Si hablamos de una construcción igualitaria de oportunidades para hombres y mujeres en Bolivia surge como un tema de impostergable tratamiento la gestión del agua para todas y todos los bolivianos. Se preguntarán por qué. La respuesta es sencilla, sin embargo, la transformación de este paradigma resulta por demás compleja, más aún si se considera que la exclusión de género se agudiza más allá de los centros urbanos más poblados.
Cuando hablamos de género, generalmente lo asociamos con la desigualdad de poder, es decir, de oportunidades y de acceso a recursos, que saltan a la vista heterogéneos cuando se representan a los dos sexos y sus realidades religiosas, económicas y culturales. Las responsabilidades cambian si eres hombre o mujer, en el caso de la recolección del agua, esta responsabilidad recae en la mujer y es ella quien, cuando el agua potable no está cerca de casa, debe asegurar la provisión para todos.
Los roles de género juegan un papel fundamental al analizar las opciones de elección que tenemos mujeres y hombres y las relaciones de desigualdad en temas, que parecen tan básicos como la gestión de los recursos hídricos. Para dar un ejemplo, las instalaciones de agua adecuadas reducen el tiempo de carga doméstica, lo que a su vez se ve reflejada en tiempos de labores educativas o capacitación. También se puede enfatizar en los servicios de agua y saneamiento que aumentan la privacidad y reduce el riego de ataques y abusos sexuales a las mujeres y las niñas mientras recogen agua.
Un tema menos discutido, pero no menos importante es el sistema de saneamiento: gozar de servicios básicos higiénicos y privados son vitales para brindar seguridad y salud a las mujeres; en general las mujeres buscan salir al amanecer o anochecer para hacer las necesidades en el campo, lo cual produce también inseguridad, además de infecciones en su cuerpo.
La transversalización del género en todos los procesos de legislación o generación de políticas públicas, programas y acciones concretas, plantea el desafío para el Estado Plurinacional de Bolivia: hay que considerar los derechos de las mujeres en todos los campos, más allá de la violencia, de la discriminación política y económica. Quizás, las brechas en el campo social y cultural sean los más duros y dolorosos para ella.
La conformación de sociedades con mayor igualdad se basa en eliminar brechas, aumentar oportunidades y trabajar una agenda con enfoque igualitario para mujeres y hombres, donde se reduzcan los tiempos de recolección del agua, o mejora de saneamiento para las mujeres; también se considere una construcción equitativa en los tiempos de cuidado y distribución de roles.
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