Muchos conocerán este efecto: después de uno o dos vasos de vino, esa persona que antes no te había llamado la atención, de pronto te empieza a interesar. Sin embargo, esto parece no tener ningún sustento científico, según revela un estudio publicado en la revista Journal of Studies on Alcohol and Drugs.
La investigación concluye que el alcohol no necesariamente incrementa la percepción de atractivo de los demás, sino que más bien potencia la confianza para interactuar con alguien que ya se considera atractivo.
El experimento consistió en que se realizaron dos sesiones en las que los participantes masculinos tomaron bebidas con y sin alcohol. Para crear un contexto más realista, se dijo a los participantes que podían conocer a las personas evaluadas. Además, cada participante llevaba consigo a un compañero de bebida habitual que también participaba, con la intención de simular la dinámica real del consumo social de alcohol.
Los investigadores de la Universidad de Pittsburgh, Molly Bowdring y Michael Sayette, pidieron a 36 hombres jóvenes, en grupos de amigos, que calificaran el atractivo de personas desconocidas en fotos y vídeos. Se presentaron 16 personas en cada sesión y se les pidió a los participantes que las calificaran en una escala de 1 a 10, y luego eligieran a cuatro con quienes quisieran conversar en un experimento futuro.
A continuación, se les pidió que eligieran a cuatro de las personas con las que más les gustaría conversar en un futuro experimento. El análisis no halló correlación entre las percepciones de los participantes sobre el atractivo de los demás y su propio nivel de embriaguez. "El conocido efecto 'gafas de cerveza' del alcohol aparece a veces en la literatura, pero no de forma tan consistente como cabría esperar", explica Sayette.
El efecto está más estudiado en hombres
Sin embargo, mientras estaban bajo el efecto del alcohol, los participantes eran 1,71 veces más propensos a elegir sus cuatro mejores opciones atractivas para una posible cita en una investigación futura, en comparación con su estado sobrio.
Así pues, al menos en el caso de los hombres, la ciencia respalda la idea de que unas copas pueden ayudar a superar las inhibiciones y acercarse a alguien que les resulte físicamente agradable.
Los autores señalan que limitaron el estudio a un solo sexo porque las recompensas sociales de la bebida están bien demostradas en el caso de los hombres. Pretenden utilizar sus hallazgos, junto con investigaciones anteriores sobre el vínculo social, para justificar un futuro estudio en el que participen diversos géneros.