Los alimentos son fundamentales para el funcionamiento del organismo, el mismo que requiere una recarga de energía cada cierto tiempo. Cuando nos saltamos una comida el cerebro ralentiza el metabolismo y ordena almacenar más energía convertida en grasa.
Los alimentos son fundamentales para el funcionamiento de todos los sistemas del organismo, por lo tanto, es importante incorporar los nutrientes adecuados, respetando los horarios de comidas regulares y constantes.
Según la nutricionista clínica Viviana Soto Seoane, el organismo necesita una ración de alimentos cada tres horas, pero la necesidad está determinada por la hora y la función del organismo. Y es erróneo pensar que si se come el doble al saltar una comida lo compensará, al contrario, el organismo utiliza lo que necesita y el resto lo almacena como grasa o lo elimina.
“Una dieta balanceada integra el desayuno, como fuente importante de energía a primera hora del día (7:00); la merienda de media mañana (10:00); el almuerzo importante para los músculos y tejidos (13:00); el colado de las 16:00 y la cena de las 19:00, que es tan importante como el desayuno, porque mientras dormimos se cumplen importantes funciones que demandan energía. La cena debe ser lo último que se ingiere y no debe ser después de las 19:00 horas, o al menos 3 horas antes de acostarse”, detalló la especialista, quien advierte que ninguna comida debe saltarse, ya que todas son importantes; excepcionalmente los colados podrían no ser necesarios, dependiendo del tipo de almuerzo o desayuno.
Por ejemplo, a primera hora después de un ayuno de 8 horas (noche) el cerebro necesita activarse con azúcares y proteínas. Los azúcares deben ser naturales, como fruta; la proteína puede salir del huevo, el yogur, quesos, leche.
En el almuerzo son necesarios la proteína, carbohidratos, fibra para la digestión. En la cena es importante la fibra, proteína y carbohidratos complejos o vegetales.
“Si no cenas, y si tampoco desayunas, además de provocar un descontrol de glucosa en tú organismo, seguramente almacenarás la energía de la siguiente comida y podrías experimentar dificultad para despertar o levantarte de la cama, además de frecuentes dolores de cabeza durante el día, cansancio, sueño, mal humor, irritación, falta de concentración, entre otros síntomas. También se puede provocar una hipoglucemia nocturna, muy peligrosa para los diabéticos”, advirtió la nutricionista, quien difiere de las dietas intermitentes sin supervisión. “No es suspender una comida y listo, se requiere cambiar la dieta y los hábitos alimenticios, incluso suplementar”, indicó Soto.
La especialista recomienda fomentar los productos más calóricos en las primeras horas del día, y disminuir el consumo a medida que se acerque la noche, que debe ser mucho más liviano y de fácil digestión.
Saltar la cena, el almuerzo o desayuno además del descontrol en el organismo, deriva en un aumento de peso, por el mismo hecho que el organismo lo almacena.
“Dicho en otras palabras, cuando se salta una comida el cuerpo se inserta en un proceso de inanición o estado de ayuno, y durante el mismo el cerebro da la orden al cuerpo que ralentice todas sus funciones para conservar la energía que tiene almacenada y quemar menos calorías”, precisó la nutricionista.
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