Quito, 11 de enero (Xinhua).- Los actos de violencia protagonizados por bandas criminales no paran en Ecuador en medio del "conflicto armado interno" declarado por el Gobierno, que movilizó a las calles a los militares para neutralizar a 22 grupos identificados como "terroristas". Durante la noche del miércoles y la madrugada de este jueves, la Policía confirmó dos ataques con explosivos, uno en una unidad policial en el barrio El Conde, en el sur de la capital ecuatoriana, Quito, que causó destrozos sin dejar víctimas.
Otra explosión ocurrió en un club nocturno de la ciudad de El Coca, en la provincia de Orellana (nororiente), que dejó un fallecido, cinco heridos por quemaduras y daños materiales.
"Unidades policiales inmediatamente se movilizaron para recabar indicios y localizar a los presuntos implicados", difundió hoy la Policía en su cuenta en la red social X.
La Policía publicó un vídeo donde bomberos apagaban el incendio que generó la explosión dentro del establecimiento.
La corporación policiaca reportó, además, una serie de operaciones de control en varias localidades del país en el marco del estado de excepción, con toque de queda, vigente desde el pasado lunes ante la escalada de la violencia.
En una carretera de la localidad de El Carmen, en la provincia occidental de Manabí, detuvo a dos hombres que transportaban armamento, cartuchos y otros artículos.
"Presumiblemente pretendían atacar a la ciudadanía y personal policial de El Carmen", dijo la Policía.
Las bandas criminales han desencadenado desde el pasado lunes una serie de hechos violentos como atentados con explosivos, ataques armados, incineración de vehículos, secuestro de policías, motines en las cárceles ante la dura política de seguridad que impulsa el Gobierno.
El presidente Daniel Noboa, que ha decidido enfrentar a las mafias del narcotráfico para devolver la paz al país, afirmó el miércoles que el país está en "estado de guerra" y advirtió que no cederá ante los grupos terroristas.
Bajo su directriz, las Fuerzas Armadas han militarizado puntos estratégicos del país y zonas calientes donde operan las bandas, algunas de las cuales tienen vínculos con carteles de México y Colombia.
La institución detuvo a 329 personas vinculadas a grupos "terroristas" y abatió a otras cinco en operaciones militares, según un informe divulgado el miércoles.
Asimismo, en conjunto con la Policía, desmanteló una guarida de la organización narcodelictiva "Los Tiguerones", en la provincia de Esmeraldas (norte), una de las más violentas del país.
Los militares, que están facultados a usar armas letales para enfrentar a las bandas terroristas, también controlan los exteriores de las prisiones luego de que el lunes hubo violentos amotinamientos con guías y funcionarios penitenciarios retenidos.
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