La Paz, 07 de octubre (Urgentebo).- Para analista indígena, Pedro Portugal, el nombramiento a una persona como compadre o padrino es una forma de aceptar la dominación y la alineación. En el mundo indígena las personas que tienen una posición fuerte son privilegiadas como padrinos.

“Es una alianza con el citadino, mestizo, criollo y aceptan implícitamente una subordinación hacia lo que representa el padrino, que tiene poder y ese poder hay que aceptarlo”, dijo Portugal.

Con esta explicación se entiende el rechazo e indignación de Felipe Quispe “El Mallku”, hacia su hija, Dominga Quispe, quien nombró al exprefecto de Pando, Leopoldo Fernández como padrino de su matrimonio con Juan Choque. 

Sobre el padrinazgo, Portugal explica que es una cadena de subordinación de lo indígena hacia lo mestizo y criollo desde la época de la colonia. La hija del  exlíder de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia, (Csutcb), con el nombramiento, continuó con esta cadena y considera que es Felipe Quispe quien rompe la costumbre.

Antiguamente la alianza del compadrerío se daba entre personas de las mismas comunidades o las distantes, la costumbre se va trasformando después del colonización, La alianza del padrinazgo pierde la esencia vertical y tales nexos sociales son vistos como beneficios para el mundo indígena.

Antes de  la colonización los indígenas tenían la costumbre de nombrar padrinos a las personas más pudientes de la misma comunidad o de alrededores, la costumbre cambia después de la  colonización y se privilegia el nombramiento de padrinos mestizos o criollos como una forma de alineación.  

El nombramiento del padrino en la cultura aimara, es un símbolo a seguir los pasos de la persona seleccionada como padrino. Es un como un lazo institucional de índole social. 

Sin embargo, no se puede negar que en algunos sectores la actitud conservadora de seguir con los preceptos internos de la familia en la cultura indígena aun está vigente, la vulneración de ellas es castigada con la negación del hijo o la hija, quitándoles el apellido, “aunque no son muy acordes a la época vigente”, dijo el analista.    

“Por mucho que tengamos una posición política, hay un marco de libertad de una persona, uno no está obligado aceptar eso”, dijo Portugal.

///