Abril 07, 2025 -HC-

¿Quién está detrás de la guerra de tarifas de Trump? Parece que la IA y el ChatGpt


Lunes 7 de Abril de 2025, 11:45am






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Afirmaba el poeta Wystan Auden (Reino Unido), que el bien puede perfectamente imaginar el mal; pero el mal nunca puede imaginar el bien. Y no lo puede hacer porque se atraganta de ira y venganza. Es obcecado y profundamente intolerante. Su visión es rígida y propina manotazos sin ton ni son. No discrimina. No razona. No piensa. Sólo arremete.

Son tiempos, por lo tanto, de estupidez-maligna que ratifica – lamentablemente – el primer principio de la humanidad: La maldad asociada a la estupidez donde todos pierden, incluido, obviamente, quien provoca la tremenda pérdida. La lista es enorme de estos estúpidos malignos: Chávez, Maduro, Ortega, los Kirchner, Morales, Erdogan y ahora, quizá los principales a nivel mundial, Putin y Trump.

Hannah Arendt, quizás una de las más destacadas filósofas de la teoría de la política del siglo XX, sostiene - en su libro “Los orígenes del totalitarismo” (Taurus) – que el uso del miedo desde el poder, es una herramienta eficiente para desarticular cualquier posible vida política en una nación, con el expreso fin de centralizar el poder en una sola persona. De esta manera, el totalitario logra debilitar el espacio público de discusión política y arruina la capacidad de cualquier acción social posible, en contra de los abusos cometidos desde el Estado.

La llamada “Marcha de los tontos” (Barbara Tuchman), es otra provocadora visión para entender esta sociedad malhadada que liga la estupidez con la maldad y que, a lo largo de la historia, ha provocado un sinnúmero de actos increíblemente imbéciles.  

En estos momentos, el laboratorio de análisis de gestión política bajo este esquema de maldad-estupidez, es, sin lugar a duda, Estados Unidos. Desde la academia nos gustaría imaginar – un poco, claro está - que Trump admita que se equivocó, cancele todo y comience de nuevo. Pero no lo hará, porque eso estropearía la exhibición de su “dominio maligno” y de su irresponsabilidad ignorante.

Y acá es donde el melón se abre y muchos se quedan pasmados con el hallazgo.  ¿Quiénes son los especialistas en geopolítica y economía detrás de todo este zafarrancho arancelario de la administración del hombre naranja? Bueno, no son pocos los que, al final de tantas consultas e indagaciones, llegaron a la misma conclusión: el diseño de este caos tarifario y de ataques geopolíticos a los aliados tradicionales de Estados Unidos estaría basado en las recomendaciones de la IA, el ChatGPT y GROK. Las herramientas (y negocios) de Elon Musk.

Pero entonces, ¿es correcto diseñar un plan de gobierno basado en estas tecnologías? ¿Deben ser, o serán, la IA y el ChatGPT los nuevos consejeros presidenciales? ¿Cuáles son los riesgos del uso de estas tecnologías, en la protección de equilibrios y el orden mundial? ¿Es confiable y, además, prudente, adoptar decisiones tan severas sólo porque una plataforma te lo recomienda?

Tengo muchas más preguntas que certezas. ¡Muchísimas!

¿Quién hace política, o, mejor dicho, quien deja de hacer política de esta manera? Habría que preguntarse entonces si el punto clave es si Trump está realmente tratando de lograr objetivos económicos o sólo responde a consultas digitales alentadas por su desmesurado y caótico socio Musk. De ser así, estamos muchísimo más cerca el caos mundial.

¡Cuidado! Algunos hablan de un nuevo ciclo histórico como lo fue el fin de la Segunda Guerra Mundial. No es correcto. Hemos entrado a un escenario de entropía global. Y todavía no sabemos hasta dónde llegaremos con todo este caos mundial. Sólo después se verá si entramos o no a un nuevo orden mundial. Mientras tanto, el mundo se arrojado de cabeza al desorden mundial

Por eso es tan importante preguntarse acerca del destino de la economía mundial y de todo lo que está en juego. Por el momento podría señalarse – reitero - que la estupidez-maligna del actual proceso político basada en inteligencia artificial es una inminencia mayúscula. ¿Cómo puede alguien, ya sea empresario o que lidere gobiernos, confiar en alguien que adopta decisiones basadas en el ChatGPT? ¿Acaso todo esto debería ser visto como una exhibición de dominio hibrido, con la intención de conmocionar y atemorizar a la gente real y humillarla (Zelensky), en lugar de construir una geopolítica sustentada en el sentido común?

Cabría recordar que el gabinete de defensa de Estados Unidos, junto a su VP Vance, tomaron decisiones de ataques bélicos en contra de los Hutíes de Yemen, a través de una plataforma social. Y las aprobaciones de hora y lugar de bombardeos, fueron autorizadas con emojis. Ese es el nivel de estupidez-maligna.

Volvamos a Arendt que escribió, allá por 1947, en su poema “La era de la ansiedad” que versa sobre esos tiempos furiosos al final de la segunda gran guerra, que llegaron cargados de rápidos e inesperados cambios políticos, económicos y tecnológicos y que ocasionaron confusión, incertidumbre y desasosiego mundial.

¿Habremos entrado en ese pozo negro que nos impide imaginar el mal y dónde las inteligencias artificiales ya empezaron a hacer de las suyas?

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