Abril 23, 2025 -HC-

Javier Claure Covarrubias: "Escribir es para mí un intento de entender el misterio del universo"


Martes 15 de Abril de 2025, 6:00pm






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Entrevista de Maudy Ventosa y Javier Velasco Oliaga.- Nacido en Oruro, la capital folklórica de Bolivia, Javier Claure Covarrubias dedicó su vida a la literatura y la educación. Su formación académica incluye estudios en Informática en la Universidad Real de Tecnología de Estocolmo y en la de Uppsala, ambas en Suecia. Además, cursó Matemáticas en la Universidad de Estocolmo, donde también obtuvo una maestría en Pedagogía y una licenciatura en Sociología. Su trayectoria literaria incluye su participación en la redacción de las revistas Contraluz y Noche Literaria. Ha visto sus poemas publicados en diversas antologías y ha sido parte activa de festivales internacionales de poesía. Actualmente, ejerce como periodista cultural.

El poemario "¿De qué espejo está hecha la vida?" se despliega como un tapiz entrelazado con hilos de amor y compasión. Ventanas que se abren a un mundo donde lo íntimo y lo social se entrelazan son cada uno de sus poemas, revelando tanto la belleza como el dolor de la existencia humana. A través de un lenguaje coloquial, metáforas e imágenes, el autor nos invita a explorar los recovecos de la vida, donde coexisten fragilidad y fortaleza. El amor en esta obra aparece en su forma más pura, comparado con un candelabro de plata que brilla en la oscuridad. Este poemario es una invitación a mirar más allá del propio ser. Se trata de un viaje poético en el que el lenguaje actúa como un puente entre el corazón del poeta y el del lector, creando así una red de complicidad y emoción. En la entrevista, no devela algunos de los secretos de su poética.

El título de su poemario “¿De qué espejo está hecha la vida?” es una pregunta. ¿Nos la puede responder? ¿Todas las vidas son reflejo de algo o de alguien?

El espejo es un objeto cotidiano aparentemente simple que hay en todas las casas del mundo. Y esa superfice pulcra y bien pulida, quizá puede reflejar otros aspectos que no sean los rasgos físicos de una persona. Cada ser humano lleva una mochila cargada con todo lo aprendido durante un periodo de la vida. Son, digamos, las herramientas necesarias para interactuar con otros individuos en la sociedad. En otras palabras, cada persona tiene su «propio espejo». Y metafóricamente hablando un espejo puede devolver luz, pero también oscuridad dependiendo de nuestros actos. El título de mi poemario hace alusión a esa dualidad de la vida. También se refiere a todo aquello sobre lo que no podemos influir ni tener control.

¿Son los hijos un reflejo de sus padres?

En cierta medida sí. Los hijos tienden a imitar y adoptar las actitudes, comportamientos, valores y creencias de sus padres. Pero también tienen su propia personalidad y, aunque los padres influyen mucho, no son los únicos factores que los definen.

¿Cuál es su motivación para escribir poesía?

Escribo porque mi corazón late y porque soy testigo de este mundo que nos ha tocado vivir. El mundo está lleno de contradicciones. Hay belleza y momentos de mucha alegría. La capacidad del ser humano para crear, amar y soñar es formidable. No obstante, existe también sufrimiento, odio, injusticias sociales, etc. Y la poesía es una herramienta que me permite explorar en todo esto sin miedo a las sombras, pero también sin perder de vista la luz que, aunque tenue, siempre está ahí. Escribir para mi es sinónimo de libertad. Es un intento de entender el misterio del universo, la fragilidad del ser humano y de establecer una relación entre lo tangible y lo intangible.

¿Se ajusta a métricas poéticas o prefiere la libertad del verso libre?

Prefiero escribir en verso libre. Sin embargo, varios de mis poemas gozan de métrica. Pero en general, mi poesía no se caracteriza por tener una métrica bien marcada.

El prólogo-pórtico del libro está escrito por Gaby Vallejo Canedo, fallecida en 2023. ¿Qué recuerdo tiene de ella?

Tengo bellos recuerdos de Gaby Vallejo. La conocí cuando viajé a Bolivia el 2004. Ese año presenté mi poemario, Preámbulos y Ausencias, en diferentes ciudades. Y en la ciudad de Cochabamba fue justamente ella, la maestra de ceremonias. Solíamos juntarnos para tomar un café junto a Adolfo Cáceres, otro gran escritor también ya fallecido. Tanto Adolfo como Gaby siempre me daban consejos, y hacían juicios halagadores sobre mi poesía. Cuatro años más tarde, viajé a Bolivia nuevamente y me encontré con Gaby varias veces. La visité en la Biblioteca Infantil Thuruchapitas, donde trabajaba con proyectos culturales para niños y jóvenes. Luego nuestro contacto fue por correo electrónico y por medio de WhatsApp. La última vez que hablé con ella por teléfono fue a mediados de diciembre de 2023. La llamé para desearle feliz Navidad y un próspero Año Nuevo. Y en enero de 2024 me llegó la triste noticia de su muerte.

Su poemario tiene mucho de metáfora del emigrante. ¿Alguna vez una persona que se va de su tierra deja de considerarse emigrante?

Depende. Si una persona llega al país acogedor a muy temprana edad, quizá pueda dejar de ser un emigrante. Para los griegos el destierro era el peor de los castigos, incluso por encima de la pena de muerte porque se podía alargar por toda una vida. Uno vive en un país del que no forma parte, y esto hace que la persona, tal vez, se aferre a su identidad. El emigrante está expuesto al racismo, a la falta de contactos y a la soledad. En resumidas cuentas, creo que una persona que abandona su país a una edad adulta, difícilmente podrá dejar de considerarse un emigrante.

¿Se vive pensando en el regreso o se intenta acomodar a una vida prestada?

Algunos emigrantes quizá viven con un pie en el país extranjero y con el otro en su país de origen. Pero creo que la mayoría se acomoda a una vida prestada como dices. Por ejemplo, he conocido a muchas personas que han llegado a Suecia y que se consideraban la «Revolución andando». Hablaban de Marx, de Lenin, de Trotski, etc. Y con el tiempo han caído en la sociedad de consumo capitalista, olvidándose totalmente de sus principios revolucionarios. Creo que el mejor invento del capitalismo es el exilio.

¿Todos somos emigrantes en nuestro propio país?

No tendría por qué ser así. Pero si un grupo de personas están sometidas a grandes injusticias sociales, probablemente podrían sentirse emigrantes en su propio país. Es precisamente este sentimiento que arropaba al pueblo boliviano antes de la Guerra del Chaco.

En uno de sus versos dice que: la suerte nunca estuvo de mi favor. ¿Por qué lo escribe?

Este verso pertenece al poema «Doña Efigo Omamoke». Gaby Vallejo, cuando se refiere a este poema en el prólogo, dice: «es un poema logrado con expresiones fuertes, novedosas, crudas y hermosas. Un poema intenso, bello y triste como la vida». Este poema está inspirado en una mujer con la que me topé en una de las calles de Dakar, la capital de Senegal. Conversé con ella. El poema describe la exploración de la existencia humana a través de la figura de una anciana en donde sobresale lo esencial de la condición humana: el amor, la maternidad, la pérdida, la lucha, la fe, la resignación, el deterioro físico y finalmente la muerte. Es un recordatorio de que la vida es un flujo constante de alegrías y de tristezas. En síntesis, el poema refleja la experiencia universal del ser humano.

Muchos de sus versos son antimilitaristas, así como anticlericales. ¿Tanto unos como otros, están desfasados y desactualizados?

Tienes toda la razón del mundo, algunos de mis versos son antimilitaristas y anticlericales. Si volcamos la mirada hacia atrás, los militares de muchos países, bajo la batuta de Estados Unidos, estuvieron involucrados en política y en golpes de Estado. En mi opinión, los militares no están desfasados al cien por ciento. Están en la retaguardia esperando la oportunidad para ejercer la fuerza. En noviembre de 2019 se llevó a cabo, en Bolivia, un golpe cívico-militar perpetrado por la señora Jeanine Áñez (actualmente en la cárcel) y su Gobierno. Este golpe fue planificado por algunos expresidentes, la iglesia católica y civiles. El poema que se titula «He visto patear a mujeres de pollera» está inspirado en los atropellos que se cometieron, contra las mujeres quechuas y aymaras, durante la dictadura de Áñez. Como verás, los militares y los miembros de la iglesia, en algunos casos, obstaculizan el proceso democrático de un país.

También dedica alguno de sus versos a la guerra del Chaco. ¿Qué opinión tiene de esa guerra de la que ya ha pasado casi un siglo?

En primer lugar, mi abuelo materno, Miguel Covarrubias Flores del Campo, era sobreviviente de la Guerra del Chaco. Y, cada primero de mayo, solía desfilar bien elegante y con sus medallas colgadas en la parte izquierda del pecho. En mi adolescencia fue él quien me contaba acerca de las hazañas heroicas de los soldados bolivianos. Antes de la Guerra del Chaco, Bolivia era gobernada por una oligarquía criolla que se basaba en un sistema feudal. El pongueaje era el pan de cada día. Estaban también los llamados «barones del estaño». Este sector de la sociedad se consideraba heredero de las riquezas de Bolivia tras su independencia el 6 de agosto de 1825. Es decir, era un país totalmente fragmentado, donde los indígenas, campesinos y las masas populares estaban marginados del poder político y económico. En otras palabras, no había conexión entre los gobernantes y el pueblo. Cuando estalló la Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay, el Gobierno de aquel entonces, Daniel Salamanca, empezó a reclutar gente del campo. Y en las trincheras, por primera vez en la historia de Bolivia, buscaban protección campesinos, indígenas, pongos, mestizos, obreros, artesanos y gente de clase media. La mayoría de ese conjunto de personas eran los escupidos por la historia, los agachados que obedecían a los señores feudales y los que comían de cuclillas frente a una pared. Fue justamente en el campo de batalla que se enfrentaron las dos Bolivias. La de los poderosos dueños de todo el país; y la de los despojados de todos sus derechos. Pero el sufrimiento compartido eliminó, temporalmente, las diferencias de clases sociales. Y, en consecuencia, se dio una cohesión social impuesta por la guerra. Este hecho fue el germen para construir la identidad y el nacionalismo boliviano. Bolivia perdió la guerra y cedió al Paraguay gran parte del Chaco. Paradójicamente esta guerra unificó a una nación fragmentada, y sentó las bases para las transformaciones políticas y sociales que marcarían el siglo XX boliviano. Intelectuales, escritores, poetas y el pueblo empezaron a construir una nueva Bolivia. Escritores de gran talla como Carlos Medinaceli, Augusto Céspedes, Alcides Arguedas, Carlos Montenegro criticaron duramente los manejos de la guerra durante el Gobierno de Salamanca, pero también aportaron reflexiones significativas e importantes teorías para la construcción de un nacionalismo en el país.

Algunos de sus poemas tienen un regusto oriental. ¿Se considera influenciado por la cultura de Oriente?

Has leído mi poemario y creo que haces alusión a Medio Oriente. Si con la palabra «influenciado» te refieres a la causa Palestina, te respondo que sí. Nadie puede negar el sufrimiento del pueblo palestino. Un pueblo generoso, inocente y heroico que ha sido sometido al despojo, al flagelo y a la muerte. El poema «Palestina» está inspirado en el dolor y la violencia que ha caído, en grado superlativo, sobre el pueblo palestino.

Uno de sus poemas se titula “He perdido perdón”. ¿Debe el poeta pedir perdón?

El poeta, como cualquier otra persona, es un ser imperfecto. Y la miseria humana siempre está presente. Si el poeta comete un error o un acto deshonesto, entonces debe pedir perdón. El perdón es un acto profundamente humano.

¿O es el mundo el que tiene que pedir perdón a los poetas?

El mundo como la naturaleza y la tierra son fuentes infinitas de belleza y generosidad. Nos dan vida sin pedir nada a cambio. Son las élites corruptas, ladronas y mitómanas que deben pedir perdón no solo a los poetas, sino a los ciudadanos de a pie del mundo.

En un mundo cada vez más materialista, ¿cuál es el papel de la poesía?

En un mundo materialista, donde el valor de las cosas a menudo se mide en términos económicos y utilitarios, la poesía cumple un papel fundamental como resistencia, como algo contestatario y revelación espiritual. La poesía es una señal de que la existencia humana no se reduce a lo mercantil, al consumo ni a la acumulación de bienes materiales. La poesía está hecha de ideas, de sentimientos y trascendencia. Y el precio de un poema bien escrito es incalculable.

¿Defienden las editoriales la poesía?

No. Las editoriales defienden sus intereses económicos.

Maudy Ventosa (Ávila): es Diplomada en Profesorado de Educación General Básica y Licenciada en Psicología del Trabajo y Pedagógica por la Universidad Complutense de Madrid. Lectora voraz, toda su carrera profesional ha estado relacionada con las personas y los libros. Curiosa y buena observadora, en su bolso no faltan nunca una libreta y un bolígrafo para apuntar todo lo que le llama la atención. En la actualidad, colabora como articulista en "Todoliteratura", como Azucena de Valle, y en www.laslecturasdeguillermo.

Javier Velasco Oliaga (Madrid): es licenciado en Ciencias de la Información y Máster en Comunicación Empresarial. Es periodista desde hace 40 años en prensa y radio. Dirigió el periódico "Aquí y Ahora". Colaborador del programa «Sexto Continente» (RNE). Ha publicado artículos sobre la Guerra Civil Española y la II Guerra Mundial en la revista "Muy Historia", crónicas de viajes y críticas literarias. Da conferencias en congresos y ha sido jurado del premio Ojo Crítico de RNE. Sus relatos han aparecido en varias antologías, como "Amor fou", "Imposible no comerse" o "Rulfo, cien años después". En 2023 publicó junto al periodista David Yagüe "Entrevistas con historia", en la que entrevistaba a reconocidos escritores de novela histórica.

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