31 de marzo (Urgente.bo).- Debido a la prohibición de eventos sociales por la emergencia sanitaria, los salones de belleza están riesgo y aún no se reactivan. La demanda de peinados, maquillaje y otro tipo de arreglos para fiestas bajó en más del 50% en la ciudad de El Alto.
En la zona 16 de Julio, de la urbe alteña, donde antes de la pandemia se realizaban eventos sociales de todo tipo, porque ahí se ubican varios salones y locales, hoy parece un desierto.
Algunos salones de belleza se vieron en la obligación de cerrar su negocio ante la falta de clientela, los que aún continúan con su emprendimiento comentan que "ya no hay mucho trabajo".
Carolina Olivera, peinadora de uno de los salones de belleza de la zona 16 de Julio, relató que antes de la pandemia, el trabajo iniciaba desde el jueves y hasta el domingo tenían a mucha clientela que atender. "No teníamos ni tiempo para comer", recordó a tiempo se señalar que ahora el único trabajo que realizan son cortes o algún tratamiento a “clientes fieles”.
“A nosotros nos ayudaba mucho en cuestión de peinados, realizar maquillaje cuando habían fiestas y en este sector había más locales, eventos, fraternidades, entonces nosotros trabajábamos más con ese tipo de personas, pero ahora como todo eso se ha detenido, no hay mucho trabajo. Solamente lo que realizamos es cortes, lo esencial que necesita la gente para estar tranquila. (…) Hay clientes antiguos que siguen siendo fieles, son ellos los que van viniendo, ellos nos ayuda”, comentó en entrevista con Urgente.bo.
La COVID-19 no solo enferma y mata a las personas, también ocasiona desempleo. Olviera señaló que antes en su salón de belleza trabajaban cuatro hombres como peluqueros, hoy no hay ninguno. Las trabajadoras en peinado y maquillaje eran siete, hoy solo son dos.
“Muchas personas, en vista de que ya no hay mucho trabajo han tenido que optar por otras opciones, porque yo tenía compañeros que trabajaban aquí como peluqueros, eran cuatro ahora no hay ni uno, porque se están dedicando a trabajar en otra cosa. En cuestión de las peinadoras, trabajábamos entre siete, ahora solo somos dos. A veces solo uno, porque la otra hace sus cosas. Yo estoy estudiando en la universidad, no puedo dejar este trabajo porque es el único medio que me está generando”, relató con añoranza.
Consultado sobre cuánto generaba al día con peinados, Olivera señaló que solo ella al día juntaba más de Bs 500, pero hoy apenas algunos días logra recaudar Bs 200. A diario junta apenas Bs 30 con cortes o alguno que otro peinado.
Olivera espera que el Gobierno emita normas de ayuda para sectores como las trabajadoras del negocio de la belleza, porque día que pasa, día que tiene que tratar de juntar dinero para pagar el alquiler de su salón.
Sin embargo, ella tiene confianza en que la situación en algún momento pueda mejorar y que vuelva la normalidad, esa normalidad donde había fiestas sin restricciones, pues de esas actividades las peinadoras y maquillistas alimentan a sus familias y costean sus estudios.
“Por ahora yo creo que solamente nos queda esperar a que la situación mejore para que las actividades se realicen con normalidad, ya sean desfiles, entradas, porque son momentos en los que nosotras trabajamos”, expresó.
Doña Lidia
Muchas mujeres la conocen así, como doña Lidia. Ella es una mujer que se dedica desde hace más de 30 años al rubro de peinados, maquillajes y otros.
Muy creyente de Cristo, doña Lidia señaló que siempre gustó de esa profesión, siempre quiso trabajar en peinados. Inició ayudando a su tía haciendo limpieza en salones de belleza.
Antes de la pandemia, doña Lidia, al igual que Carolina, tenía muchos clientes, especialmente los sábados. Ahora, por la prohibición de realizar fiestas, ya no hay mucha demanda, pero por la experiencia, la trayectoria y el prestigio que tiene, varias personas la acuden a su salón para que ella les atienda.
Considera que para atraer a la clientela mucho ayuda el precio que se cobra por los servicios. Por la pandemia del coronavirus, realiza ofertas y descuentos.
“Me iba bien, pero tampoco me puedo quejar. He tomado la estrategia de hacer descuentos, si antes cobraba Bs 10 por la depilación de cejas, ahora cobro Bs 5, si cobraba antes una trenza Bs 15, ahora cobro Bs 10, porque al final mi mano no se va gasta”, explicó.
Doña Lidia, una mujer muy empática y considerada, genera empleo y ayuda a sus trabajadoras para que no se rindan. Tiene fe en que las cosas pronto se solucionarán.
“Tengo trabajadoras y ellas son personas que estudian. Si yo cierro (mi negocio), estoy en problemas morales. Yo dijo si hay para comer, está bien, porque al fin ya soy una persona mayor, no necesito mucho, pero los que me preocupan son las jóvenes”, expresó.
Antes de la crisis sanitaria, el Salón de Belleza Doña Lidia iniciaba a trabajar desde las 7:00, todo el día, junto a sus trabajadoras, atención a más de 200 cliente que solicitaban peinados, maquillajes, entre otros, pero ahora solo se llega a tender a un 10% de los clientes que tenía.
Doña Lidia tiene su salón de bella en la zona de Río Seco Extranca, su negocio es conocido como “Doña Lidia”.
Al igual que los salones de belleza de Doña Lidia y Carolina Olivera, varios de los salones lamentaron su situación, reportan ausencia de clientela precisamente por la no existencia de fiestas.
Algunas comentaron que la situación es preocupante, porque los productos de maquillaje o tratamiento facial, capilar, entre otros están caducando y necesariamente tiene que ser desechados, lo que significa para ellos una pérdida económica.