28 de abril (Urgente.bo).- Salvador Ignacio Romero Ballivián tomó las riendas del Tribunal Supremo Electoral (TSE) cuando la institución arrestaba una crisis desde el 2018, además de la problemática político social que vivía el país y la pandemia del coronavirus.
Gracias a las elecciones que organizó el TSE a la cabeza de Romero, superando varios obstáculos, Bolivia vive una estabilidad político social.
¿Quién es Salvador Romero?
Romero nació en La Paz el 29 de abril de 1971. Es politólogo, investigador y escritor. Estudió en el colegio Franco Boliviano.
Desde 1995 al 1998 ejerció el cargo de vocal en la Corte Departamental Electoral de La Paz.
Posteriormente, el 2004, durante el Gobierno del expresidente Carlos Mesa, fue designado vocal de la extinta Corte Nacional Electoral (CNE) y junto a los vocales Óscar Hassenteufel, Jerónimo Pinhero y Amalia Oporto realizaron las elecciones generales de 2005, donde Evo Morales es elegido por primera vez Presidente de Bolivia con un apoyo del 53.72%.
Entre el 2011 y 2014 fue director del Instituto Nacional Demócrata en Honduras. También fue parte del Centro de Asesoría y Promoción Electoral del Instituto Interamericano de Derechos Humanos.
El 25 de noviembre de 2019, la expresidenta Jeanine Áñez anunció que Salvador Romero fue designado como vocal del TSE. El 20 de diciembre de 2019, luego que se eligieran a todos los vocales, Romero fue elegido en Sala Plena como presidente del ente electoral.
Desde entonces también se convirtió en el vocero oficial del Órgano Electoral Plurinacional.
Retos
En las dos oportunidades que Romero fue parte del Órgano Electoral, Bolivia salía de una crisis político social muy dura. En 2003, antes de que Romero sea designado vocal electoral, el país vivió el denominado Octubre Negro.
En un similar panorama fue designado vocal en noviembre de 2019. En octubre de ese año, el país enfrentó otra crisis político social bastante fuerte por denuncias de fraude electoral durante el Gobierno de Evo Morales.
Desde el 2018 peligró la credibilidad y confianza del TSE electoral, ya que se aproximaban las elecciones de 2019 y políticos acusaban a los vocales de ser funcionales al gobierno de turno.
Debido a esa situación y a las decisiones que tenían que tomar los vocales con relación a la habilitación o no de Evo Morales como candidato, el TSE iniciaba a sumergirse en una crisis. El 2018, Katia Uriona renunció a la presidencia y vocalía del ente electoral. Ella ejercía el cargo desde el 2015.
Su renuncia se dio en medio de pedidos de pronunciamiento sobre la repostulación del entonces presidente Evo Morales que vulnera el carácter vinculante del referendo del 21 de febrero de 2016.
Posteriormente, José Luis Exeni que era vocal y exvicepresidente del TSE, también renunció. Ante las renuncias, analistas políticos afirmaban que el OEP está “crisis institucional”. La siguiente en renunciar fue la vocal Dunia Sandoval.
Tras las renuncias, en octubre de 2018 la vocal María Eugenia Choque fue designada por la Sala Plena del Tribunal Supremo Electoral (TSE) como su nueva presidenta, en tanto que el vocal Antonio Costas Sitic fue elegido como el nuevo vicepresidente.
Choque y Costas, junto a otros vocales, llevaron adelante las elecciones de octubre de 2019, pero por denuncias de irregularidades, como la habilitación de Morales como candidato, y denuncias de fraude electoral, esos comicios fueron anulados.
Lo vocales fueron aprehendidos y procesados por el presunto fraude electoral para favorecer a Morales. Tras la anulación de las elecciones, se emitió una nueva convocatoria para elegir nuevos vocales para las nuevas elecciones.