La Paz, 15 de octubre (Urgentebo).- Las maderas no exóticas como el arce, ciprés, nogal y cerezo tienen un gran potencial para la construcción de guitarras de concierto, aseveró el luthier español Carlos Juan Busquiel, quien además tiene la intención de introducir al mercado un lote de instrumentos elaborados con dichas tablas, las cuales al momento no son muy requeridas ni conocidas.

Entrevistado por el portal Urgentebo, el guitarrero afirmó que la formación, pasión y creatividad son muy importantes para la elaboración del instrumento. Además, el luthier debe ser paciente y no debe concebir la profesión sólo con el fin de buscar trabajo; sino que debe ofrecer al músico un producto bien elaborado y de calidad.

A su vez,  manifestó que la única forma de avanzar en cualquier campo profesional es compartir conocimientos, por lo cual da cursos online y realiza videos para su canal de YouTube, en los cuales da consejos a las personas que se dedican a la construcción de guitarras.

Busquiel vive en Alicante, es de profesión maestro de música e inglés. Su pasión por la luthiería despertó cuando construyó un violín de manera autodidacta para uso personal. Desde ahí decidió dedicarse a este arte, para lo cual pasó cursos con el Rafael López Porras y luego continuó sus estudios con José Luis Ramonillos, con el cual pudo desarrollar el concepto de guitarra clásica o española.

Su dedicación y esmero que le pone en sus trabajos lo llevó a elaborar guitarras para músicos como Cecilio Perera, Alberto Plaza, Roberto Battino, entre otros y asimismo a venderlas a varias regiones de España y exportarlas a Asia, Estados Unidos y Europa.

Usted estudiaba música, ¿qué lo llevó dedicarse a la luthería?

Sí, yo estudié en el conservatorio en la especialidad de violín, también estudié para ser maestro de música en la escuela primaria, trabajo al que me dediqué durante nueve años. Como violinista, me apasionaba el propio instrumento, me encantaba probar diferentes violines e incluso disfrutaba ajustando puentes y clavijas.

Este interés me llevó a construir de forma totalmente autodidacta dos violines, uno eléctrico y otro acústico. Como disfruté tanto trabajando con la madera decidí realizar una formación más profunda en el tema y encontré los cursos que ofrecía Rafael López Porras, aunque él enseñaba cómo hacer una guitarra y no un violín, a mí me pareció perfecto y fui hasta Cádiz para aprender con Rafael en su taller.

Recuerdo muy bien la mañana en la que entré por primera vez allí; el olor a madera, las tapas armónicas colgando en cuerdas dispuestas a modo de tendedero, las herramientas preparadas en su panel... y cómo no la figura tan entrañable de Rafael. En ese momento quedé absorbido por completo por el oficio de guitarrero y puse todo mi esfuerzo e ilusión para convertirme en lo que soy ahora. 

¿Fue una ventaja tener conocimientos musicales para elaborar guitarras de concierto?

Sí, totalmente, es muy importante saber apreciar y juzgar el sonido del instrumento. Cuando, por ejemplo, vas a un concierto ahí tomas decisiones y sabes identificar lo que suena bien o mal y qué quieres para tus propios instrumentos.

Este proceso de escuchar y tomar decisiones, que luego aplicarás a tus guitarras y que deberás valorar cuando éstas estén terminadas, es fundamental y sólo se puede conseguir cuando tienes un criterio musical y tímbrico maduro. 

¿Fue difícil el proceso de apredizaje de elaboración de guitarras y cuánto tiempo le llevó construir su primer instrumento de alta calidad?

En realidad más que difícil fue trabajoso, aunque tardé mucho tiempo en tener un instrumento con el que estaba conforme, el proceso para mí fue apasionante e incluso divertido. El curso que hice me sirvió como primera toma de contacto, a partir de aquí comenzó una época de aprendizaje e investigación que todavía dura.

En este sentido me considero autodidacta, aunque reconozco que los cursos que realicé con Rafael (2008) y José Luis Romanillos (2010) fueron un detonante y un buen empujón respectivamente. 

¿Con qué maderas le gusta trabajar y cuáles recomienda a sus clientes?

Me encanta el pino abeto para la tapa armónica, es una madera que madura acústicamente junto al guitarrista y que puede llegar a sacar lo mejor de él. También es cierto que es más impredecible, pues cada pieza tiene su propia personalidad, de ahí la importancia de saber elegir cada tabla.

Aunque en menor medida, también trabajo las tapas de cedro rojo, que dan un resultado excelente siempre; es como trabajar sobre seguro.

En cuanto a fondo y aros, a mí me gustan las maderas claras como el arce o el ciprés, si bien es cierto que la demanda actual es de guitarras de palosanto, así que es lo que más uso, especialmente de India.

Espero poder ir introduciendo más guitarras de maderas no exóticas, pues tienen mucho potencial aunque muchas ellas son desconocidas en el mundillo. Estoy preparando una serie de guitarras que no requerirán certificado CITES usando ciprés, arce, nogal y cerezo. 

¿Cuál es el barniz que usa para sus instrumentos y el tipo de barnizado que realiza?

Utilizo la goma laca aplicada a muñequilla, también conocido como french polish, es un acabado natural y excelente para el sonido. Aunque es muy frágil y se deteriora con el uso, tiene la ventaja de que se repara con relativa facilidad.

¿Qué lo llevó a iniciar la Escuela de Guitarreros y dar consejos por su canal de YouTube?

Estoy seguro de que compartir conocimientos es la única forma de que se avance en cualquier campo. Es el principio básico de la ciencia, si no se publica no se avanza. A mí me gusta aprender y para ello necesito tener disponible el conocimiento de otros, por ello creo que debo hacer lo mismo. Estamos en una era maravillosa en la que la comunicación global forma parte de nuestra vida, vamos a aprovecharlo. 

¿Quiénes eran y son los constructores de guitarras a los cuales quiere alcanzar y admira?

Sigo aprendiendo y sigo admirando a muchos constructores, por supuesto, Antonio de Torres, por lo que significa para la guitarra y porque es una fuente inagotable de descubrimientos, José Luis Romanillos, a quien tengo la suerte de conocer desde que realicé el curso en Sigüenza. Me encanta la pasión que sigue teniendo hacia el oficio, y su respeto y admiración a la madera, esto lo transmite en su personalidad y su esfuerzo por educar y divulgar este oficio.

Me gusta mucho el trabajo de otros guitarreros históricos como Enrique García, Francisco Simplicio y Santos Hernández. De los actuales, me ha inspirado mucho Andrea Tacchi, quien tuvo la amabilidad de darme muy buenos consejos en mis primeros años de aprendizaje. 

¿Cuánto tiempo le demora elaborar una guitarra de calidad?

El proceso de construcción de una guitarra suele alargarse durante dos meses.

Actualmente ¿cómo está el mercado para los luthier, con respecto a las ventas? ¿Dónde vende más, en España o en el extranjero?

Es algo que dependerá bastante de cada luthier, no es un mercado fácil, ninguno lo es, no puedes esperar comenzar a construir y vender inmediatamente, hay que madurar bien el concepto de instrumento que quieres hacer como te comentaba antes, apostar por ello, y destacar de alguna manera.

En el mercado te introduces poco a poco, si lo haces bien los resultados deberán llegar. También es cuestión de tiempo, pues cada guitarra es una semilla que en el futuro puede dar lugar a otras ventas. Claro, la semilla debe ser buena y nosotros pacientes.

¿Qué les diría a las personas que quieren dedicarse a la luthería?

Que se formen adecuadamente y hagan un trabajo de calidad. A partir de aquí que se especialicen, bien en un tipo de guitarra en concreto, en reparaciones, etcétera, y que nunca dejen de trabajar con pasión y con entrega total.

Es un trabajo que tiene un alto componente creativo, no vale estudiar la carrera y buscar trabajo, hay que crear algo que valga la pena y, por supuesto, que pueden comenzar por mi curso online (https://carlosjuanbusquiel.com/escuela). 

///