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Un duelo de 16 años: Messi y Modric juegan hoy la gran batalla


Martes 13 de Diciembre de 2022, 10:30am






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13 de diciembre (La Nación de Argentina).- LM y LM. Lionel Messi y Luka Modric se conocen de memoria. Crecieron juntos y a lo largo de sus carreras cada uno gozó y sufrió frente al otro. Con las camisetas de la Argentina y Croacia, respectivamente (como ocurrirá hoy en la primera semifinal de Qatar 2022), pero también representando a Barcelona y a Real Madrid con el emblemático número 10 en sus dorsales, o incluso en el último cruce entre PSG (Leo ya con la 30) y el equipo blanco.

En las vitrinas de sus casas hay trofeos y logros personales idénticos. Los dos ganaron ligas de España, copas del Rey, Champions League, Supercopas de España y de Europa, y Mundial de Clubes. Ambos también ganaron el Balón de Oro y el Premio The Best al menos una vez.

Los dos ya conocen lo importante que es jugar la final de un Mundial. Y también sintieron en carne propia el dolor de perderla. Messi fue subcampeón de Alemania en el caluroso Brasil de 2014 y Modric vio desde el campo de juego como Francia alzó la Copa en la fría Rusia de 2018.

En el escalón previo a ese partido decisivo, el Mundial los vuelve a cruzar. Uno de los dos irá por la revancha el próximo domingo, contra los galos o ante el sorprendente Marruecos. El otro disputará el partido que nadie quiere jugar: el que el sábado definirá el tercer y cuarto puesto.

En Rusia, el que se fue victorioso fue el rubio nacido hace 37 años en Zadar, localidad de la ex Yugoslavia. La goleada 3 a 0, por la segunda fecha del grupo D, fue un fuerte mazazo que aquel seleccionado albiceleste debió absorber lo más rápido posible para avanzar a octavos de final. Esa tarde, Luka anotó el segundo tanto, con un fuerte derechazo desde afuera del área, después de amagarle dos veces a alguien que tendrá otra vez enfrente en suelo árabe: Nicolás Otamendi.

Pero la relación entre Messi y Modric tiene un punto que los une de manera significativa en una fecha puntual. El 1 de marzo de 2006, la Argentina y Croacia se enfrentaron en un amistoso, como parte de los preparativos rumbo al Mundial de Alemania 2006. Fue en el estadio Saint Jakob Park, de Basilea, Suiza.

La Pulga, que llevaba seis partidos desde su debut con la casaca albiceleste, marcó esa jornada el primero de sus, hasta ahora, 95 goles en la selección.

Apenas se jugaban 6 minutos y ya iban 1 a 1 (a los 3 abrió el marcador Ivan Klasnic y un minuto más tarde empató Carlos Tevez). Como en otras ocasiones, su presión alta tuvo premio. Con el número 19 en su camiseta azul, recuperó la pelota sobre el costado derecho del ataque argentino, encaró a un rival, se hamacó hacia su izquierda y desde la media luna del área sacó su zurdazo marca registrada y con rosca para sorprender a Stipe Pletikosa y establecer el 2 a 1 parcial de un encuentro que terminó 3-2 para los europeos.

La curiosidad es que en ese mismo partido debutó precisamente Modric. Con apenas 20 años lo hizo con el número 14 en su camiseta cuadriculada. En varios pasajes del encuentro uno fue con la pelota dominada y el otro lo persiguió de atrás. Y viceversa. Lionel tenía 18. Eran dos chicos que ya mostraban todo lo que serían en el futuro cercano.

El croata y el argentino se volvieron a encontrar en un campo de juego en varias ocasiones. Cada clásico entre Barcelona y Real Madrid los tuvo como protagonistas, más allá de que el duelo más famoso de Leo era con Cristiano Ronaldo.

La última a nivel clubes fue reciente y se dio en marzo de este año por la Champions League, en el cruce de cuartos de final entre el conjunto blanco y el PSG. Una serie que parecía sentenciada y que, en una ráfaga de un intratable Benzemá, la clasificación a los cuartos de final viajó de París a Madrid.

Para ambos es un Mundial muy especial. Porque con 35 y 37 años, respectivamente, esta es, casi con seguridad, la despedida de la gran cita que se da cada cuatro años. Es imposible prever el futuro, pero pareciera muy difícil verlos en acción en 2026 cuando la próxima Copa se dispute en Estados Unidos, México y Canadá.

En Qatar, Messi tuvo un comienzo inimaginado. La derrota ante Arabia Saudita por 2 a 1 no estaba en los planes de nadie. Mucho menos después de que él abriera el marcador. Pero el fútbol es así de sorprendente.

Con la chance concreta de despedirse en el segundo partido, el número 10 se puso la mochila de esa enorme responsabilidad sobre su espalda y abrió el marcador ante México con un golazo desde afuera del área. Unos centímetros de espacio le permitieron sacar ese latigazo que gritó con todas las ganas, y que le permitió disfrutar el 2 a 0 de Enzo Fernández más aliviado.

En el decisivo cruce con Polonia malogró un penal que solo vio el VAR, pero formó parte del gol colectivo más lindo del torneo y anotado por Julián Álvarez. Sobre el final, sacó a pasear a Robert Lewandowski, amagándole para un lado y para el otro hasta que el polaco le cometió foul.

Ya en octavos, abrió otra vez el tanteador con un zurdazo combado. Jamás se imaginó sufrir tanto en el epílogo, después de un partido casi perfecto del seleccionado albiceleste. Y lo mismo pasó con Países Bajos, donde sacó a relucir una imagen combativa y contestataria que no había exhibido casi nunca en su carrera.

Modric, en tanto, inició este camino con un apretado 0 a 0 ante Marruecos. Fue un verdadero partidazo al que solo le faltó el gol. El 4 a 1 sobre Canadá alivió el camino a los octavos de final, aún cuando comenzó en desventaja con un gol a los dos minutos.

El cierre de la etapa de grupos fue con otro 0 a 0, en donde Croacia sufrió sobre la hora ante un seleccionado de Bélgica que tuvo en Romelu Lukaku al menos cuatro chances claras de quedarse con el triunfo y el pasaje a la siguiente instancia.

Ya en octavos, el cruce con Japón fue de una intensidad sorprendente. También fue el rival el que abrió el marcador. Y después del 1 a 1 de Perisic nada se movió hasta los penales, en donde Modric, reemplazado antes, no remató ninguno.

Brasil fue un rival durísmo. Con el 0 a 0 en los 90, Neymar abrió el marcador con un golazo inolvidable, después de una doble pared que terminó con el crack eludiendo al arquero en el área chica.

Parecía que los pentacampeones sacaban al último subcampeón. Pero el espíritu de este equipo, guerrero hasta el último instante, tuvo premio: empate a tres minutos del final y victoria 4 a 2 por penales. Para demostrar no solamente vigencia, sino un enorme amor propio. En este casi sí pateó Luka. Fue el encargado de anotar el 3 a 1 de la serie.

Este martes estarán frente a frente por vez número 27. Hasta aquí, la ventaja en el historial es para Modric, con 12 triunfos, entre los que se cuentan los dos cruces a nivel selección, 5 empates y 9 derrotas.

También favorecen al croata los cruces de eliminación directa: más allá del encuentro ya citado con el rosarino en PSG, el Real Madrid de Luka se impuso al Barcelona de Lionel en las finales de la Supercopa de España en 2013 y 2018, y en la de la Copa del Rey de 2014.

Messi, en tanto, sólo pudo dejarlo en el camino en las semifinales de la Copa del Rey 2019, aunque después cayó en la final con Valencia y no pudo coronarse.

Las estadisticas exponen la paridad. Jugaron casi la misma cantidad de minutos (485 a 480 en favor de Luka) en los 5 partidos que hasta el momento protagonizaron. Y si bien Modric realizó muchos más pases correctos que Messi (330 de 373 totales a 215 de 254), el crack rosarino pateó más veces al arco (12 de 16 totales a 3 de 4).

Otro dato que sorprende y que evidencia una mejor capacidad aeróbica es los intentos de gambeta. Messi realizó 24 y Modric solo 6. En favor del europeo, su compromiso a la hora de defender es mayor: recuperó 39 balones frente a apenas 10 de la Pulga. Eso queda en evidencia en las estadísticas. Hasta el momento hubo cuatro goles del rosarino y ninguno del croata

Capitanes y referentes, Messi es sinónino de Argentina y Modric lo es de esta Croacia que, como bien definió Lionel Scaloni en conferencia de prensa: “Se nota que son un gran grupo, por encima del gran equipo que son”.

Para desgracia de los amantes del fútbol, solo uno seguirá en carrera, en busca de la ansiada Copa del Mundo. Con el alivio de que el que se vaya derrotado todavía tendrá una función más. Aunque sea por el premio consuelo.

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