Con los cuatro equipos clasificados a las semifinales de la Copa de la División Profesional, la temporada 2023 entra en su recta definitiva. Luego vendrán los análisis, reflexiones y balances de otro año turbulento y con acostumbradas polémicas que genera el fútbol boliviano. El torneo más importante, todos contra todos, coronó días atrás a The Strongest como Campeón Nacional de la gestión y el puntaje de la tabla promedio, le otorgó a Bolívar ser el otro representante en la fase de grupos en Copa Libertadores el 2024, ambos con un premio de 3 millones de dólares. Los atigrados, además, sumaron 1 millón más como premio por la obtención del título.
El segundo torneo ingresa a su parte culminante y en una semana maratónica deberá concluir con un ganador. Bolívar recibirá esta noche a Aurora y mañana Royal Pari a Wilstermann; los ganadores de estos cotejos de ida y vuelta pelearán por el título de este torneo paralelo en partido único a disputarse el fin de semana.
Así como están las cosas y luego de ver el rendimiento de estos cuatro planteles en sus partidos de cuartos de final, podemos decir que Bolívar, pasó raspando y debiéndole al arquero Carlos Lampe una presencia increíble en la definición por penales, dejando en el camino a FC Universitario de Vinto, que vendió muy cara su derrota, ratificando que a lo largo de todo el año supo lidiar con buenos equipos como el académico, complicándolo de visitante y de local.
Aurora, parece haber encontrado en Mauricio Soria, la solución superlativa que necesitaba para poder salir adelante, ganar sus partidos más importantes y encontrar un óptimo nivel de juego. La goleada a Always Ready por 4 a 1 confirma el buen momento que pasa y cuán significativo es el trabajo del técnico en un equipo, cuando este asimila los conceptos de manera positiva en lo táctico, físico y mental. Aurora será un rival extremadamente complicado para Bolívar, tanto en La Paz como en Cochabamba.
Royal Pari despachó a Blooming y espera avanzar a la final de este campeonato para cerrar un año muy difícil, clasificando a una Copa Libertadores, como Bolivia 4, en caso de obtener el primer lugar y replantear todo para la próxima gestión. Aún nada está dicho y el conjunto “inmobiliario” de Santa Cruz debe buscar en los siguientes dos encuentros un rendimiento acorde a la exigencia, para ello sus jugadores necesitan estar mental y físicamente bien. ¿Lo estarán?
Entre tanto, Wilstermann tiene una cuota de valor digna de destacar. En el torneo todos contra todos supieron recuperarse a base de fuerza, trabajo y superación. Arrancaron la temporada con menos seis puntos por una sanción. Los problemas económicos que azotaron a la institución fueron realmente muy serios. Sin embargo, pudieron salir adelante y en este campeonato son protagonistas e incluso favoritos para alcanzar la final. Gran trabajo de la dirigencia, cuerpo técnico y jugadores que se pusieron el equipo al hombro para “sacar la nave a flote”. Eliminaron al Tigre en el Siles y por supuesto que ahora van por más.
Apenas tendremos tiempo para combinar nuestras actividades laborales con nuestro deseo de seguir la última semana de campeonato. Los partidos están programados para disputarse cada 48 horas, prácticamente sin tiempo para la recuperación de los jugadores entre partido y partido; detalle que no puede pasar inadvertido, pues para el rendimiento no es lo mejor, peor para producción que podamos ver como amantes de este hermoso deporte. Y es que eso debe llamar la atención de quienes determinaron parar por más de 40 días el fútbol en nuestro país por el famoso tema de la corrupción y el tan bullado caso de amaño de encuentros, que al final no llegó a nada, sin sanciones ni sancionados; sin castigos ni castigados; dándole a la oración una redundancia que bien justifica el accionar de la dirigencia que maneja el balompié en Bolivia.
Sería injusto no dar una mención en este artículo a la gran campaña de Gualberto Villarroel San José, que logró con mucho esfuerzo conquistar el título de la Copa Simón Bolívar 2023, luego de ganar por penales a San Antonio Bulo Bulo de Entre Ríos–Cochabamba. Gran partido final que se disputó en el Estadio Jesús Bermúdez de la ciudad de Sebastián Pagador, que después de dos largos años volverá a tener fútbol profesional.
Oruro es indudablemente una de las ciudades más futboleras de Bolivia, por ende, los orureños, donde quiera que vivan son hinchas muy querendones de sus equipos, garantizando su presencia donde su representante juegue. Esto va más allá de algunos criterios mezquinos de aquellos que hacen hincapié en que el flamante campeón de la Copa Simón Bolívar, GV San José, no es el histórico que descendió el 2021 luego de una aberrante crisis económica que lo “borró” del mapa.
Los orureños vivirán nuevamente con este equipo y el proyecto que se arme para el 2024 la emoción del fútbol de la División Profesional, aquel que les fue anegado estos últimos dos años por una dirigencia imprudente, irresponsable y sobre todo insensible por un manejo pésimo de su presupuesto, ocasionando que una gran afición se quede sin poder vivir la fiesta de este deporte.
Bien por GV San José, su dirigencia, su equipo y su técnico Eduardo Villegas, que anota un logro más en su destacada carrera profesional.
San Antonio Bulo Bulo, equipo dirigido por Thiago Leitao, buscará la plaza en el indirecto frente a Real Mamoré en partidos de ida y vuelta, tratando de quitarle un sitial al Beni en el torneo 2024.
El fútbol boliviano vivirá esta semana su tramo final y a ver qué sorpresas nos da.
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