La Paz, 12 de mayo (revista Oxígeno).- Desde hace 30 años, el músico y luthier, Antonio Pérez, radica en Francia, llega al país dos veces al año. En una de esas visitas aprovechamos para hacerle una entrevista a uno de los charanguistas destacados del país e innovador en la construcción del instrumento.
Sus trabajados son exportados a diferentes países del mundo, donde se encuentra un amante del charangos, su timbre y diseño de sus creaciones causan sensación las redes sociales, ofrece un trabajo distinto.
Nos recibe en su casa en La Paz, tiene charangos y charangones que debe entregar a músicos, la charla se da de manera fluida. Ahí nos comentó con una expresión de mucha pasión que “construir un charango es dar vida a un cuerpo inanimado”. Complementó que como objetivo tiene hacer de sus charangos obras de arte.
¿Cómo nace su interés por la música y su afinidad al charango?
Nací en Coroico, fue en la plaza de mi pueblo donde tuve la oportunidad de conocer y apreciar la música que en ese entonces era interpretada por jóvenes, canciones y ritmos populares de grupos como “Los Chaskas”, “Los payas”, “Los caminantes”, entre otros.
El sonido del charango me fue encantando poco a poco a tal punto que tuve que trabajar bastante ayudando a mis padres para que puedan comprarme tan mágico instrumento. Puedo afirmar que aprendí a tocar charango por accidente, en el charango de mi primo, él tuvo la suerte de tener un charango y un profesor y yo la suerte de aprovechar que había un charango y un profesor a disposición.
Cuando empieza su carrera musical ¿Con qué agrupaciones tocó?
Terminé el ciclo de educación primaria en mi pueblo, luego migré a la ciudad de La Paz para continuar mis estudios en el colegio Don Bosco, donde tuve como profesor de música, el padre Sabini fue quien me introdujo al mundo del solfeo.
Con el pasar del tiempo en los años 70 surgió el grupo Wara con una música muy diferente a la que estaba acostumbrado. El grupo Wara incentivó en ese entonces a formar agrupaciones, fue así que por azar de la vida pude, junto a Edgar Bustillos y Anselmo Portugal, fundar el trio “Mestizo”, que más tarde sería el grupo “Altiplano”.
Tiempo después, mi más grande anhelo se hizo realidad cuando fui invitado a ser parte del grupo Wara, actualmente formo parte del grupo “Luz del Ande”.
¿Qué músicos le influenciaron?
Sin lugar a dudas William Ernesto Centellas en el charango. El estilo musical lleno de armonía de Centellas lo diferenciaron de Ernesto Cavour cuya particularidad en la interpretación también es referencia para aprender a tocar el charango. Composiciones de Centellas como “Ven a mí” e “Ilusión” eran tarea diaria.
¿Cómo fue la acogida del publico europeo a la música boliviana?
En realidad la música boliviana es más conocida como “música de los andes”, tuvo su auge entre los años 80 y 90 o quizás mucho más antes. Llegué a Francia en 1984, escala obligada para asistir a un festival de Música del Mundo en Estambul, son más de 30 años que radico en territorio francés.
En Europa cuando llegas eres un desconocido, ser muy buen músico o mediocre no tiene importancia, toqué con mucha gente, fue muy difícil imponer mi música ya que según ellos no era comercial, pude demostrar lo contrario junto al grupo Altitud. Hoy con las nuevas generaciones “música de los andes”, muy explotada, pasó a un segundo plano.
¿Cuál fue el proyecto musical en el que mayor gusto le dio pertenecer?
Junto a “Luz del Ande”, hicimos tres giras por Japón llenas de hermandad, musicalidad y buen humor.
¿Cuándo y cómo comienza su pasión por la luthería?
Son más de seis años que construyo charangos. Comencé haciendo reparaciones, pero antes fui promotor durante años de un luthier boliviano en Europa.
Un día llego a mis manos un charangón para resucitarlo, se podía recuperar solo el cuerpo, el resto desechable, fue el primer instrumento que reconstruí, luego comencé a construir de a poco dándome modos ya que no tuve ningún aprendizaje.
¿Cuándo decide dedicarse a la luthería?
Mi pasión por la luthería acrecentó de forma paulatina. Inicié creando diseños, utilizar maderas exóticas y poco a poco mi trabajo se difundió gracias a Facebook, comenzaron a llegar los pedidos, no tuve más remedio que dedicar más tiempo a la construcción que a mi profesión como músico.
¿Pasó cursos de Luthería en Europa?
Soy autodidacta, mis profesores están en Youtube y son muchos, pero tuve la supervisión de un gran amigo, Ulrich Von Grafenstein , ingeniero alemán, otro apasionado por el charango, él me ayudó bastante dándome consejos y un poco de logística.
¿Es complicada la construcción del charango?
Sí y no, debido a la talla del mismo, no se requieren herramientas indispensables como para construir una guitarra; una buena sierra de cinta, desgrosadora, cepillos, lijadoras y herramientas de precisión. Lo complicado es el calibrado del diapasón, buena distribución de la entrastadura y altura de las cuerdas.
¿Cómo nace su idea de innovar la estética del charango?
En 2007 comencé a integrar al charango incrustaciones de nacar en la y la roseta que se encuentra en la tapa, para diferenciar los charangos que comercializaba. La innovación la hice cuando comencé a crear diseños propios con elementos de la cultura Tiwanacota, suceso total ya que nadie podía copiar mis diseños.
Luego se me ocurrió utilizar maderas exóticas provenientes de Asia y África para embellecer mucho más al instrumento. Hoy mi trabajo trata de ser copiado y plagiado no solo en Bolivia, positivo por un lado ya que podemos apreciar charangos con todo tipo de incrustaciones, pero a veces saturados con nacar.
Usted utiliza clavijas y maderas exóticas que no hay en el país, ¿esto influye en el sonido del instrumento?
Gran parte de los clavijeros mecánicos provienen de China, son económicos pero poco precisos. Los clavijeros que utilizo son alemanes, construidos artesanalmente, son bastante precisos. El costo de estos varia de acuerdo a la estética de los mismos.
En un principio utilizaba clavijeros españoles con incrustaciones de oro, era muy costosos. Pero, hace cuatro años descubrí los clavijeros con sistema Planetary, en cuyo interior llevan un mecanismo de engranajes, su afinación es mucho más precisa, otro atributo es que disminuyen el peso del instrumento, fui el primer luthier en adaptar estar clavijas
Las maderas exóticas contribuyen a embellecer al instrumento, un buen sonido depende del tipo de tapa utilizada, esta tiene que ser del tipo “AAAA” o pino especial, en general se utilizan dos clases, pino abeto alemán y red cedar canadiense.
Tampoco usa el barniz de laca nitrocelulosa, ¿influye esto en el volumen y timbre del instrumento?
El acabado con barniz acrílico, nitro u otro vitrifican al instrumento con una buena capa del producto, el resultado da un instrumento brillante. Por mi parte utilizo y preparo mi propio barniz en base a aceites naturales complementado con cera de abejas, el resultado es un barniz mate agradable al tacto, el sonido que se obtiene es con bastante sustento.
¿Es difícil conseguir buenas maderas para la construcción del instrumento?
Para el cuerpo del charango tenemos la suerte de contar con muy buenas maderas: jacaranda, moradillo, quina quina y otros. Las tapas provienen de Alemania, Estados Unidos y Canada. El ébano africano es muy utilizado en puentes y diapasones.
Lo que es difícil de conseguir son las maderas que utilizo, son lupias o “verrugas”, son malformaciones de los árboles y raíces que encierran en su interior maderas muy bellas como la lupia de Amboina.
¿Cuáles cree usted son los elementos que diferencian a sus charangos con el resto que se construyen en el país?
Varios elementos: clavijeros y clavijas, maderas de primera calidad, cada charango que construyo es único, es decir construyo charangos con lo mejor que hay. En resumen lo que hago son obras de arte.
La tapa de los instrumentos como el charango y la guitarra son fundamentales, ¿cuáles son las características de una buena tapa?
La tapa es uno de los elementos más importantes para una buena acústica del instrumento, mientras más seca y vieja sea, mejor será la acústica, mientras más uniformes sean las venas mejor resonancia, el vareteado de la tapa, los refuerzos que se pegan en la parte interna, aumentan la rigidez de la misma, en el charango se utilizan generalmente 3 a 4 varetas.
Las tapas varían de acuerdo al precio, serie especial AAAA, de primera AA, segunda A y el resto.
¿En la actualidad es bien apreciada la música boliviana en Europa?
Perdió mucho terreno, hubo saturación de la misma lo que ocasionó que pase a un segundo plano, a parte de ello, las nuevas generaciones están relacionadas con música propia a ellas.
Al haber perdido interés comercial, muchos grupos desaparecieron, aquellos que la explotaban solo por hacer dinero fácil se dedicaron a otras actividades, quizás este fenómeno sea positivo para que nuestra música vuelva a gustar al público europeo.
¿Cuales son sus proyectos futuros?
Anhelo realizar una nueva grabación, hice tres álbums con composiciones mías: “Mensajero del silencio”, “Leyenda” y “Autorretrato”, desgraciadamente la piratería cruel hace muy difícil poder financiar nuevos proyectos.
Por el momento continúo con la lutheria, paulatinamente también voy montando mi taller en mi querido pueblo para seguir aprendiendo y dando vida a mis creaciones.
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