La Asamblea General de Naciones Unidas, en septiembre de 2015, dio vida a los denominados 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) dentro del marco de la Agenda 2030 “Para que nadie se quede atrás” con una visión transformadora hacia la sostenibilidad económica, social y ambiental, nuestro Estado se ha adherido a dicha Agenda, teniendo varias tareas que cumplir.

Resulta, que la pasada semana el mundo entero ha presenciado la 79 Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas en esta oportunidad Bolivia fue representada por la Canciller la Sra. Celinda Sosa Lunda, quien presento  una ponencia de 20 minutos (puede verla en YouTube) siendo una de las más largos de la jornada. Al escuchar su intervención no se llega a identificar con claridad la postura de Bolivia, ya que refiere a diversos temas sin una. Política internacional clara, parece chiste pero es anécdota, en el video de la intervención de la Canciller Boliviana, se advierte, la denuncia ante la ONU de los problemas partidarios internos del partido de gobierno, por un momento parecía que iba a pedir al Concejo de Seguridad de la ONU su intervención o mediación en el conflicto como si se tratase de un conflicto bélico de importancia mundial, dejando de lado los temas prioritarios que requieren la solidaridad internacional.

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Si usted no vio el discurso puede descargarlo de las redes sociales o si quiere ahorrarse 20 minutos, el personal de la cancillería se ha tomado la molestia de transcribir en su página web, un fragmento bien escueto de la intervención de la Canciller, me voy a permitir  citar el punto 5 de dicha intervención “…el Pacto del Futuro, el Pacto Global Digital y la Declaración para las futuras generaciones, son instrumentos importantes que nos permiten proyectar un mejor futuro, para las presentes y futuras generaciones. Este pacto tiene la gran misión de corregir las profundas desigualdades creadas por siglos de dominación económica, política y social. Lamentablemente, también debemos reconocer que los Objetivos de Desarrollo Sostenible, no se cumplirán como estaba previsto para el año 2030. Sin embargo, creemos que el Pacto del Futuro debe ser un impulso para acelerar la implementación de la Agenda 2030”.

En base a este último párrafo, es importante que podamos analizar dos elementos: el primero Bolivia en discurso está a favor y apoya al Pacto del Futuro lo considera un impulso para acelerar la Agenda 2030, pero en hechos reales de votación este apoyo no fue dado. Sorprende? creo que a estas alturas a los ciudadanos bolivianos ya no nos sorprende que se diga una cosa y se haga otra por parte de algunos personeros del Gobierno, esperemos que la comunidad internacional no “se hubiera dado cuenta” de esta contradicción o “apoyo moral”.

El segundo elemento, ¿Cómo Bolivia ha contribuido a que se cumplan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) hasta la fecha? Debo resaltar que desde el 2015, en Bolivia no cuenta con legislación sostenible, diseñada para implementar los ODS, tampoco se cuenta con clasificadores presupuestarios que estén identificando a las Metas de los ODS en el presupuesto general del Estado,  no contamos con políticas públicas que nazcan del Gobierno Central, que estén estructuradas  sobre la territorialización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para no ser exigentes no se identifican metas de los ODS, en lo más básico de la gestión pública que es la programación anual de operaciones. Estos extremos me llevan a otras cuestionantes ¿cuáles serán las acciones tangibles, efectuadas, en la política publica boliviana para implementar los ODS?; ¿Sera que cada vez, que las autoridades bolivianas participan en Naciones Unidas, estan consientes de la existencia de contradicciones de sus ponencias, respecto al ordenamiento interno Boliviano con la Agenda 2030?.

Como dato curioso la Canciller, ha expresado la necesidad de “Justicia Climática y el Desarrollo Sostenible” exhortando a la Asamblea que: “De una vez por todas, debemos construir un modelo de desarrollo basado en el respeto a la Madre Tierra y a los derechos de todos nuestros pueblos” me pregunto ¿cuál será la propuesta de modelo de desarrollo, que eventualmente Bolivia podría plantear ante las Naciones Unidas en el cual se destaque el respeto a la Madre Tierra? si el mismo Estado Boliviano tiene leyes extractivistas que violan los derechos de la madre tierra, que impactan al medio ambiente, que afectan a la salud de sus habitantes y que por ultimo coadyuvan a empeorar al cambio climático? al parecer no hay personal técnico que  estructure una ponencia que este acorde a los hechos reales, pues en estos momentos Bolivia no es referente del respeto a la madre tierra, ya que gracias a la Ley No. 741, aprobada en septiembre de 2015, vigente a la fecha (no se ha abrogado) permite  y legaliza la  violación a la madre tierra bajo la figura de quema controlada.

Han pasado al menos cinco años desde el 2019, cuando se identificó que los incendios de la Chiquitania, consumieron aproximadamente más de cinco hectáreas verdes y miles de animales entre ellos especies en extinción murieron calcinados, como efecto de la figura legal de la quema controlada, desde ese momento a la fecha no se ha hecho nada en el Estado para abrogar estas leyes incendiarias, no se han diseñado y emitido políticas públicas enfocadas al desarrollo en base a la sostenibilidad y estamos lejos de estructurar y promulgar legislación sostenible, es decir la Agenda 2030  y sus ODS, solo de discurso poético. Habría que pedirle muy respetuosamente a la hermana Canciller en base a sus mismas palabras que “DE UNA VEZ POR TODAS COMO ESTADO ENARBOLEMOS, LAS BANDERAS DE DEFENSA DE LA MADRE TIERRA Y DE LA SOSTENIBILIDAD PERO CON EJEMPLO”.

Concluyo este análisis con una simple pregunta  ¿No era más oportuno, no era prioridad, no era importante que previo a que la hermana  Canciller asista a Naciones Unidas, se declare Emergencia Nacional ante las quema de nuestra fauna y flora por parte del Gobierno? así ella podría haber identificado prioridades y su personal técnico podría haber elaborado una ponencia más sincera y técnica acorde al tema, en lugar de quejarse de los problemas “íntimos partidarios” que no están dentro de las competencias de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Era oportuno aprovechar este escenario anual internacional, para solicitar de forma directa en el marco de la sostenibilidad y la solidaridad cooperación internacional, para combatir los incendios en nuestro país, que lastimosamente nos han rebasado.   

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