El Alto, 10 de febrero (Urgentebo.com).-Yoselin es el nombre de una trabajadora sexual que vivió malos tratos y amenazas de los proxenetas que la obligaban a esconderse en baúles y la encerraban con candado para que los policías no hallaran a las chicas cuando hacían operativos.
Cuenta que el trabajo sexual se camufla con otro tipo de actividad. Ella ingresó a esta actividad mediante una fábrica de chocolates en la calle Figueroa de la ciudad de La Paz.
“Yo hacía chocolates, un día de casualidad entré a una tienda donde vi que ganaban bien, el lugar era sucio, lleno de basura, había solo un colchón y papel higiénico, vi como después venían las chicas mareadas, los dueños no les pagaban y cuando habían batidas las escondían”.
“Trabajar siendo dependiente del propietario de un local es horrible”, cuenta Brisa, otra trabajadora sexual, quien revela que los proxenetas las someten a todo tipo de abusos.
Esta situación la impulsó a unirse a otras compañeras y ser sus propias jefas. “No me pagaban, se quedaban con mis documentos, el esposo de la dueña me obligaba a hacer pieza gratis”, cuenta, mientras rememora que a los 19 años, por falta de dinero, accedió a la propuesta que una mujer le hizo en un minibús, al verla afligida porque no tenía dinero para pagar el pasaje.
El trabajo sexual es una actividad permitida en Bolivia, sin embargo hay vacíos legales que solamente fomentan el proxenetismo, asegura la activista María Galindo, de Mujeres Creando.
A pesar de ser dos sectores que no llevan buenas relaciones entre ellas, Mujeres Creando y la Organización de Trabajadoras Nocturnas (OTN) tienen un mismo objetivo: promover el autogestionamiento y el respeto de los derechos de las mujeres trabajadoras sexuales.
Galindo trabaja en pos de que en las alcaldías de La Paz y El Alto se logre la autorización de licencias de funcionamiento para grupos autogestionados de trabajadoras sexuales. Lo que sucede actualmente, asegura, es que los bares de expendio de bebidas alcohólicas llevan a las trabajadoras sexuales a trabajar en la clandestinidad y a beber alcohol y hacer beber a sus clientes.
En estos locales, cuando hay redadas policiales, los proxenetas hacen cualquier cosa para esconderlas: las meten en lugares donde nadie imagina, como en baúles, tumbados y paredes dobles.
Frente a esta realidad, algunas trabajadoras sexuales decidieron conformar grupos autogestionados reconocidos legalmente, como Brisa (30) quien junto a tres compañeras trabaja por cuenta propia.
En esta línea avanza la iniciativa legislativa ciudadana presentada en octubre del año pasado por Mujeres Creando. “Pedimos que los Gobierno Municipales reconozcan el rubro de la prostitución autogestionaria, es decir, reconocer a las mujeres en situación de prostitución, que se asocien, que ellas mismas abran sus locales, sin que exista el proxeneta”, explica Galindo.
Basta a la figura del proxeneta
La representante de la Organización de Trabajadoras Nocturnas (OTN), Lily Cortez, manifestó que se trabaja en el empoderamiento de las trabajadoras sexuales a través de talleres y seminarios para que sean autogestionarias.
“Todo lo que ganan es para ellas”, dijo Cortez. Sin embargo, considera que la figura del proxeneta no va desaparecer, “van a seguir habiendo los proxenetas hasta que nosotras mismas digamos basta, a veces parece que les gusta ser maltratadas”, manifestó.
En octubre del 2016 presentaron a la Asamblea Legislativa un proyecto de regularización del trabajo sexual en Bolivia, para normar los vacios legales y posibilitar mejores condiciones laborales.
A nivel nacional existen 50 mil trabajadoras sexuales registradas, solo en la ciudad de La Paz hay 12 mil y tres mil en la ciudad de El Alto. El 40% son autogestionarias.
Tras una reunión Galindo con el presidente del Concejo Municipal de EL Alto, Édgar Calderón, este se comprometió con elaborar una normativa para proteger el derecho de las mujeres.
No obstante, la presidenta de la comisión de Derechos Humanos y Culturas del Concejo Municipal de la ciudad de La Paz, Katia Salazar, dice que se necesita el apoyo de instancias nacionales y la coordinación de las organizaciones para avanzar.
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