Abril 07, 2025 -HC-

De la tierra a la nube: Charaña, como ciudad digital del sur global


Lunes 7 de Abril de 2025, 11:30am






-

Enclavada en el altiplano boliviano, Charaña es una localidad fronteriza con Chile que, a pesar de su aparente aislamiento geográfico, posee condiciones naturales, geopolíticas y climáticas que podrían convertirla en un nodo estratégico para el desarrollo digital soberano de Bolivia y del sur global. Actualmente, Charaña no cuenta con un modelo de ciudad digital consolidado. Sin embargo, su potencial la convierte en un territorio ideal para proyectar, planificar e implementar una experiencia piloto de ciudad inteligente con enfoque en justicia digital, soberanía tecnológica y sostenibilidad.

Charaña se encuentra a una altitud de aproximadamente 4.054 metros sobre el nivel del mar. Su clima se caracteriza por temperaturas frescas durante todo el año, con máximas promedio que oscilan entre 8.8 °C  en julio y 13.1 °C en noviembre (weather Atlas, 2024). Estas condiciones son ideales para la instalación de centros de datos, ya que reducen la necesidad de sistemas de enfriamiento artificial, optimizando el uso energético y reduciendo los costos operativos.

La accesibilidad vial a Charaña ha representado históricamente un desafío logístico debido a la predominancia de caminos no asfaltados y a su limitada conexión con los principales corredores de infraestructura nacional. Esta condición ha influido en su relativo aislamiento y en una baja integración a los flujos económicos del altiplano boliviano. Sin embargo, su ubicación fronteriza con Chile y su posición geoestratégica en el eje occidental del país la convierten en un nodo con alto potencial para proyectos de infraestructura digital resiliente (CEPAL,2022). En un contexto global donde la soberanía tecnológica y la descentralización del almacenamiento de datos son prioritarios, el desarrollo de capacidades digitales en regiones periféricas se vuelve una herramienta clave para la inclusión territorial y el fortalecimiento institucional

En abril de 2023, se inauguró una radio base en la comunidad de Quenua Colla municipio de Charaña, proporcionando acceso a telefonía móvil e internet (ABI,2023). Este avance constituye un paso estratégico hacia la integración de Charaña en la economía digital, al reducir una brecha de conectividad que históricamente ha limitado su inclusión en proceso de innovación tecnológica permitirá la llegada de servicios digitales no solo mejora la comunicación cotidiana, sino que abre la posibilidad de implementar proyectos tecnológicos de alto impacto, como plataformas de justicia digital, almacenamiento descentralizado de datos judiciales, e incluso el diseño de filtros virtuales previos al ingreso de causas a los diferentes tribunales de Justicia.

Con una infraestructura de datos fortalecida, Charaña podría evolucionar hacia un modelo pionero de ciudad digital del sur global, articulando participación ciudadana, automatización judicial mediante inteligencia artificial, y la soberanía tecnológica. Estos elementos son fundamentales para consolidar un sistema de justicia resiliente, inclusivo y eficiente, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente el ODS16, que promueve instituciones eficaces, responsables y transparentes (Naciones Unidas, 2015). Países como Estonia, con un sistema de gobernanza digital integral, o Uruguay, reconocido por su política de digitalización de servicios públicos, demuestran que es posible democratizar el acceso a la justicia mediante soluciones tecnológicas bien estructuradas (e-Estonia, 2023)

El concepto de ciudad digital trasciende la simple implementación de tecnología; implica el desarrollo de un ecosistema integral, donde la infraestructura digital se combina con el empoderamiento ciudadano, el respeto a los derechos humanos, la inclusión social y la sostenibilidad. Las experiencias internacionales confirman que el éxito de estas iniciativas depende de una colaboración estratégica entre gobiernos, sector público y privado, que permita adaptar las herramientas digítales a las realidades locales, articulando soluciones tecnológicas con enfoque en la equidad y la participación informada (UN-Habitat,2020)

Además de clima favorable y la altitud estratégica de Charaña, es fundamental considerar el componente hídrico en la planificación de centros de datos. Aunque esta región del altiplano boliviano no cuenta con abundancia de recursos hídricos superficiales, posee acceso limitado a fuentes subterráneas y manantiales locales que abastecen a las comunidades. En este contexto, el diseño de una infraestructura digital resiliente debe priorizar tecnologías de enfriamiento pasivo o con aire seco, aprovechando las bajas temperaturas para minimizar el consumo de agua. En caso de requerirse sistemas de refrigeración más complejos, se deberá garantizar un enfoque de sostenibilidad hídrica, alineado con estándares internacionales de gestión responsable de agua y con el respeto pleno al derecho de acceso al agua de las poblaciones locales. Así como Google y Microsoft han implementado compromisos de neutralidad hídrica en sus operaciones (Microsoft, 2020; Google, 2021), Bolivia puede proyectar un modelo pionero de infraestructura digital sostenible desde la altura de Charaña, demostrando que la soberanía tecnológica también implica justicia ambiental, y responsabilidad climática (IEA,2022)

La instalación de un centro de datos judiciales en Charaña no solo fortalecería la soberanía digital del Estado boliviano, sino que posicionaría a esta localidad como un prototipo de ciudad digital del sur global, diseñada para responder a los desafíos contemporáneos de acceso a la justicia, eficiencia institucional y seguridad de la información. Gracias a su altitud elevada, clima frio constante, y baja densidad poblacional, Charaña cumple con condiciones técnicas óptimas para alojar infraestructura de almacenamiento de datos, reduciendo costos de enfriamiento y optimizando la seguridad física del entorno (IEA,2022)

Además, el Órgano judicial de Bolivia podría dar un paso histórico hacia la modernización integral del sistema de justicia, consolidando allí un nodo digital soberano donde se almacenen los expedientes judiciales, se habiliten servicios de justicia virtual, y se implementen gradualmente sistemas de inteligencia artificial jurídica para el análisis predictivo de casos, sin desplazar al juez humano. Ejemplos como el proyecto de ciudades inteligentes en Dubai, demuestran que es posible combinar eficiencia tecnológica con garantías legales y participación ciudadana (UNDP,2021). Bolivia, a través de una visión descentralizada, podría liderar este cambio desde Charaña, impulsando una infraestructura resiliente, especialmente útil en contextos de riesgo geopolítico, cortes de conectividad global o desastres naturales.

Charaña no es solo un punto geográfico en el altiplano; es una oportunidad histórica. Su combinación única de condiciones climáticas, resiliencia territorial y avances emergentes en conectividad la convierten en el lugar ideal para sembrar el futuro digital de Bolivia. Apostar por un modelo de ciudad inteligente en esta frontera andina no solo respondería a los retos de soberanía tecnológica y justicia digital, sino que permitirá a Bolivia liderar desde el sur global una nueva narrativa; la de los territorios que, en vez de ser periferia olvidada, se convierten en epicentros de conocimiento, innovación y transformación estructural, Construir desde Charaña una justicia digital resiliente no es un sueño futurista, es una estrategia posible y necesaria, para que Bolivia asuma un rol protagónico en la arquitectura digital del siglo XXI. Es tiempo de sentar las bases técnicas, jurídicas y presupuestaria para construir desde Charaña, una ciudad digital para la justicia del siglo XXI.

///

.