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Fortunado Maldonado es un corredor de toda la vida. Superó obstáculos desde que era niño. Empezó a ser piloto a los 50 años. Y desde los 67 años compite en el Dakar, donde participará hasta que le "permita el cuero".
Miércoles 18 de Enero de 2017, 12:15pm
La Paz, 18 de febrero (Soledad Mena, Urgentebo.com).- "En mi vida nunca he pensado ser corredor, pero sí mis hijos tenían la intención, además, por el trabajo, cada día cronometramos nuestras llegadas a los puntos donde nos solicitan. Todo el tiempo estamos corriendo”, explica Fortunato Maldonado Mamani, un corredor de autos, no solo del Dakar, sino de la vida y del trabajo cotidiano.
Maldonado nació en Uncía, Potosí; su madre y su padre murieron cuando era muy pequeño, sus tíos y abuelos fueron su única familia; partió hacia Perú y Chile de niño; a sus 17 años volvió a Bolivia a prestar su servicio militar. Decidió quedarse e ingresó a trabajar en los centros mineros, se hizo popular y llegó a ser dirigente del centro minero de Chacarilla.
Él aspiraba a algo más, quería independizarse y se capacitó en la exploración y explotación minera. A sus 40 años instaló su propia empresa. Su profesión es otra de las principales razones por las que ingresó a correr en el Dakar. “Me encanta mi profesión, me dedico a la exploración, investigación, evaluación y cuantificación de yacimientos mineros. Es esta actividad la que nos motivó a correr el Dakar”, dice.
El corredor empezó a competir en las carreras de automovilismo a los 50 años para dar un ejemplo a sus dos hijos y 10 nietos, para demostrarles que nada es imposible en la vida.
“Comencé a correr en 1996. Primero corrían mis hijos que trajeron un carro nuevo que dijeron que no era apto para ellos y que era para veteranos”, relata.
A los 67 años ingresó a competir en el Dakar. En los tres años de participación tuvo que abandonar la competencia más dura del mundo por fallas técnicas.
El corredor de 70 años asevera que continuará participando en este rally “hasta donde le dé el cuero”. Aspira estar dentro de los 30 mejores competidores a nivel mundial. Desde ya, se prepara mentalmente y físicamente desde las cuatro de la mañana para controlar la ansiedad, enfrentar el calor y tener resistencia.
“Nosotros todo el tiempo estamos recorriendo por todo el territorio nacional. Físicamente nos preparamos porque es duro, uno tiene que estar preparado para no desmayar en el camino”, apunta.
En 20 años de corredor de autos logró obtener más de 150 trofeos en las competencias nacionales e internacionales. “He sido campeón nacional en una ocasión, he sido campeón departamental en tres ocasiones, hemos participado en campeonatos realizados en el exterior del país”, destaca.
Es el segundo hombre más veterano en el Dakar y se siente afortunado. Destaca la emoción del público argentino y boliviano por ser colaboradores y amantes de los “fierros”.
Una de sus mejores anécdotas la vivió en la primera etapa, cuando los argentinos prepararon una parrillada que más tarde se convirtió en una fiesta, mientras le socorrían del accidente que sufrió. “Se hizo un bonito encuentro, se llenó el lugar y se armó una fiesta. Al que pasaba le daban de todo”, relató.
Para Maldonado y sus hijos no es nada difícil armar un auto, ellos se encargan personalmente de montar su propio coche de carrera en su planta de fierros, instalada en la ciudad de El Alto.
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