La producción de soya en Santa Cruz catapultó a Bolivia a las grandes ligas en el escenario mundial agroalimentario, figurando ahora su nombre entre los grandes productores y exportadores de aceites, torta, harina y grano de soya.
¿Sabía Ud. que la producción del grano de oro subió desde apenas 52.500 toneladas en 1980 a cerca de 3 millones de toneladas en los últimos años, siendo el sector de mayor peso en la agricultura del país, con un 35% de la superficie cultivada y 55% de la siembra regional, como informa ANAPO? ¿Y que su industrialización permite ahorrar cientos de millones de dólares por sustitución de importaciones y -satisfecha la demanda interna- ganar hasta mil millones de dólares/año por exportar los excedentes?
¿Sabía que la producción acumulada de soya en Bolivia desde 1980 supera los 40 millones de toneladas y que 36 millones de toneladas de soya y derivados se exportaron por más de 12.000 millones de dólares, siendo el tercer rubro más importante luego del gas y los minerales? Todo esto gracias al esfuerzo de agricultores e industriales bolivianos, brasileños, argentinos, japoneses, menonitas, rusos, peruanos, etc., gente de buena fe que vino a trabajar e hizo familia en Bolivia.
Del cluster soyero se puede decir muchas cosas buenas: la transformación industrial del grano en aceites, torta, harina, lecitina y cascarilla; su conversión de proteína vegetal en proteína animal (pollos, huevos, lácteos, bovinos, porcinos, pescados, etc.); su enorme aporte a la soberanía alimentaria; las buenas prácticas agrícolas con la tecnología de avanzada de la siembra directa para más del 80% del área de cultivo, a fin de proteger la humedad y el humus del suelo; la rotación de cultivos en invierno (maíz, sorgo, girasol, trigo, frejol y otros), como una práctica tecnológica sustentable; el uso de semillas genéticamente mejoradas y la agricultura de precisión para bajar costos, mejorar la productividad y proteger el medio ambiente, etc.
Pero su mayor beneficio, es el social: los ingresos generados para más de 14.000 jefes de hogar, 80% pequeños agricultores; 150.000 empleos directos e indirectos del cluster de la soya (semilleras, importadoras de insumos, maquinaria, vehículos), transporte carretero (250.000 viajes/año) y ferroviario, exportadores, agroindustria, centros de acopio e investigación; financiadores, gastronomía, servicios conexos, etc., hacen que un millón de personas dependan del “grano de oro”. ¡Mi gratitud y respeto, para tan importante sector!
(*) Economista y Magíster en Comercio Internacional
Santa Cruz, 11 de abril de 2018