Abril 24, 2024 [G]:

Así fue la concesión del Silala a una empresa chilena en 1908

Este lunes 20 de julio se cumplen 108 años de la solicitud que la anglo - chilena “The Antofagasta (Chili) - Bolivia Railway Company Limited Co. Ltd.” hizo a Bolivia para usar las aguas del Silala


Domingo 19 de Junio de 2016, 6:30am






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La Paz, 19 de junio (Urgentebo).- Este lunes 20 de julio se cumplen 108 años de la solicitud que la anglo - chilena “The Antofagasta (Chili) - Bolivia Railway Company Limited Co. Ltd.” hizo a Bolivia para usar las aguas del Silala, recursos hídricos que ahora son el centro de una controversia que obligó a dos países a acudir a la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

En 1908, el boliviano Benjamín Calderón, representante de esa empresa que administraba el ferrocarril de Antofagasta a Bolivia, envió una carta al entonces prefecto del departamento de Potosí, René Calvo Arana, para hacer la petición. El contenido de esa misiva fue recuperado por el investigador chileno Cástulo Martínez en su libro Las Aguas del Silala, texto en el que denuncia el uso ilegal de recursos naturales bolivianos por Chile.

“Según el poder adjunto ante los respetos de usted digo: Que en la provincia de Sud Lípez próxima a la frontera, existen unas vertientes que forman el río ‘Siloli’, que corren en territorio chileno. Dichas vertientes, no muy abundantes, brotan en un terreno completamente erial y de dominio, pues, ni en las inmediaciones a muchas leguas a la redonda, no existe propiedad alguna particular, ni menos campos de cultivo. La Empresa que me ha otorgado su poder, necesita de esas aguas, que son relativamente adecuadas para la alimentación de sus máquinas que hoy, como se sabe usan aguas impropias que destruyen sus calderos en poco tiempo, y que tienen que tiene  que conducir desde largas distancias en estanques, lo que dificulta el tráfico. Haciendo obras de captación y canalización, podría utilizarse las dichas vertientes, aunque con costo crecido y la ampliación de su línea, conforme al articulado doscientos diecisiete del decreto del 8 de septiembre de 1879, elevado a rango de ley en 28 de noviembre de 1906, las empresas ferrocarrileras pueden aprovechar las aguas públicas que le ferrocarrileras pueden aprovechar las aguas públicas que le sean necesarias y es facultad privativa de las Prefecturas la concesión de ellas. Por eso me dirijo a usted señor Prefecto”, se lee en parte de la carta.

Calderón también se comprometía, si es que se le otorgaba la concesión, a “dejar una tercera parte de las aguas colectadas, para cualquier servicio que en época remota pudiese ser necesario”.

La concesión

Tras recibir la solicitud escrita, la Prefectura de Potosí pidió a la Junta Municipal de la Provincia Sud Lípez un informe sobre la situación de las aguas del Silala.

Isaías Ramos, presidente de la junta, respondió el 9 de agosto de 1908 que las vertientes de las aguas del “Siloli” están en el “vice-cantón Quetena” y resalta que es un lugar desierto sin que haya propietarios ni que dicha adjudicación pueda perjudicar a ninguna tercera persona y es de dominio público.

Con ese antecedente, el prefecto René Calvo Arana decidió el 28 de octubre de 1908 acudir a la Notaria de Hacienda de Potosí, de la que era responsable Francisco Iñiguez, para dar en concesión las aguas de los manantiales del Silala.

Iñiguez redacta la escritura pública Nº48 en el que establece: “Que por ante mí , dicho Notario, y en bastante forma que haya lugar en derecho , a nombre de la Nación en virtud de la jurisdicción ordinaria que por ley ejerzo , reproduzco , confirmo y ratifico en todas sus partes el tenor de los obrados y documentos originales insertos en la presente escritura de concesión y adjudicación del uso de las aguas de las vertientes denominadas “Siloli” , situadas en la compresión del Vice- Cantón de Quetena de la provincia Sud Lípez de ese Departamento, hecha a favor de ‘The Antofagasta (Chili) - Bolivia Railway Company Limited Co. Ltd.’, representada por el procurador Teodocio Graz, en mérito de la referida sociedad peticionaria y en función de haber cumplido con las prescripciones de la ley , y en fuerza del presente documento público se halla revestida aún más con el carácter de verdadero y único concesionario y adjudicado del uso de las aguas del ‘Siloli’ , sin que persona alguna pueda demandarla por mejor derecho , debiendo, por consiguiente, servir el testimonio de escritura de suficiente título”.

Chile desvió el recurso hídrico para la minería en 1962, cuando los motores diesel reemplazaron a los de vapor. Esa decisión no contó con el aval de Bolivia y comenzó el diferendo porque la concesión fue revocada en 1977.

La controversia

Bolivia considera que el Silala es un manantial debido a que es una fuente natural de agua que brota de la tierra o entre las rocas. Las aguas son bofedales que se forman a partir de  manantiales ubicados exclusivamente en territorio boliviano.

Bolivia cuenta con estudios que demuestran que las aguas del Silala se tratan de aguas subterráneas que tienen origen del período glacial de hace miles de años.

Al no existir un flujo natural de las aguas hacía Chile, los chilenos optaron por desviar los recursos hídricos del Silala en el siglo XX mediante canalizaciones artificiales para drenar los recursos hídricos.

“En este zona de manantiales se halla enteramente en territorio boliviano, y el agua que brota de ellos es conducida hasta la frontera chilena por medio de canaletas construidas para ese propósito poco después de la firma de Contrato de Arrendamiento de esas aguas por una empresa anglo – chilena. Sin la construcción de este sistema hidráulico artificial , el agua de esos manantiales jamás habría llegado en forma natural a territorio chileno”, escribe Martínez en su libro.

En criterio de Chile, el Silala es un curso de agua internacional sucesivo, que nace en Bolivia (país aguas arriba) y cruza la frontera hacia Chile (país aguas abajo), a 4.310 metros de altura, con un caudal que oscila entre los 120 y 180 litros por segundo.

Otro argumento que tiene el país trasandino es que el escurrimiento de las aguas se mueve por gravedad desde Bolivia hacia Chile a través de una quebrada de 20 metros de ancho por 30 metros de alto, donde va sumando aportes laterales que conforman como un todo al “río” Silala.

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