4 de septiembre (Urgentebo).- Un estudio conjunto realizado entre el Instituto de Investigación de Ciencias del Comportamiento (IICC) de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo” y la ONG Visión Mundial Bolivia (VMB) estableció que los niños y adolescentes bolivianos creen que son víctimas de violencia y agresiones en su hogar por problemas de comunicación, entre padres e hijos o entre los esposos, cuyas crisis de pareja la pagan sus descendientes.
El 87% de los niños y adolescentes encuestados señala a la falta de comunicación entre padres e hijos como la causa para la violencia que ellos sufren y el 81% de los mismos dice que los problemas de comunicación entre los adultos se manifiestan en agresión contra los pequeños o jovencitos de la casa.
El estudio nacional sobre violencia contra la niñez y la adolescencia en Bolivia fue realizado en aproximadamente dos años y se tradujo en en un libro que lleva como título la última frase del testimonio de una de las niñas que participó en un grupo focal: “No le digan a nadie lo que les conté”.
Paloma Gutiérrez León, responsable del proyecto de investigación del estudio nacional sobre violencia contra la niñez y la adolescencia, explicó que la frase expresada por una niña fue espontanea; y demuestra la realidad que viven muchos niños.
“Ha empezado diciendo a mí no me pegan, con mucha risa, haciendo un poco de bromas. Luego veíamos que poco a poco decían si, a veces, nos pegan porque en realidad es porque nos los merecemos, porque nos portamos mal, es para que aprendamos, y así poco a poco se iba desvelando, como si fueran capitas, como ellos realmente van viviendo la violencia, pero principalmente como se da esta contradicción y esta forma intrincada, no solo de vivir si no de narrar la violencia”, acotó Gutiérrez.
De acuerdo con los resultados obtenidos y plasmados en el libro, las principales causas de la violencia se enmarcan en los problemas de comunicación entre padres e hijos con un 87%, problemas de comunicación entre adultos con 81%. Asimismo, padres que no saben tratar a sus hijos suma un 77%, el estrés de los cuidadores 71% y el consumo excesivo de alcohol y drogas con un porcentaje similar.
“Eso que aparece que necesita salir, contar, decir y denunciar al mismo tiempo busca callarse y silenciar ‘no le digan a nadie lo que les conté’, porque resulta que el agresor es el papá la mamá, los parientes más próximos”, dijo Gutiérrez.
El estudio fue cuantitativo y cualitativo, pues además de encuestas se trabajo en grupos focales. Las respuestas de los niños y adolescentes concluyen que para ellos el entorno familiar es el más violento, muchísimo más que la escuela o el barrio.
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