La prioridad de todo gobierno debe ser cuidar la salud de las personas. No todos lo entienden así y retardan las medidas con el propósito de proteger sus propias prioridades o las prioridades de la economía.
Pero también las personas no acatan las instrucciones de aislarse, debido a que una buena parte de la población boliviana vive del día y a día y, si no sale a trabajar, no tendrá los recursos para proteger a sus familias.
Estamos en un dilema entre la salud y la economía. Las medidas para atenuar los efectos en la salud, ya lo dijeron los especialistas, sobre el cuidado personal y el autoaislamiento, depende de todos nosotros el cuidar la salud de la población en general.
Los efectos en la economía podrán atenuarse con medidas gubernamentales que tendrían una vigencia de 3 a 6 meses según la evolución de la emergencia en el sector salud. Para el efecto, el gobierno deberá gestionar un crédito de emergencia de organismos internacionales, para inyectar recursos a la economía, evitando la desaceleración económica:
- Diferir el pago de créditos bancarios, sin multas, reprogramando de acuerdo a los flujos de caja de cada prestamista. Para que la banca no presente problemas de liquidez, se debe crear un fondo especial para el refinanciamiento de deudas.
- Proporcionar una línea de crédito especial para la emergencia, con condiciones blandas (tasas de interés sociales y requisitos básicos) para MIPYMES que hayan disminuido sus ventas, utilizando recursos del mismo fondo mencionado en el punto anterior.
- Adicionalmente, las empresas que tengan problemas para el pago de salarios a sus trabajadores, o capital de trabajo, también podrán acceder a un crédito de emergencia.
- Diferir el pago de impuestos nacionales y municipales, sin multas. Los municipios recibirán un crédito del nivel central, con cargo a las recaudaciones no percibidas por el diferimiento y se descontarán de futuras transferencias por coparticipación tributaria, cuando pase la emergencia.
Generar un programa de emergencia de empleo, para contratar a trabajadores independientes que no han podido desarrollar su trabajo diario por la emergencia. Una parte del salario se efectuará en efectivo y otra parte en especie, alentando la compra de productos nacionales correspondientes a la canasta básica; de esta forma, se mantiene el nivel de empleo individual, así como la producción de empresas nacionales.
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