Washington, 09 de noviembre (Urgentebo.com).- En Estados Unidos ha ocurrido algo parecido al Brexit. Pese a las encuestas favorables para Hillary Clinton, el republicano Donald Trump se ha convertido en el 45 presidente de EEUU. La carrera a la presidencia de Estados Unidos se le hizo favorable desde las tres de la madrugada, con victorias en estados clave, entre ellos Florida, Pensilvania y Ohio,.
En una pelea reñida, el multimillonario de 70 años, sin experiencia política y propietario de una cadena de hoteles y casinos, ganó además los estados de Carolina del Norte, Iowa y Ohio, que se desencantaron en favor del polémico candidato republicano, acusado de xenófobo y sexista, para suceder al demócrata Barack Obama.
Los mercados financieros, que tienen una clara preferencia por la política experimentada demócrata, cayeron en picada en las operaciones de Asia, con el peso mexicano alcanzando su nivel histórico más bajo.
Ante lo que consideran un sismo político y económico, la bolsa de Tokio se desplomó casi en un 5%, mientras que los indicadores estadounidenses registraban netas bajas de más de 4%.
Pero muchos justificaban su voto en favor de Trump y contra el "establishment". Los 'angry white man han votado. "Voté en favor de Trump, y contra el sistema. Trump dice muchas estupideces porque el no es un político, no está adiestrado. Pero lo más importante para el país es el comercio, las relaciones internaciones y la economía. Y la gente está quebrada y necesita un cambio", explicó Abteen Daziri, de 38 años y de origen iraní.
El miedo a una victoria de Trump, que ha dicho que los mexicanos son "violadores" y "narcotraficantes", y que si es elegido, construirá un muro en los 3.200 km de frontera con México y deportará a los 11 millones de indocumentados del país, movilizó a muchos hispanos, la primera minoría del país.
Sin embargo, el candidato presidencial republicano ganó Florida, donde viven mucho de los estadounidenses de origen latino, de acuerdo con proyecciones coincidentes de cadenas de TV, en un importante golpe a las aspiraciones de Hillary Clinton. La demócrata no ha conseguido despertar ni a las mujeres ni a los latinos, quienes tenían que votarla para lograr ser presidenta.
Después de 693 días de drama, insultos y escándalos, la campaña dejó a una población exhausta. Donald Trump lo ha conseguido. A partir del próximo 20 de enero, comenzará la Administración Trump. Lo que hace poco más de un año parecía una excentricidad hoy es una realidad. La campaña más negativa de la Historia ha sido aprovechada por Trump para convertirse en el presidente número 45 y romper todas las previsiones.
La presidencia de Trump abre también una etapa de fuertes incertidumbres a nivel nacional, internacional, económico y social. La profunda división interna que plasman estos resultados, junto con la falta de concreción de buena parte de la agenda de Trump despierta muchas dudas sobre el futuro de Estados Unidos.
De un lado euforia. Del otro lágrimas y caras largas. Como cada final de una elección en los Estados Unidos, donde los partidos demócrata y republicano polarizan las votaciones, las sensanciones vuelven a chocar. Alegría y tristeza. Sonrisas y llanto. En definitiva: los que ganan versus los que pierden.
Presidente de todos los estadounidenses
"Seré el presidente de todos los estadounidenses", anunció Trump en su discurso triunfal, rodeado de su esposa, Melania Trump y sus hijos.
Clinton, que pretendía convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos a los 69 años, ganó también los estados clave de Virginia, Nevada y tal como se preveía, California y Nueva York.
Pero no fue suficiente. El ganador necesitaba llegar al número mágico de 270 votos electorales, surgidos, en realidad, de 51 miniescrutinios en cada estado y la capital, Washington.
Dos candidatos muy antagónicos
Pocas veces en las últimas décadas se habían presentado dos candidatos tan antagónicos, con visiones tan distintas. El mensaje contra el "establishment" que representan Hillary Clinton y su marido, el expresidente Bill Clinton, funcionó.
Trump supo captar el malestar profundo con las instituciones y los políticos tradicionales.
"Voté en favor de Trump, y contra el sistema. Trump dice muchas estupideces porque el no es un político, no está adiestrado (...) Pero lo más importante para el país es el comercio, las relaciones internacionales y la economía. Y la gente está quebrada y necesita un cambio", explicó Abteen Daziri, de 38 años y de origen iraní.
Después de 693 días de drama, insultos y escándalos, la campaña dejó a una población profundamente dividida y exhausta. Un 82% de los estadounidenses se declararon hartos en un sondeo reciente.
Los dos candidatos son como el agua y el aceite: la abogada Clinton es una figura política hace 25 años, a quien la mitad de los estadounidenses detesta y duda de su honestidad. Esposa del expresidente Bill Clinton (1993-2001), fue primera dama, senadora y luego secretaria de Estado del presidente Barack Obama.
Trump supo interpretar además como nadie los temores de una clase media blanca frustrada en un mundo en mutación.
Antiinmigrante, impulsivo y corrosivo, denunciado por varias mujeres que dijeron haber sido toqueteadas por él, marcó para siempre un estilo de hacer campaña política. La dirigencia del partido Republicano le dio prácticamente la espalda.
La trayectoria de Hillary Clinton como candidata demócrata rumbo a la Casa Blanca estuvo ensombrecida por la investigación del FBI en su contra por los emails enviados desde su correo privado, en momentos que era secretaria de Estado.
Los hispanos se movilizaron pero ganó Florida
El miedo a una victoria de Trump, que ha dicho que los mexicanos son "violadores" y "narcotraficantes", y que si es elegido, construirá un muro en los 3.200 km de frontera con México y deportará a los 11 millones de indocumentados del país, movilizó a muchos hispanos, la primera minoría del país.
Sin embargo, el candidato presidencial republicano ganó Florida, donde viven muchos estadounidenses de origen latino, en un importante golpe a las aspiraciones de Hillary Clinton