Abril 23, 2025 -HC-

¡Ay de los que siempre tienen un problema para cada solución!

¿Dónde están ahora los detractores del libre comercio con las grandes potencias mundiales? Me refiero a las ONG y a los activistas que, sistemáticamente, presionaban al gobierno de Morales, primero, y al de Arce, después, para ir en contra de una mayor integración comercial de Bolivia al mundo.


Miércoles 23 de Abril de 2025, 9:00am






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Debra Hevia, Encargada de Negocios de la Embajada de los Estados Unidos de América en Bolivia (EE. UU.), a tiempo de justificar la imposición de un arancel del 10% a las importaciones de productos bolivianos en su país, con la Orden Ejecutiva adoptada por el Presidente Donald Trump para la generalidad de países en el mundo, dio una luz de esperanza al anunciar que existe una apertura de su gobierno para dialogar y buscar el menor impacto para Bolivia.

"Lo más importante en las relaciones de cualquier país es el diálogo, fundamental para explicar nuestras prioridades y resolver cualquier diferencia que pueda haber", refirió, ante la eventualidad de que Bolivia busque un diálogo para minimizar el castigo arancelario sobre sus exportaciones al mercado estadounidense (“EEUU se abre a un diálogo que busque minimizar el impacto de los aranceles”, EL DEBER, 15.04.2025).

Ojalá que el país pueda aprovechar tal apertura, luego de haber desperdiciado tantas oportunidades de una mejor relación con la primera potencia mundial.

En verdad, Bolivia debería procurar la mayor cercanía con todos los países con gobiernos elegidos democráticamente, EE. UU., con mayor razón, pensando en el mercado que más productos compra del mundo, siendo que al ciudadano de a pie, al jefe de hogar, lo que más le importa no es la retórica ni la ideología y mucho menos la politiquería, sino, el tener un empleo digno y sostenible en el tiempo que le permita mejorar la calidad de vida de su familia y… ¡a eso aportan las exportaciones cuando la mano de obra es el mayor valor agregado!

Lamentablemente, por razones meramente ideológicas, Bolivia se opuso a inicios de siglo a la iniciativa continental para negociar el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA); después, a la posibilidad de negociar un Tratado de Libre Comercio (TLC) bilateral con los EE.UU., por una parte, y con la Unión Europea, por otra, como lo hicieron otros países, tal el caso de México, Chile, Colombia, Perú, Ecuador y varios centroamericanos, por citar unos cuantos ejemplos, con lo que tiró por la borda el poder exportar miles de millones de dólares y recibir otro tanto en inversión directa y tecnología, lo que le hubiera ayudado a crecer más y a generar muchísimos más empleos.

De otra parte, se rifó también la posibilidad -por incumplimiento de compromisos- de seguir gozando del libre acceso al mercado estadounidense a través de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y de Erradicación de la Droga (ATPDEA), provocando el doloroso ocaso de la industria textil, con un severo impacto por la pérdida de miles de empleos para nuestros obreros, mujeres artesanas, prestadores de servicios conexos, entre otros, todo, porque, ni la famosa Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) -concebida en contra del ALCA- ni el tan promocionado Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP) ideado en contraposición a los TLC, dieron un mínimo resultado, demostrando que los cantos de sirena del así llamado Socialismo del Siglo XXI, fue un fiasco: En saco roto cayeron las promesas del extinto Hugo Chávez quien, a voz en cuello, proclamaba que Venezuela iba a “comprar todo lo que EE.UU y la Unión Europea dejaran de importar de Bolivia”. ¡Mentira!

La consecuencia de todos estos desaciertos fue el decaimiento del comercio exterior, principalmente con EE. UU., ya que, tanto las exportaciones como las importaciones bilaterales, luego de alcanzar altos niveles, bajaron a cifras francamente preocupantes: Aunque se diga lo contrario, las relaciones diplomáticas cuentan mucho a la hora de hacer negocios con un país y entre Bolivia y EE. UU. no hay Embajadores designados desde 2008, lamentablemente.

¿Dónde están ahora los detractores del libre comercio con las grandes potencias mundiales? Me refiero a las ONG y a los activistas que, sistemáticamente, presionaban al gobierno de Morales, primero, y al de Arce, después, para ir en contra de una mayor integración comercial de Bolivia al mundo.

Ahora que el país sufre una crisis en su sector externo, en gran parte explicada por los recurrentes déficits comerciales que se han venido produciendo desde hace diez años, resurge la pregunta:

¿Dónde están estos preclaros pensadores que hicieron meter la pata a los gobiernos, alejando nuestras posibilidades de desarrollo? ¿Saben dónde están?

En el mismo lugar donde siempre está esa “burocracia insensible y satisfecha” de la cual hablara en su momento el ex Secretario de la otrora gloriosa Central Obrera Boliviana (COB), Juan Lechín Oquendo.

¡Criticaron, se opusieron, complotaron y elucubraron con paraísos idealistas, pero, a la hora nona, fracasaron en sus dichos y llevaron al país al quebranto, sin embargo, ellos siguen disfrutando de sus comodidades y placeres, como parte de los que en su soberbia intelectual, siempre tienen un problema para cada solución!

Es de esperar que, ahora que los Estados Unidos se abre a negociar, prime el pragmatismo y se imponga la racionalidad sobre la ideología que hace tanto mal.

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