Hace ya varios años circuló una noticia falsa sobre la nueva reforma educativa en Japón, llamada “Cambio Valiente”, una manera de preparar a los estudiantes de forma efectiva para la competencia en el mundo laboral, y que está basado en cinco materias troncales, sin ninguna materia de relleno. El 'plan' hacía énfasis en idiomas, aritmética de negocios, lenguaje, civismo y computación. Más allá de la falacia, esta información abre un espacio de reflexión sobre la preparación de nuestros niños en áreas similares y la post pandemia, que generó una brecha aún mayor en lo que se refiere a colegios particulares, fiscales y rurales.
En los últimos gobiernos uno de los temas más importantes, que mereció reformas por representar postulados ideológicos de cada partido, fue la educación; me refiero a la reforma educativa de 1994 y la última de 2010 llamada Avelino Siñani - Elizardo Pérez, en honor a dos íconos en la educación. La última logró bajar la tasa de analfabetismo casi a cero bajo un nuevo discurso educativo de descolonización, educación comunitaria y productiva e interculturalidad, en su momento. Ya para 2022 los retos son otros, sin dejar a un lado todo el proceso aún no concluido, y se relacionan directamente con el acceso a las tecnologías de información.
En los últimos años, la pandemia nos ha colocado en la mesa de discusión las políticas educativas, la formación de los docentes, la educación técnica y la brecha de educación campo-ciudad, educación privada y fiscal. Si bien la educación, como dice la Constitución del Estado Plurinacional, en su Artículo 17, “… que toda persona tiene derecho a recibir educación en todos los niveles de manera universal, productiva, gratuita, integral e intercultural, sin discriminación", la realidad nos supera como país. Lejos estamos de poder acceder sin discriminación a una educación universal que no presente brechas en competencias y que brinde las mismas oportunidades para los bolivianos.
Si bien en tiempos de pandemia el Ministerio de Educación hizo un esfuerzo en homogenizar los textos para la educación virtual y brindar plataformas gratuitas, al momento de la práctica los estudiantes de áreas rurales, periurbanas y fiscales se vieron en total desventaja frente a estudiantes de colegios particulares. Aquí hay que hacer un paréntesis y mencionar que los colegios particulares son un gran apoyo al Estado en cuanto a su función de brindar educación oportuna, al igual que la salud, cosas que en países de primer mundo no ocurren porque el Estado brinda servicios de calidad.
Ya para ir finalizando y a manera de conclusión, información como la que circula en medios de comunicación, en este caso falsa, como es la de “Cambio Valiente “ en Japón, nos invita y nos debe forzar a repensar en la educación de las generaciones que tomarán la posta; cada día leemos noticias en los periódicos o portales digitales de manejos irregulares, malas gestiones en ámbitos públicos y privados, seguramente varias son malintencionadas, pero también son por ignorancia y mala formación técnica y de competencias.
En esta época nos debe alarmar la brecha abismal que se ha creado entre estos universos de niños, que por oportunidades personales o de país no pueden gozar de educación oportuna. Dos años de retraso escolar, sumados a las condiciones de pobreza, hacen que Bolivia no sea un país prometedor para nuestras generaciones, lo peor es que las migraciones se dan en condiciones casi de esclavitud, con gente forzada para no morir de hambre.
Es hora de que Bolivia trabaje de manera sostenible y con mejores instrumentos para operativizar los postulados de la educación, agregando un tema fundamental en todas las áreas, las tecnologías de la información y forzarnos a hacer un “Cambio Valiente”.
A manera de puntualizar:
1.- La educación en Bolivia como efecto de la pandemia tiene brechas aún más significativas, principalmente en la educación de los niños, que ven empeñado su futuro, sin contar con oportunidades justas para competir.
2.- Las tecnologías de la información son la pieza clave en el desarrollo de competencias y capacidades en la época post pandemia, lo que puede abrir un abanico significativo para el futuro del país.
3.- Relacionarnos con otros países para revisar de manera seria ejemplos de modelos de educación es útil al momento de replantear el rol del Estado en la educación.
4.- Si bien la noticia de Japón carece de veracidad, el enunciado engloba lo que la educación actual necesita, un “Cambio Valiente”.
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