fácil arrancar un negocio con el viento en contra de la crisis de los ochenta, pero asumimos el desafío con el temple y la sabiduría que nos habían inculcado nuestros padres”, dice Oscar Camacho.

La empresa nació con dificultad. De hecho, en ese momento particular de la historia del país, era necesario gestionar la compra de dólares en el Banco Central, para poder luego adquirir los equipos necesarios.

“Después de varias idas y vueltas, conseguimos un primer desembolso para adquirir dos máquinas y un calentador, pero el dinero fue insuficiente para comprar la freidora de papas y tuvimos que recurrir a un fabricante local”, agrega.

Y aquí se produce una de las anécdotas jocosas en la historia de la empresa. “En la calle Comercio, nos dimos cuenta que en el armado de la freidora de papas, el fabricante había utilizado una soldadura que soportaba sólo 100 grados centígrados, cuando debía llegar a 200.  El resultado fue que las juntas comenzaron a derretirse…y nosotros casi también, porque ocurría en la mismísima noche de nuestro estreno”.

¿Cuál es el secreto?

Sobre los secretos del éxito de la empresa, Camacho apunta al sabor, la calidad, el buen servicio, los precios accesibles y la rapidez, además de la permanente capacitación que reciben los empleados.

“Hay una cultura organizacional sustentada en el pilar de exigencia, alrededor del cual gira el trabajo de un equipo de profesionales y trabajadores comprometidos con la marca”, afirma.

El gerente General recuerda que en las conversaciones familiares sus padres decían siempre que los bolivianos podían ser tan competitivos como los profesionales y empresarios de cualquier otra nacionalidad.

“Creo que eso es lo que demostramos al cabo de estos 35 años y lo que seguiremos haciendo en el futuro, a medida que vayamos concretando, con prudencia y trabajo, todas las metas de expansión que tenemos previstas”, recuerda.

 

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