La Paz, 03 de julio (Urgentebo).- Esther Marisol Gonzales Segovia, dueña de un gran timbre de voz e intérprete de composiciones que la hicieron una de las cantantes folkloristas más importantes de Bolivia, es una mujer muy dada en el amor, querendona, mimadora y entregada. Franca en la vida así también es en el escenario y quienes la vieron en La Paz lo constataron.

“Uno por sí mismo debe ponerle el alma, uno se enamora de lo que hace. Es fabuloso poder cantar, compartir con la gente las emociones maravillosas que podemos tener”, dijo Esther Marisol a este medio en el Teatro Municipal.

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Esther Marisol en su presentación de la anterior semana en el Teatro Municipal (foto: Franz Chávez)

Da todo sí para una relación y sabe que hubo veces que fue en vano, pero no se arrepiente de haber vivido.  “Uno termina lastimado por ahí, para lo corta que es la vida hay que entregarlo todo, disfrutar y aprovechar de todo lo que te haga feliz”. Segura como es ella, sabe que volvería a darse plenamente pero hoy se siente plena, como madre de una bella joven de 15 años. “En algún momento llegará alguien que me deslumbre y mientras voy a vivir del don que Dios me dio, el de la música”.

Entre sus interpretaciones más conocidas se puede destacar Morir cantando, No te olvides de mí, La vida es linda, Amor chapaco, Oh linda Tarija, El guajojó, Mi vieja guitarra, Tierra camba encantada, Soy chacarera, El duraznero.

Ella es chaqueña. Nació en Yacuiba y hoy tiene 41 años. Ella se ve como una obra de su madre, quien cultivo su talentó por la música. “Ella fue la autora y la arquitecta de mi vida artística, recuerdo que ella me ponia la rosa, se encargaba de la vestimenta, la pollera, la manta tarijeña, el sombrero para que yo pudiera ir a cantar”.  Desde aquellos inicios han pasado ya 30 años.

A los seis años ya cantaba y había hecho su primera grabación en Discolandia junto a Don Luis Aldana, que es parte de los Montoneros de Méndez, y ya cuenta las tres décadas a partir de los 11 años cunado lanzó su primer disco como solista, pero siempre con el apoyo de sus hermanos, “Los  Canarios del Chaco.

“Son 30 años que tienen historias de cosas ingratas, donde hubo separaciones y hablo de mi familia”. Esa parte de su vida  le enseñó a crecer. a madurar y a entender que la música es una enorme responsabilidad, “enorme por representar a Bolivia ante un público que me apoyó y dio su cariño, por supuesto con todas las personas que han pasado por mi lado y han compartido escenarios conmigo”, enfatizó.

Su repertorio viene del sur, a través de la música trajó a este lado de Bolivia la cueca chapaca. La chacarera ha sido un objetivo de vida; “entendí que ser música era parte de mi vida y esencial. He tenido la suerte de que mi madre y mi padre nos han mantenido con la costumbre de la comida, la forma de hablar y de tomar mate”.

Como artista no se considera pionera porque para ella  marcaron huella Los Canarios del Chaco, la reconocidísima Enriqueta Ulloa y los Montoneros de Méndez. De Argentina también admira a Mercedes Sosa (+).

La aceptación del público impulsó a Esther Marisol que grabe varios discos, al punto que hasta el año 2000 ya tenía cinco CD grabados. Ya luego optó por dar un giro a sus presentaciones para mostrarse como un dama con personalidad, más allá del atuendo regional, más boliviana.

El 2004 grabó el disco “Hasta el cansancio”. Siete años más tarde, en 2011 alumbró su séptimo disco, “Soy chacarera”. El 2014, y en homenaje al 200 aniversario de la fundación de Tarija, lanza su octavo CD, “Para Tarija con la voz, un trabajo dedicado a los artistas tarijeños que a lo largo de la historia le cantaron a Tarija y que incluye diez cuecas de los propios artistas homenajeados. En suma, tiene ocho discos en su registro y en el transcurso del año lanzará el noveno con el concepto Esther Marisol, 30 años, para lo que está considerando contar con aquellos músicos que la ayudan a llegar hasta donde hoy está.

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Este año, Esther Marisol cumple 30 años de interpretación de música boliviana y con mucha pasión (foto: Franz Chávez)

“Al cantar en el exterior me siento primero con un compromiso muy grande, segundo, como una alegría que no me cabe en el corazón. El hecho de ser boliviana es algo maravilloso y extractar en algunas canciones de lo que es Bolivia, poder cantarlas, realmente es una gran responsabilidad”, dice la atractiva chaqueña.

Ella fue parte de un recital en el que se evocó la música paceña de antaño. Junto a Luisa Molina, Marisol Díaz, Pepe Murillo y Wilson Molina, con la interpretación de la agrupación folklórica Ensamble Andino, se presentaron en el Teatro Municipal, y allí volvió a sentir el aprecio de los paceños que la recuerdan por su aporte para la consolidación de la cueca y la chacarera.