Una vez que la medianoche del viernes 18 de abril concluyó el registro de los partidos políticos y alianzas que participarán en las elecciones del 17 de agosto, ha quedado en evidencia un escenario político caracterizado por la fragmentación, algo que no ocurrió en los últimos 20 años y que recuerdo a las épocas de la “democracia de pactos”.
Este 18 de abril se inscribieron 5 alianzas nacionales y ocho partidos políticos en cumplimiento de la actividad número 13 del cronograma del proceso electoral, explicó a Urgente.bo, el vocal Tahuichi Tahuichi.
¿Cuáles son las organizaciones políticas que se inscribieron como partidos? De acuerdo al informe del Tribunal Supremo Electoral son los siguientes: Frente Para la Victoria (FPV), Autonomía Para Bolivia - Súmate (APB - Súmate), Nueva Generación Patriótica (NGP), Movimiento Al Socialismo (MAS), Partido de Acción Nacional Boliviano (Pan - Bol), Partido Demócrata Cristiano (PDC), Movimiento de Renovación Nacional (Morena)y Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR).
En cambio las alianzas inscritas son las siguientes: Libre, conformada por Demócratas y FRI; Alianza Popular, integrada por el Movimiento Tercer Sistema y las agrupaciones Partido Socialista Revolucionario y Movimiento Autonomista de Trabajo y Esperanza; Unidad, de la que forman parte Unidad Nacional, Creemos, además de otras agrupaciones ciudadanas; Libertad y Progreso-ADN, que está compuesta por Acción Democrática Nacionalista (ADN) y dos agrupaciones ciudadanas que son Pando Somos Todos (PST) y Nacionalidad Autónomas por el Cambio y el Empoderamiento-Nacer; la Fuerza del Pueblo, que está conformada por Unidad Cívica Solidaridad (UCS) y el Movimiento de Originario Popular (MOP).
El politólogo Armando Ortuño explica que este hecho es una expresión de la implosión del sistema político ocurrida en Bolivia y que hasta ahora no ha ocurrido la recuperación, lo que podría tardar en llegar. “Su reflejo es la fragmentación de la oferta electoral, la debilidad de las lealtades políticas tradicionales y la preponderancia de los intereses personales y ambiciones individuales como principal factor de la dinámica política”.
Considerando la perspectiva de este escenario político, es muy probable que el próximo 17 de mayo, cuando se debe cumplir la inscripción de candidatos presidenciales, el “número de candidatos supere los 8, lo que será la oferta electoral más numerosa desde 2005. Se parece a lo que sucedió entre 1985 y 2000, tiempo de la democracia pactada y elecciones donde la primera mayoría no superaba el 35%”.
El sociólogo Carlos Cordero coincide con Ortuño y afirma que el problema se debe a que los partidos políticos están fragmentados y que a este asunto se suma la situación económica del país y la crisis en el oficialismo, razones por las cuales, emergen candidatos opositores que ofrecen la victoria al masismo.
¿QUÉ VIENE DESPUÉS?
La crisis en la izquierda boliviana aún no ha sido encarada, por el contrario, con la inscripción de los partidos políticos, ésta se ha agudizado. No se conoce qué organización postulará al expresidente Evo Morales, el titular del Senado, Andrónico Rodríguez, es pretendido por diferentes proyectos y el primer Mandatario, Luis Arce, tiene el plan de postularse por el MAS-IPSP.
En este escenario, Cordero como Ortuño afirman que el ritmo de la campaña electoral presidencial será llevado por los proyectos políticos con mayor tradición y quienes tengan mejor capacidad de sintonía con las demandas de la población.
“Los simpatizantes de un MAS fragmentado podrían concentrar el voto en un solo candidato. Algo similar podría ocurrir en la oposición. Dos candidatos de oposición podrían concentrar el voto opositor. Los nuevos nombres que están emergiendo, junto con partidos pequeños que van solos, tienen pocas oportunidades de éxito en estas elecciones”, apunta Cordero.
Mientras que Ortuño dice que actualmente la palabra que define el escenario electoral es incertidumbre, ya que incluso podría agudizarse el panorama. “Por lo pronto potencialmente hay tendencia a la fragmentación y habrá plausiblemente al menos cuatro o cinco candidatos con posibilidades en primera vuelta y una segunda vuelta inédita e imprevisible. Difícil gobernabilidad, después”, señala.
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