13 abril (Urgentebo.com).- Hace dos años la vida de Rodrigo Andrés Vega Monterrey de 11 años tomó un nuevo curso, comenzó a desarrollar su pasión por la pintura.
Con la ayuda de su papá, mamá, pero sobre todo de su abuelo desarrolla las técnicas en acrílico, óleo y acuarela pintando facetas y experiencias vividas, y paisajes coloridos.
“Me gusta más la naturaleza, me gusta los atardeceres, me gusta el contraste que hay entre el rojo, naranja y el amarillo. Me gusta los colores explosivos, encendidos, “chillones” como le dicen en Cochabamba, tienen un contraste fuerte, me gusta ver como todos los colores se unen hacen toda una explosión de colores”, así describió Rodrigo su trabajo de dos años.
Él vive en Tiquipaya (Cochabamba) donde está en contacto directo con la naturaleza. Puede apreciar árboles, pájaros y mariposas, los que se han vuelto su inspiración.
“La Cascada” es el primer cuadro que pintó en el colegio, sonríe al mirarlo: “yo era muy fans de los manantiales en primer grado. Me gustaba mucho el agua el contraste con el verde, más que todo me gustaba la turquesa. Le dije a mi profe y me ayudó hacerlo porque era complejo hacer una cascada”, recuerda.
Admira y agradece a sus abuelos y su hermana mayor son su inspiración: “Alegría” es una exposición de colores, representa la alegría y lo hizo para el cumpleaños de su tía abuela.
“Un paseo en el Cielo”, es una pintura en acrílico de tres aviones surcando el cielo, la imagen encierra una historia muy especial entre él y su abuelo, que pasan mucho tiempo juntos es su confidente y héroe. “Mi abuelo era piloto, yo lo hice para él, él me contó cada uno de sus historias y yo quedaba fascinado”, dijo sonriendo.
El abuelo de Rodrigo, Casto Vega, se siente satisfecho de ser padre por segunda vez, “es la bendición más grande y lo más interesante es que los abuelos quieren más a los nietos que a sus hijos, ellos nos ven a los abuelos como confidentes, amigos a veces a sus papás no les confían mucho, pero se destapan con los abuelos”, resaltó el piloto retirado.
La hermana mayor de Rodrigo se ha convertido en su heroína porque practica el hipismo y es campeona departamental: “tiene un caballo, a mí me encanta pintar caballos por ella, le tengo una gran estima, siempre pinto cuadros para ella en sus cumpleaños, es como parte de mí”, afirma emocionado.
Rodrigo es un adolescente que mejora cada día su técnica asistiendo por las tardes a la Escuela de Bellas Artes de Raúl Prada en Cochabamba donde hay muy buenos profesores de pintura y escultura. Además comenzó a tomar clases dos veces a la semana con Fredy Murillo, un artista muy reconocido a nivel nacional, para dominar la técnica del óleo, acrílico y acuarela.
“Soy fanático del arte, por más obstáculos que me pongan yo no paro, por más que fuera difícil, yo lo seguiré haciendo”.